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Nebot, el Guaidó ecuatoriano

En resumen, ambos, Nebot y Guaidó son usurpadores, ambos ilegítimos, ambos traidores a sus pueblos.

Con el título de Presidente Interino, la feroz derecha neoliberal venezolana quiso desplazar -o mejor dicho-, posicionar un golpe de estado para defenestrar al Presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela Nicolás Maduro Moros.

Han pasado ya dos años desde aquella “toma del poder” en enero de 2019, y a estas alturas, después de promover revueltas civiles al interior del territorio venezolano, de pedir a voces y de manera expresa que fuerzas militares invadan la República a fin de destituir al Presidente Maduro y ejecutar el golpe de estado, tal como hicieron en Bolivia con el golpe de estado en contra de Evo Morales, entronizando a Jeanine Añez como dictadora del país del altiplano, han fallado.

Las tropas del Imperiales, bajo la orden del hoy enjuiciado y más desprestigiado político del Imperio del Norte, llegaron hasta movilizar la fuerza naval del pacífico sur frente a las costas venezolanas, y además hicieron todo el amague para dizque realizar una invasión pacificadora entrando por territorio colombiano, pero no contaron nunca con la reacción del pueblo de Venezuela y el respaldo mayoritario a la Revolución Bolivariana y a su actual líder el Presidente Maduro.

La historia ya se sabe, hoy en día los noveleros presidentes de los países que se apresuraron a reconocer como presidente de Venezuela a Guaidó, están dando retro, y poco falta para que el mismo Imperio lo desconozca como Presidente Interino de Venezuela.

Además ya es noticia en todo el mundo la malversación de millones de dólares que -“para el rescate de la democracia”-, fueron enviados a Guaidó y sus huestes, (Leopoldo López y su mujer Lilian Tintori y Henrique Capriles). Solo sirvieron para sembrar caos y para su propio enriquecimiento, lo que le ha valido el repudio internacional de quienes antes por “orden de USA” lo habían reconocido. En resumen, ambos usurpadores, ambos ilegítimos, ambos traidores a sus pueblos.

Acá en tierras ecuatorianas y ecuatoriales también tenemos dos presidentes que han gobernado en este periodo 2017-2021: uno es el traidor de Carondelet, con sede en Quito, capital del Ecuador; y otro es el Presidente “no proclamado” de la República Pelucona de Sanborondón con sede en la Isla Mocolí que, en alianza incestuosa con quien antes repudió Guillermo Lasso, han co-gobernado de manera lujuriosa con el traidor de Carondelet.

Aunque todo quedó en apasionados toques, abrazos, guiños de ojo y hasta declaraciones de amor mutuas, jamás han logrado el orgasmo político de ver cristalizados sus lujuriosos deseos, pues sobre la pasión impúdica que no lleva a ninguna parte, el pueblo del Ecuador no los acompaña.

Durante estos últimos cuatro años los y las ecuatorianas han sido sometidas no solo al desempleo y la falta de educación y salud, a la explotación y a la expoliación a través de la usura “bancaria”, sino también hasta la muerte, tanto en la revuelta de octubre, como en los meses iniciales de la pandemia, en la que en lugar de destinar dinero para atención sanitaria, se prepagó deuda externa por más de dos mil millones de dólares, mientras los ecuatorianos, especialmente guayaquileños eran enterrados en fosas comunes y en cajas de cartón.

Los días están contados para Guaidó y su “presidencia interina”, e igualmente para Nebot, que después de este otro desastre en su carrera política, pasará a la historia como el eterno perdedor de la Presidencia de la república, que pierde hasta cuando no es candidato, y en cambio dejará a Lasso como el eterno excandidato.

El pueblo ecuatoriano ya tomó su decisión y la expresará en las urnas el 7 de febrero de 2021, pues sabe que los tiempos de recuperar la Patria vienen de la mano de Andrés Aráuz, nuevo líder de la Revolución Ciudadana que se ha posicionado como el primero en la preferencia de intención de voto, y lleva por lo menos una diferencia de 15% con el segundo de la lista, el banquero explotador y evasor Guillermo Lasso, hoy promovido tanto por el traidor de Carondelet como por el presidente de Mocolí.

Ecuador lleva en el corazón a Rafael Correa, en la papeleta electoral a Andrés Aráuz y pondrá el 7 de febrero en una sola vuelta en la Presidencia de la República al Binomio de la Esperanza Aráuz-Rabascall, y en el tacho de basura de la historia a Moreno y sus adláteres, y a Nebot y su hoy aliado Lasso.