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Integración latinoamericana: lo que supuso el ALBA-TCP para Ecuador

El ALBA TCP resultó en crecimiento económico, blindaje político y bienestar social para el Ecuador.

Durante la “Década Ganada”, Ecuador formó parte del ALBA-TCP junto a Cuba, Bolivia, Honduras, Nicaragua y Venezuela. El retorno de Ecuador al ALBA -TCP implicaría ventajas y beneficios económicos, políticos y sociales para los ecuatorianos a tenor de lo sucedido años atrás.

Desde el 2009, año en el que Ecuador ingresó al ALBA-TCP su Producto Interno Bruto subió de 44 a 56 mil millones de dólares, y esto en parte se debe a la actividad económica generada a partir de su inclusión en mecanismos del ALBA, donde participó en diversos intercambios principalmente con Venezuela.

La Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA TCP) no involucraba solamente la concreción de la retórica antiimperialista, fue más allá buscando mecanismos de cooperación económica como el del Sistema Unitario de Compensación Regional de pagos (SUCRE).

Lo que aportó el SUCRE

Comenzando el siglo XXI, cuando todavía no se hablaba de una nueva arquitectura financiera mundial alternativa al dominio del dólar, el ALBA-TCP ya institucionalizaba una ruta para facilitar el comercio entre países que desafiara la lógica del sistema financiero controlado por el Fondo Monetario Internacional, y la Organización Mundial del Comercio.

El SUCRE facilita la transferencia de recursos entre los Estados participantes, y en el caso de Ecuador junto a Venezuela, significó en su momento la movilización de más de 2 mil millones de dólares marcando una época de expansión económica que se produjo en Ecuador entre los años 2009 y 2015.

Entre las principales industrias beneficiadas en su momento estuvieron la petrolera, la industria química, farmacológica y textil, este crecimiento donde el intercambio con Venezuela en el marco del ALBA-TCP fue fundamental para elevar el nivel de vida de ambos países.

La estabilidad política, blindaje contra golpes

El 30 de septiembre de 2010, un aparente motín policial provocado por una manipulación de unos cambios económicos favorables a los agentes, se desencadenó la retención violenta de Rafael Correa y hasta en un intento de magnicidio cuando, primeramente el vehículo donde se desplazaba fue atacado con disparos por parte de los golpistas, y más tarde el hospital en el que se encontraba el por entonces presidente fue tomado.

En las investigaciones llevadas a cabo sobre los hechos, se verificó la participación de la NED y la USAID de los EEUU mediante el financiamiento a las organizaciones que pidieron la renuncia de Correa en el momento en el cual se produjo la rebelión policial.

La respuesta del ALBA-TCP fue contundente, todos los mandatarios de esta Alianza se manifestaron en contra del golpe de Estado y alentaron expresiones similares de apoyo a Correa por parte de otros países de la región como Brasil y Paraguay.

La solidaridad para proteger a los débiles

El ALBA- TCP con la asistencia técnica de Cuba, impulsó una serie de misiones en sus países miembros dirigidas a proteger a las personas con discapacidad y a los afectados por enfermedades como el VIH/SIDA.

En Ecuador, la Misión Manuela Espejo implementó la metodología sugerida por Cuba y el ALBA-TCP que incluyó el diagnóstico de más de 300 mil ecuatorianos que requerían ayudas de diversa índole como prótesis, aparatos auditivos, colchones antiescaras y aportes económicos.

En los primeros años de funcionamiento de esta misión, el gobierno ecuatoriano y los aportes de algunos miembros del ALBA-TCP como Venezuela, llevaron ayudas al pueblo cuantificadas en más de 200 millones de dólares.

Como resultado del trabajo de la Misión Manuela Espejo nació también la Misión Joaquín Gallegos Lara, dirigida al tratamiento de los casos más graves de enfermedad y discapacidad que requieren cuidados especiales.

Estas misiones se convirtieron en muestras ejemplares de la cooperación sur-sur cuyos resultados fueron reconocidos incluso por el Banco Mundial, y por otros organismos especializados de las Naciones Unidas que posteriormente colaboraron con financiamientos.

La oportunidad de regresar al ALBA TCP

En agosto del 2018 Lenín Moreno ordena la salida de Ecuador del ALBA-TCP, rompiendo con el modelo de integración regional latinoamericanista, alejándose de la diplomacia de los pueblos y de los mecanismos de cooperación que significaron evidentes avances económicos y sociales para Ecuador.

En febrero de 2021, se abre la posibilidad de devolver al Ecuador por la senda de la unión con sus iguales de la región latinoamericana, quienes han comprobado en la integración un camino certero para el crecimiento sustentable tanto en lo económico como en lo social.