Isabel Peralta: una verdadera valedora del fascismo europeo
La praxis política de la joven fascista con frecuencia rechaza diversos aspectos propios de las democracias tales como el pluralismo y las libertades políticas.
La derechista Isabel Medina Peralta ha labrado una imagen pública en la sociedad española después de la polémica que generó en las redes sociales con un discurso antisemita en un acto de homenaje a los caídos de la División Azul.
Estos últimos fueron los españoles voluntarios que se alistaron para luchar contra la Unión Soviética, en el lado de la Alemania nazi, durante la Segunda Guerra Mundial.
Su discriminatorio discurso fue criticado en varios países. Desde el pasado 7 de septiembre de 2021, Medina Peralta está viviendo en Dusseldorf, Alemania, gracias a una beca de diez meses otorgada por el partido neonazi “Der III Weg”.
Desde la estadía de Peralta en Alemania, Der III Weg ha coordinado grupos de patrullas ciudadanas para encontrar e intimidar a refugiados políticos que se encuentran en Brandenburgo.
El discurso de esta joven falangista desató las alarmas al declarar: “Es nuestra suprema obligación luchar por una España y por una Europa ahora débil y liquidada por el enemigo, que siempre es el mismo con distintas máscaras: el judío, porque nada más certero que esa afirmación“.
Haciendo uso de un crispante lenguaje, Peralta continuó diciendo que “el judío es el culpable” y recordó que la División Azul “luchó por ello” para librar a Europa del “comunismo, que es una invención judía destinada a enfrentar a los obreros“.
El Estado español por medio de la Fiscalía de Madrid, está llevando a cabo una investigación por un posible delito de odio en los insultos y comentarios antisemitas que se produjeron durante este último acto, de igual forma, la comunidad judía, que también amenazó con llevarla ante los tribunales acusada de delito de odio.
En este sentido, existe una categoría la cual forma parte inherente de la derecha española, se trata del nativismo, generalmente aplicado a nivel discursivo por este espectro político-ideológico. La referida, es una postura que asume que los Estados deberían de estar habitados exclusivamente por los miembros del grupo nativo. Aquí el concepto de “nación” cobra fuerza para el conservadurismo.
Bajo dicha premisa, no serían aceptadas dentro de la territorialidad otras nacionalidades, por lo tanto, estas últimas no estarían provistas de derechos ciudadanos, siendo su misma existencia ilegal en función de un marco jurídico autoritario. Bajo estas condiciones, para la derecha, aquellos elementos no-nativos amenazan fundamentalmente aquel Estado-nación homogéneo idealizado por el conservadurismo.
En el caso español, la derecha expresa una marcada ideología nativista basada en la lucha contra los enemigos internos, el cual podría estar representado por su temor a la “amenaza separatista” y contra los enemigos externos, es decir, los globalistas, así como la inmigración, especialmente la musulmana.
No es la primera vez que la joven, de ideología fascista, intervenía como oradora en una concentración. De hecho, durante una manifestación contra la inmigración, Peralta aseguró que los Menores Extranjeros No Acompañados, conocidos como MENAS, eran portadores de enfermedades y los acusó de ser “bazofia extranjera” que lo que hacen es “violar, amenazar, robar, atracar y turbar la paz de un pueblo“. Por lo que explicó que “no aportan más que desgracia“.
Por otra parte, Peralta se ha mostrado abiertamente en contra del feminismo y de los homosexuales, llegando a decir que estos últimos son “la degeneración llevada al extremo“.
Por su parte, el presidente de la sede de Yad Vashem en España, una organización judía, Sam Bengio, reconoce “estar escandalizado por la corta memoria histórica que existe en cuando a una de las tragedias más importantes de la Historia“.
Bengio insiste en que está “extremadamente preocupado por el resurgimiento de movimientos de odio solo 75 después de esta catástrofe universal“. Y califica de “inadmisible” el “oír hablar con tanta ligereza y falta de sensibilidad, de tendencias políticas que han supuesto la destrucción del continente europeo y la aniquilación de la judería europea“.
Hay una serie de elementos que pueden identificarse en la derecha española que pueden dar muestra de una marcada lejanía con los preceptos democráticos históricamente aceptados. En España se evidencia la existencia de formaciones de carácter xenófobo y autoritario que buscan incidir en la vida pública para destruir las libertades que las legítimas luchas políticas han consolidado.
Peralta viene siguiendo una concepción más orgánica de la derecha extrema representada por PP, Ciudadanos y VOX, también muestra un singular tribalismo reaccionario, una posición antinmigración y un claro “populismo exclusivista”, todas ellas posiciones ideológicas poco consecuentes con los conceptos más acabados de libertad social.
La praxis política de la joven fascista con frecuencia rechaza diversos aspectos propios de las democracias tales como el pluralismo y las libertades políticas, las instituciones o la protección de las minorías.
Otra característica resaltante de su discurso, es que da a entender que sería proclive a perpetrar crímenes de odio y a utilizar métodos violentos como el vandalismo, el acoso a las comunidades de inmigrantes o las agresiones indiscriminadas contra las minorías propias de las bandas neonazis.
De igual forma, como característica distintiva es un pretendido autoritarismo en su sector político, el cual pretende ser extendido en todo el amplio contexto social. Dicho autoritarismo se basa en la creencia de una sociedad estrictamente ordenada, donde las infracciones a la autoridad tienen que ser severamente castigadas.
Aunque en el discurso de la derecha, concebir un modelo de sociedad basado en el principio de ley y orden, no significa necesariamente apoyar un Régimen dictatorial, esta tampoco lo descarta. De hecho, han sido reiteradas las muestras de solidaridad automática cuando a la luz pública se cuestiona abiertamente el modelo franquista, el cual fungió en España como la representación máxima de la represión y el autoritarismo asesino de libertades.