Venezuela: nuevo episodio del diálogo político entre gobierno y oposición
Venezuela tiene altas expectativas con este nuevo episodio de diálogo que involucra a los sectores que habían intentado un gobierno interino.
Sin lugar a dudas se trata de un nuevo episodio del diálogo político. Desde que la izquierda llego al poder con Hugo Chávez en 1999, la confrontación entre los sectores más conservadores de la sociedad venezolana y el chavismo han atravesado distintas etapas.
Golpes de Estado frustrados, paro petrolero patronal, ataques paramilitares y operaciones de golpe blando con protestas violentas, ataque a la moneda y boicot económico son la secuencia de coyunturas por las cuales ha pasado y pasa esta confrontación de intereses.
La desestabilización política tuvo su punto cumbre en la creación de un gobierno paralelo (gobierno fake), que fue reconocido por algunas de las potencias mundiales como Estados Unidos (EEUU) y la Unión Europea (UE). Pero este experimento terminó desinflándose para llegar al punto de partida de este nuevo capítulo del enfrentamiento en Venezuela.
Desde mediados de agosto de 2021, México es anfitrión de una mesa de diálogo que sucede a otros intentos fallidos de solventar las diferencias. En esta oportunidad, el ala extremista de las oposiciones en Venezuela participa de estos encuentros y genera altas expectativas entre los venezolanos.
Los puntos de partida
El memorando de entendimiento firmado en México incluye 7 puntos para una agenda entre los cuales se encuentran:
- Derechos políticos para todos.
- Garantías electorales para todos. Cronograma electoral para elecciones observables.
- Levantamiento de sanciones. Restauración de derecho a activos.
- Respeto al Estado Constitucional de Derecho.
- Convivencia política y social. Renuncia a la violencia. Reparación de la las víctimas de la violencia.
- Protección de la economía nacional y medidas de protección social para el pueblo venezolano.
- Garantías, implementación, verificación y seguimiento de lo acordado.
El tercer punto comprende uno de los asuntos más álgidos. El levantamiento de sanciones urge para atender la situación de emergencia que deriva de la imposibilidad de comerciar libremente el petróleo, y de no disponer de todos los activos que pueden servir entre otras cosas para gestionar la crisis por el COVID-19.
Varias oposiciones
Tanto el chavismo como la oposición contienen diversas tendencias. Esta es una complejidad que la mediática siempre ha procurado tapar en aras de atizar la confrontación. Lo cierto es que esta heterogeneidad pudo verse reflejada en los más recientes comicios regionales de 2020.
Un sector de la oposición se deslindó del experimento Guaidó y de su llamado gobierno de transición, y aceptó ir a las elecciones parlamentarias. Dirigentes del legendario partido socialdemócrata, Acción Democrática, del partido Socialcristiano Copei y otros partidos de centro, participaron en el evento logrando una pequeña bancada en la Asamblea Nacional.
En este sentido, asegura la analista política Ana Cristina Bracho que “se trata de las oposiciones venezolanas, hay una figura cohesionada en el gobierno y existen en otras aceras, otras visiones grupos que han venido acercándose y que se han acercado en el proceso de diálogo que no fue público“.
Si bien en cierto que el chavismo maneja diversas tendencias y ha tenido roces internos importantes, como el que originó el distanciamiento del partido comunista. Todos reconocen en Maduro el liderazgo del chavismo y la legitimidad de su gobierno.
La oposición tiene algunas cabezas visibles, como es el caso de Henrique Capriles Radonsky, excandidato presidencial y dirigente de Primero Justicia, Henry Falcón del partido de Centro Avanzada Progresista y también excandidato presidencial, así como José Brito de Un Nuevo Tiempo, Bernabé Gutiérrez de Acción Democrática y Henry Ramos Allup, líder de la vieja guardia de AD.
Pero no ha llegado a consensos mínimos. La oposición en Venezuela tiene por delante la tarea de conformar un liderazgo que represente a ese sector que tendrá una tarjeta única, en virtud de los primeros acuerdos alcanzados en el marco de la negociación.
Fracaso del sector extremista
“Las intentonas aventuras de violencia, como la operación Gedeón, todas las actividades de una supuesta institucionalidad paralela en Venezuela caen, cuando tenemos un acuerdo que dice dentro de la Constitución todo, eso significa que el Estado sale fortalecido“. Afirma Ana Cristina Bracho, analista política de Venezuela.
Con este compromiso de respeto absoluto a la Constitución no tiene cabida la existencia del llamado “gobierno de transición” de Juan Guaidó. Tampoco serían admisibles las reiteradas solicitudes al gobierno estadounidense de sanciones económicas para el gobierno de Nicolás Maduro.
Esta concesión también obliga a ambas partes a seguir la secuencia electoral prevista en la Constitución. “no hay llamados a elecciones anticipadas, no hay un llamado sino a seguir los cronogramas de la Constitución y que las condiciones y la forma se acuerden”, recalca Ana Cristina Bracho.
El presidente de Venezuela Nicolás Maduro recalcó con respecto a Guaidó que “nosotros te sentamos en México para hablar de paz y reconciliación, Guaidó, te derrotó el pueblo de Venezuela y su conciencia. Estás acabado, fin de la cita“.
Con este hecho se declara el fracaso de la acción injerencista norteamericana que alentó el experimento Guaidó. Simbólicamente disminuye la influencia de EEUU en la región, sin embargo, este nuevo capítulo de diálogo, podría tratarse solo de un cambio de estrategia.
“Superamos a los malos siendo los buenos”, establece la postura del Comando Sur, ante el Congreso de los EEUU.
Posibles escenarios
El camino del diálogo ha sido largo. En 2019 se presenció un capítulo en el cual no participaron todos los factores de oposición pues estaba en pleno auge el experimento que encabezaron Guaidó y Voluntad Popular, y del cual participaron otros dirigentes de Primero Justicia y personalidades relacionadas con la ultraderecha.
“Nicolás Maduro hasta el año 2019 ha realizado mas de 600 llamados al diálogo. Desde hace más de 2 años Noruega adelantaba una fase pendular. Es decir, se reunía con las partes en conflicto, buscando acercarse a ese consenso de cuales son los temas en donde todos los venezolanos estamos de acuerdo“, Aclara Ana Cristina Bracho.
Aún cuando las negociaciones se detuvieron hasta la primera semana de septiembre, la expectativa crece. Las elecciones regionales que determinaran las máximas autoridades del poder ejecutivo en todos los estados de Venezuela podrían servir de escenario para una fuerte contienda que incluiría a todo el crisol de factores políticos existentes.
El chavismo se enfrentaría a sí mismo y al adversario, lo cual es una prueba de fuego cuando el bloqueo ha minado profundamente la calidad de vida del pueblo. La oposición podría servirse de ello para captar voluntades, pero arrastra el fantasma de la división y la carencia de liderazgo.
Otro asunto importante, es que el bloqueo no depende directamente de las partes que participan del diálogo. “esto no recae en los opositores en la mesa, quienes tratándose de este ítem son más bien unos mensajeros. Esto recae en la discrecionalidad estadounidense, quienes formalmente no están en México“, apunta Franco Vielma, analista de misionverdad.com.
En el asunto del retorno al camino electoral es conveniente recordar que en 2022, queda constitucionalmente habilitada la posibilidad de un referéndum revocatorio presidencial, quizás este hecho inminente aliente la unidad de la oposición contra Nicolás Maduro.
En definitiva se trata de un momento delicado, donde de la capacidad de ceder de ambas partes depende la recuperación económica y social de Venezuela.