Practicar los valores feministas que hemos elegido aplicar como filosofía de vida, resulta algo dificultoso viviendo en un sistema sumamente patriarcal. Eso no hace, ni debe ser excusa, para tirar la toalla y aceptar que resulta más “fácil” agachar las orejas que luchar continuamente contra el monstruo del patriarcado.
¿Quién no se ha encontrado alguna vez en la situación de no poder practicar dichos principios? La razón no importa. Da igual que sea porque la educación o el contexto en el que hemos crecido, nos haya empujado a normalizar, los ahora mal llamados micromachismos, como si prefijo micro le quitará la gravedad de las consecuencias que ello conlleva a medio y largo plazo.
Cuando se tiene la responsabilidad de educar a personas que están formando su carácter, que están adquiriendo herramientas para hacer frente en un futuro a la vida, esta dificultad anteriormente citada se acrecenta. Un ejemplo de ello, se da con la música. Una buena herramienta para la transmisión de valores feministas.
¿ Infravaloramos el poder de la música para educar en valores?
Vivimos en un contexto bastante diferente al de hace dos o tres décadas. La música que un niño o niña escuchaban por aquel entonces, se limitaba a música infantil (payasos, Parchís) y a la música que nuestros padres o familiares escuchaban. Según crecían iban variando los estilos musicales (rock, heavy, pop, etc.). Muchos ahorraban para poder comprar el cassette del grupo o cantante favorito. Luego llegó el discman posteriormente el mp3, el mp4… Hasta llegar a hoy, donde niños y niñas de apenas diez años graban vídeos mostrando cómo bailan en aplicaciones tipo Tik Tok.
Suele ser habitual ver a grupos de niñas reunidas repitiendo los pasos de bailes del último videoclip que está de moda. Desgraciadamente suele tratarse de música comercial, música para vender. Si nos fijamos en el tipo de música, en el mensaje, podremos observar que por lo general son canciones con mensajes sexistas, denigrantes hacia la mujer. Como ejemplo, la canción PAM de El Alfa, Justin Quiles y Daddy Jankee, “cuando la azoto suena pam, pam, pam, pam, pam“.
A esto, le suele acompañar el lenguaje no verbal, el gestual, la manera de bailar. Lo que acaba cosificando aún más a la mujer. Transmitiendo valores totalmente contrarios a los valores feministas. Estilos de música como el reggaeton o el rap, suelen ser los más señalados en este aspecto. Aunque no son los únicos, podríamos encontrar ejemplos en diversos estilos musicales. ¿Quién no recuerda el “Así limpiaba así así” de Miliki?
Cada vez resulta más habitual ver este tipo de bailes personas cada vez más jóvenes. Ante esta situación, muchos padres y madres se frustran, ya que resulta, sumamente complicado enseñarles a diferencia entre cosificar y empoderarse.
La presión que ejerce, muchas veces, el grupo social al que pertenece nuestras hijas, tampoco facilita la tarea. Se suele cometer el error de prohibir ese tipo de prácticas, lo que suele ser un gran error demostrando falta de confianza. Resulta mejor opción ofrecerles alternativas. Alternativas que fomenten esos valores feministas que consideramos importantes para nuestras hijas e hijos.
Gracias a la variedad musical que nos rodea, encontramos artistas con mensajes más encaminados a transmitir los valores que refuerzan la autoestima y destruyen los estereotipos culturales y sociales que nos esclavizan. A continuación os ofrezco unos cuantos ejemplos de los muchos que existen.
Alternativas musicales que no cosifican a la mujer
- La Basu. Elena Caballero, más conocida como La Basu, es una de las figuras más conocidas en el rap feminista vasco. Ya que fue una de las primeras mujeres que entro en el mundo del rap en Euskal Herria. Sus trabajos suelen ser tanto en euskera como en castellano. Entre sus trabajos se encuentran: Remixes (2013), Aire es vida (2015), Izotza Erregina (2016) y Ni naiz izotz erregiña (2017), Gerra (último disco) . También ha trabajado con varios artistas como Fermín Muguruza en varias canciones. “Yo te creo” – Disco: Gerra
- Audry Funk. Audrey Bustos Diaz, mejor conocida como Audry funk, es una cantante mexicana perteneciente al colectivo Mujeres Trabajando. Lleva más de una década haciendo música independiente. Ha participado en eventos y festivales importantes en Latinoamérica y los Estados Unidos. Sus trabajos musicales: Kemalo (2011), Mascaras (2014), Somos Mujeres Somos Hip Hop (2015). “Sin retroceder” (con Zayas)
- Mad Muasel. Pionera de dancehall en castellano y euskera. Entró en la escena del reggae en 2009. Ha compartido escenario con artistas como Sizzla, The Wailers, Capleton. Su discografía: Oh la la (2010), Bomba Ácida (2012), One Shots (2017) y Vualah! (último disco). “Muchas veces” – Album One Shots
- La Furia. Nerea Lorón Díaz, es una cantante de rap nacía Nafarroa. En 2013 publicó su primer disco “No hay clemencia“. En 2017, sacó el disco “Vendaval” y en 2019, participó junto a Mad Muasel y Fermin Muguruza en la canción del Korrika (fiesta a favor del euskera). Ese mismo año, sacó su último trabajo “Pecadora“. Aquí su canción “Antepasadas“
- Arianna Puello. Arianna Isabel Puello Pereyra, es una compositora y rapera española de origen dominicano. Una de las primeras mujeres en hacerse hueco en la escena discográfica del Hip Hop español, con “El gancho perfecto” (1999) y “La fecha” (2001). En 2003 edita “Así Lo Siento”, en 2007 lanza el trabajo temático “Juana Kalamidad”, en 2008 su cuarto álbum “13 razones“. En 2010 publica “Kombate o Muere” y en 2015 “Despierta“. Aquí su canción “Qué grande ser mujer” con Done.
- Anita Tijoux. Anamaría Tijoux Merino, es una cantante, música, rapera, letrista y compositora chilena-francesa. Feminista y activista en sus letras denuncia las carencias sociales y culturales. En 1997 empezó a formar parte de la banda de rap chilena Makiza. Su carrera en solitario se compone de cuatro álbumes. Kaos (2007), 1977 (2009), La bala (2012) y Vengo (2014). La canción “Antipatriarca” es de su cuarto álbum.
- Rebeca Lane. Rebeca Eunice Vargas Tamayac, conocida como Rebeca Lane o Miss Penny Lane, es una socióloga, poeta y cantante de rap feminista y anarquista guatemalteca. Fundadora de Somos Guerreras, una propuesta para visibilizar el trabajo de las mujeres de Centroamérica en el Hip Hop. Entre su discografía se encuentran: Rap(H)² – 502 mg (2012) con Última Dosis, Canto (2013), Poesía Venenosa (2015), Dulce Muerte (2015) con Kontra, Alma Mestiza (2016) y Obsidiana (2018). “Siempre viva” es una canción de su último álbum.
Sin olvidarnos que lo realmente efectivo, es compartir estos momentos con nuestros hijos e hijas. Escuchar las letras, debatir sobre ellas, pero sobre todo, disfrutarlas, con ellos y con ellas.