Ser feminista no es solo cosa de mujeres
La realidad es otra, ya los hombres comienzan a sentirse identificados con este movimiento y a derribar mitos sobre el género, al igual que del feminismo.
Hablar de feminismo asusta a muchos, desata controversias, crea mitos, desmonta arquetipos y también rompe barreras que inevitablemente las sociedades nos han impuesto por distintos motivos.
Ya se ha reiterado, hasta el cansancio, que el feminismo persigue el principio de igualdad entre ambos géneros, es decir, hombre y mujer. Por lo que esa vaga idea de que es “innecesario” perdió sustento rápidamente.
Por eso no solo ha sido acogido por mujeres, ya que una parte de la población masculina también apoya esta causa y aspira a que los objetivos sean alcanzados.
Es decir, el colectivo se amplió a tal punto en que muchas personas están identificadas con la agenda feminista y lo que pretende aportar como grupo de presión al Gobierno.
También es tomada en cuenta al momento de participar tanto en lo social como en lo político, y por otro lado, la canalización de demandas que tiene como ciudadanos. De esta manera queda comprobado que en lugar de sembrar enemistades, más bien se inclina hacia un sistema de valores y creencias que cobijan a quienes se quieran sumar.
No distingue entre género, raza, clase socioeconómica, ideología, religión, ni ninguna otra etiqueta que pueda marginar a un individuo. Y si bien inició como la “lucha por la igualdad“, esto fue más allá cuando empezó la conquista de los diferentes espacios, en el que se movió este oleaje de ideas positivas en beneficio de la sociedad.
Por otro lado, habla de la hermandad, sin limitarse entre mujeres, ya que para conseguir superar las barreras y transformar el mundo desde la raíz, es esencial comenzar por allí.
El feminismo es antirracista, anticlasista y antihomófobo. Esto ha permitido que su dinámica sea bastante arrasadora, asociada a tendencias de izquierda y progresistas. También es visto como fenómeno reivindicativo, plural, complejo, cambiante y, fundamentalmente, justo.
Por tanto, es importante que se enfatice que no es “nuevo” ni reciente. Todo lo que se ha construido ahora es producto de los cambios abruptos, sistémicos, estructurales y coyunturales, como lo es el caso de la equidad e igualdad de los seres humanos.
Obtener justicia en otros tiempos era un verdadero proceso titánico, en el que se perdía mucho tiempo y carecían de recursos, lo cual entorpecía el acto. No obstante, en el presente ya no existe esa rigidez, ya que es tangible la oportunidad de acudir a ella.
Sin embargo, luego de haber transcurrido tres olas fervientes y revolucionarias del feminismo, aún existen desigualdades que deben ser derribadas.
Pero, el cultivar la conciencia y educar desde la perspectiva de género es una herramienta adecuada que lo ha hecho posible. Que los hombres puedan integrarse y conocer plenamente el feminismo hará que el patriarcado vaya perdiendo tanto fuerza como vigencia.
Este mismo “agente” que ha perpetuado la fijación de roles y de valores transmitidos por una sociedad, que son asimilados de forma inconsciente por sus miembros.
La mejor manera de confrontarlo es a través del enfoque de género para entender por qué. Mientras que otros avanzan o retroceden en su identificación de la desigualdad, la violencia, la injusticia, entre otras premisas que se quieran añadir.
Esta alternativa sirve para detectar canales idóneos que permitan trabajar con diferentes realidades y sensibilidades. Amansar resistencias y limar el clima tempestuoso de la política, que impide la promoción del diálogo y la reflexión en la cultura ciudadana.
Según el Barómetro sobre Juventud y Género 2021 del Centro Reina Sofía, ante la interrogante de: “¿Te consideras feminista?”, lo primero que se evidencia es que obtienen respuestas muy diferentes entre las chicas y los chicos.
Se debe a que un 67,1% de las mujeres se considera feminista, frente al 32,8% de los hombres.
Ellos han decidido informarse debidamente sobre la corriente ideológica y no dejarse arrastrar por los falsos postulados que están alrededor del mismo.