En el presente año Guatemala inició con un nuevo gobierno electo durante las elecciones del 2019, mismas que fueron cuestionadas por los votantes de ser fraudulentas y con un Tribunal Supremo Electoral con poca credibilidad.
El 2020 se ha visto azotado por una Pandemia del COVID-19, que ha afectado a todo el mundo, pero antes de detectarse el primer caso positivo en Guatemala el 13 de marzo, el país centroamericano ya se encontraba en una crisis sanitaria, en una crisis política con un gran número de funcionarios públicos investigados y procesados por casos de corrupción, en una crisis económica representada en una desigualdad de pobreza y en una crisis social entre un desgobierno con clase politiquera y una sociedad guatemalteca que quiere cambios reales y estructurales.
La crisis política ha continuado en el país y se ha visto reflejada durante la gestión de la Pandemia por parte del Gobierno de Alejandro Giammattei, que ha recibido una ola de rechazos por el desmedido endeudamiento que le acusado al país durante esta pandemia, préstamos que no se han visto reflejado en las necesidades y prioridades del país, sino que, al contrario, con acusaciones de desviar esos fondos a intereses personales de gobierno.
La población guatemalteca también se ha visto afectada con el pase de los huracanes Eta e Iota que causaron estragos y destrucción a su paso por Centroamérica durante los primeros 15 días de noviembre. Entre ambos causaron la muerte de 59 personas, 99 desaparecidos, 1.5 millones de afectados, 211.000 evacuados y miles de millones de dólares en pérdidas por cultivos inundados e infraestructura.
El presidente Giammattei nuevamente fue criticado por la falta de advertencia de parte de las autoridades a las poblaciones en riesgo de esta catastrófica emergencia, en donde aún siguen comunidades inundadas. Tras ser cuestionado por la falta de ayuda a un poblado aislado, sin comunicación y con carencia de alimentos en el norte del territorio, la respuesta del presidente Giammattei fue: “Que me la pidan. Adivino no soy. Que nos lo pidan. Esta es la primera vez que me la están diciendo. Si están incomunicados, tal vez no están tan incomunicados porque lo sabe usted”.
Rechazo al presupuesto nacional 2021
La gota que derramó el vaso y provocó nuevamente la indignación del pueblo guatemalteco fue la acción tomada por parte del Congreso de Guatemala, el pasado miércoles en donde en horas de la madrugada con el voto favorable de 115 diputados, fue aprobado de urgencia nacional el Decreto 33-2020, Ley del Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el Ejercicio Fiscal 2021, discusión que ya había dado inició el martes y culminó la madrugada del miércoles. Un presupuesto con un techo de Q99 mil 700 millones y respaldado bajo el apoyo de la mayoría oficialista del partido Vamos, de Giammattei, incluyendo el presidente del Congreso, Allan Rodríguez.
Se aprobó un presupuesto de manera ligera, opaca, sin transparencia y sin una debida discusión, que provocó ese mismo miércoles la ira general de las y los guatemaltecos que se sintieron indignados al ver como el gobierno descuida a la población y sus necesidades.
Con un recorte a la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición de Q200 millones, en un país en donde uno de cada dos niños menores de cinco años sufre de desnutrición crónica y casi el 60% de la población vive por debajo del nivel de pobreza, al Organismo Judicial un recorte del 50%, se disminuye significativamente 20 millones al rubro de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), así también se aprobó el aporte de 13 millones para el Parlamento Centroamericano, entidad que ha sido criticada por la ciudadanía y considera como un refugio para mantener la inmunidad de expresidentes, como es el caso de Jimmy Morales, mismo Parlamente que el Presidente Alejandro Giammattei ofreció en sus primeros días de gobierno separar a Guatemala y que hasta ahora, esta propuesta ha quedo como promesa de campaña.
Según el dictamen de la Comisión de Finanzas los egresos del presupuesto serán destinados más del 60% a gastos de funcionamiento, un 20% a inversión y un 16% a pagos de deuda pública, misma que también se ha visto incrementada y que se espera que se llegue a superar el acumulativo para el próximo año de los 222,000 millones, tras la aprobación previa de dos préstamos más para poder financiar la brecha presupuestaria uno con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$594 millones y otro por US$20 millones con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), con esto el saldo de la deuda nacional le costaría a cada guatemalteco 13,152 quetzales.
Por otra parte, el presupuesto aprobado deja amplios espacios para la corrupción. No se incluyeron mecanismos de control apropiados para garantizar el debido uso de los recursos y el fortalecimiento a los ministerios que han sido focos de corrupción, como los de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda.
“El presupuesto de Guatemala para 2021, aprobado de manera opaca y excluyente, contiene anomalías graves y amplios espacios para la corrupción”. Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales.
Jornada de Protestas
En distintos espacios los guatemaltecos indignados por la corrupción que enfrenta el país convocaron a movilizarse en los distintos sectores del país para manifestar de forma pacífica su rechazo y la renuncia al presidente, ministros y diputados del Congreso. Miles de guatemaltecos se hicieron presentes en la Plaza de la Constitución, así como también en distintas ciudades del país.
En el marco de las protestas, un grupo de presuntos manifestantes ingresaron a la sede del Congreso guatemalteco y le prendieron fuego, tras este suceso ocurrido la Policía Nacional Civil en conjunto con Antimotines e inclusos algunos elementos de la unidad de Antinarcóticos hicieron uso excesivo de la fuerza reprimiendo a los manifestantes que se encontraban en las protestas, sin importar que estuvieran niños y personas de la tercera edad, los elementos de la policía dispararon gases lacrimógenos directamente a los manifestantes, que se encontraban pacíficamente en la Plaza frente al Palacio Nacional de la Cultura ejerciendo su derecho constitucional, lo cual fue visto por la población como una provocación a la violencia por parte de la policía.
Así también comenzaron a reprimir y lanzar gases lacrimógenos también a los que se encontraban en las calles cercanas al Congreso de Guatemala, en donde dos manifestantes fueron impactados en el rostro y trasladados a emergencia, en lugar de lanzarlos al suelo, como dictan los protocolos, los gases eran lanzados al rostro de los manifestantes.
Además, los cuerpos de socorro tuvieron que atender docenas de heridos y otros más afectados por los gases lacrimógenos, sin que se tenga hasta el momento datos de algún fallecido en la protesta. Por su parte también fueron detenidas más de 40 personas y trasladadas a Torres de Tribunales para que fueron puestas ante un juez que hasta el momento ha dictado falta de méritos a los detenidos.
“La mayor parte de la población manifestó de forma pacífica. No se debe deslegitimizar una jornada ciudadana donde se ejerció el derecho humano a manifestar…” escribió en sus redes sociales el Procurador de los Derechos Humanos Jordán Rodas.
Los guatemaltecos han manifestado que continuarán con sus jornadas de protestas en los próximos días hasta lograr que sus demandas sean escuchadas por parte del gobierno.