Revelada la estrategia del fraude electoral contra Andrés Arauz
Cedatos, encuestadora financiada por Guillermo Lasso, daría unos resultados falsos antes que las demás, para lograr una segunda vuelta.
En Ecuador habrá fraude electoral el próximo domingo. En la historia existen varios hilos que conectan diferentes sucesos acaecidos en diferentes momentos y/o lugares. Uno de ellos es el de color negro, que enlaza los episodios oscuros de la historia, sean más o menos conocidos; o más o menos brutales.
Revisar esos hilos es fundamental para tener los elementos de análisis que ayudan a entender lo que pasará hoy, probando por otro lado que la historia siempre se repite, primero como tragedia, y después como farsa.
En Ecuador la tragedia fue la traición de Lenín Moreno, y la farsa es el golpe electoral que llega. El hilo negro muestra que siempre, sin excepción, la oligarquía tras tomar el poder sin seguir las reglas democráticas, se perpetúa en el poder sin seguir esas normas durante el tiempo que considere necesario para resarcir ese movimiento, ya que le obliga a perder su careta de respeto a las reglas constitucionales frente a la mayoría social.
Para que regrese a la senda de la democracia se deben dar dos condiciones. La primera es haber conseguido rentabilidad económica -privatizando recursos naturales, hidrocarburos, servicios; eliminando derechos laborales-, lo que lleva unos cuantos lustros desde que comienzan a aplicar su política neoliberal.
La otra es el paso del tiempo que, junto con la manipulación mediática, les permita volver a ponerse la careta de demócratas. El pueblo debe olvidar su aventura golpista para ganar en las elecciones, partiendo de una base favorable, ya que siempre poseerán los medios de producción (fondos económicos para comprar voluntades), y los medios de comunicación (imposición de su realidad frente a la realmente existente).
En Ecuador apenas han pasado tres años y medio. Un ejemplo cercano y reciente que se puede observar en el Hilo Negro es el caso de Honduras. El golpe de estado se perpetró en 2009, desde entonces se efectuaron tres elecciones. En la primera solo se presentaron los partidos golpistas, en las dos siguientes ha habido fraude.
Volviendo a la nación suramericana, el fraude se lleva fraguando desde la victoria de Lenín Moreno. Se han ido sucediendo diferentes iniciativas para crear las condiciones necesarias para perpetrarlo, a saber:
- Celebración de una consulta popular y referéndum sin respetar los plazos constitucionales, para impedir que Rafael Correa se pudiera presentar. Principios de 2018.
- Golpe al vicepresidente Jorge Glas mediante un montaje judicial para impedir oposición interna. Principios de 2018.
- Purga de las instituciones de control democrático y de las judiciales, que volvieron a ser ocupadas por personal de confianza de Lenín Moreno y sus nuevos socios como el banquero Guillermo Lasso. De esta manera la persecución política se ha vendido mediáticamente como una lucha contra la corrupción. Durante los años 2018, 2019 y 2020.
- Cierre de medios de comunicación opositores y ataques constantes. Desde 2018 hasta hoy. Para desatar una campaña mediática de desgaste contra la izquierda, mientras se lava la imagen del gobierno y sus aliados.
- Compra de la mayoría de vocales del CNE por parte de Guillermo Lasso según declaraciones de candidatos que participan en las elecciones, lo que se demuestra con medidas arbitrarias como impedir solo a Rafael Correa aparecer en los spots publicitarios de su movimiento; o pedir pruebas PCR negativas para acudir como veedor electoral, en un país empobrecido.
En este escenario articulado artificialmente, el fraude es sencillo de llevar a cabo porque los medios de comunicación de masas, callarán; al igual que la justicia y el poder electoral. De ahí que ahora se estén produciendo los movimientos finales que suponen la concreción en el contexto general:
- Revocación del permiso para los observadores internacionales críticos con el régimen, como el eurodiputado Manu Pineda.
- Obstáculos a los votantes en el exterior, sabiendo que la mayoría de ellos siempre vota por la Revolución Ciudadana. Ayer mismo se expresó que los votos de los migrantes se contarían en Ecuador, lo que vulnera la legislación ecuatoriana, que establece en el artículo 50 del Código de la Democracia que los votos deben ser contados en el recinto electoral en el que fueron emitidos.
- Calificación de la encuestadora Cedatos, financiada por el candidato Guillermo Lasso.
- Reuniones de última hora con la Organización de Estados Americanos (OEA) y Estados Unidos (EEUU), a las que no pudieron asistir los cargos que protocolariamente deberían, como el propio canciller y la embajadora de Ecuador en EEUU.
Con todo ello se ha trazado una estrategia que ha revelado Katu Arkonada en Twitter, cuyo objetivo es forzar la segunda vuelta, para después ir retrasándola a causa del COVID-19, hasta que se considere que Andrés Arauz no ganaría frente a otro de los candidatos del neoliberalismo.
La táctica a seguir es muy simple, Cedatos daría los resultados a pie de urna antes que nadie, y sean cuales sean los reales, mostrará una segunda vuelta. Información que será difundida por los medios de comunicación de la derecha ecuatoriana y de EEUU y sus aliados.