Paridad de género: Un elemento esencial en las democracias modernas
La paridad de género es uno de los elementos más importantes de las democracias modernas, así que mientras no se incluya a la ley de los Estados, difícilmente se mantendrán los principios de equidad e igualdad.
En el transcurso de la historia, las mujeres se fueron incorporando a la mayoría de las actividades económicas y sociales, sin importar su condición social.
Sin embargo, su participación en la política activa ha sido un logro mucho más difícil de alcanzar, porque durante demasiado tiempo, los Gobiernos las invisibilizaron.
Hasta que con el auge de los sistemas democráticos y el impacto que tienen estos en la presencia de las mujeres en la política, se observaron grandes cambios para todos.
Puesto que es una oportunidad para renovar el compromiso por una inclusión de las mujeres en la política y así, la transformación hacia un nuevo sistema democrático paritario.
Sin embargo, ¿ciertamente se sabe que implica este principio? La paridad de género es de carácter constitucional, es decir, debería estar expreso en la Carta Magna del país.
Y de allí, referirse a la participación equilibrada, justa, y legal, tanto de hombres como de mujeres, en toda su diversidad.
Porque todos los seres tienen como derecho a vivir en sociedades igualitarias donde rige la equidad y la transparencia Institucional.
Este principio se utiliza para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a puestos de representación política.
Por lo que, es un criterio estipulado en la ley para asegurar la participación igualitaria en la definición de candidaturas y elección de cargos respectivamente.
Es así que se prevé en la Constitución que los partidos políticos promoverán y garantizarán la paridad entre los géneros en la integración y postulación de aspirantes.
Tomando en cuenta que se debe cumplir con la cuota impuesta por el texto, donde se determinará los criterios para garantizar la paridad de género en el Gobierno.
Ahora bien, la paridad política es necesaria para que las mujeres contribuyan a la toma de decisiones que afectan sus vidas y se beneficien del proceso democrático.
Por ello, la Agenda 2030, y el nuevo pacto social donde la igualdad sustantiva es promovida, ha sido seguida por un gran número de países en el mundo.
Actualmente, es habitual encontrar espacios de toma de decisiones donde las mujeres están ausentes o subrepresentadas.
Debido a que hoy en día, las mujeres solo ocupan el 24,9% de las bancas de los parlamentos del mundo, el 20,5% de sus presidencias y el 25,3% de las vicepresidencias.
Mujeres en el gobierno
Es una realidad que cumpliría con los derechos políticos, haciéndolos valer y garantizados, para así aumentar los índices de participación femenina en el campo político. Ya que la mayoría de los partidos políticos nacionales y distritales tienen presidentes o secretarios generales varones, siguiendo un estereotipos en común.
En ese orden de ideas, está el hecho de que las mujeres constituyen una minoría dentro de los gabinetes de las administraciones nacionales y locales.
Pero lo más sorprendente es que este es un fenómeno que se repite sin distinción de filiaciones ideológicas o políticas, aunque la izquierda y el progresismo tiene más variedad.
Una sociedad paritaria, que esté cercana al modelo de democracia, procurará que las cuotas de paridad se cumplan y encajen conforme lo prescrito en la Constitución.
Pero, más allá de ello, permite que se intervenga en la formación de la agenda y se inclinen políticas por soluciones que benefician al colectivo, especialmente.
Se empieza a abordar derechos básicos, seguridad en espacios públicos, protección de la infancia, producción humana, educación, respeto por el ambiente y así sucesivamente.
Causas qué, si bien pueden ser consideradas como “banales“, han sido olvidadas hace mucho y tienen bastantes deficiencias. En los órganos legislativos con más mujeres se producen y desarrollan proyectos de ley que introducen la igualdad real entre ambos géneros.
Porque se regulan cuestiones como la reducción de la brecha salarial, condiciones de trabajo, pensiones, prestaciones de salud, educación, vida sexual y reproductiva y otras.
Mientras, que en los Estados y entidades liderados por mujeres a través del Ejecutivo nacional han vencido con éxito los desafíos propiciados por la pandemia.
Uno de los objetivos más claros en la democracia, es la paridad y la ruptura, para así abolir el sistema patriarcal.
Esto permite una mayor transformación social, cultural, económica y política que ayudará a avanzar hacia el futuro a los países.
Por mencionar ejemplos, uno de los más indicados sería el de España, por su destacar con su Gobierno paritario (sin estar escrito en el texto constitucional).
Para el año 1981 solo habían hombres en el Gabinete, al 2018 llegaron al 64.7% de participación femenina a través de la conquista de los Ministerios.
Hoy tiene dos vicepresidentas, además de contar con la presencia de una Ministra de Igualdad, quien es Irene Montero desde el 2020.