3R Nets: la nueva época de transición al socialismo en Venezuela

Una revolución debe ser capaz de crear conceptos y categorías para analizar y transformar su realidad. El poder de los conceptos es el poder de las ideas organizadas en el fragor del análisis científico y la amoladura de la realidad.

Hay conceptos que han interpretado de una manera tan afinada las relaciones humanas que hoy siguen constituyendo el filtro por medio del cual podemos interpretar la historia y el presente, la lucha de clases, por ejemplo.

Entonces, en la Revolución Bolivariana, además de apropiarnos de las categorías que el marxismo nos concede en favor de la construcción del socialismo, es necesario construir un tejido conceptual que de sentido a nuestras formas particulares de lucha en un tiempo histórico que por sus características constituye un escenario tan complejo y contradictorio que la incertidumbre se impone frente a la vida y pretende enterrar a través del neoliberalismo las esperanzas de un mundo justo, pues coloca a la humanidad en una lucha clasista y despiadada por los elementos más básicos de existencia, es decir, el derecho a la salud y a la vida misma.

“Es la crisis definitiva del capitalismo” dicen los analistas, pero las crisis son momentos de definición práctica, por cuanto para salir del escenario de crisis es indispensable la creación de conceptos, la toma de decisiones y una praxis que nos permita enfrentar la realidad sin el peso de los dogmas, más bien entendiendo las ideas como herramientas que evolucionan.

Chávez, por ejemplo, refiriéndose al carácter dialectico de las 3R al cuadrado, dijo “de esas 3R, o más allá de ellas, hay otras: recuperar, repolarizar, repolitizar…” de esta forma constatamos que dentro del pensamiento del Comandante Chávez el concepto de las 3R era un concepto sujeto a la (r)evolución, es decir, no estático.

El Presidente Nicolás Maduro haciendo uso de tal principio ha propuesto subsumir en las 3R que el Comandante Chávez utilizó para renovar la revolución en el fragor de la autocrítica, las 3R que nos servirán como fórmula para avanzar hacia la Nueva Época de Transición al Socialismo (NETS).

Resistir, es la primera de las erres y esta es la base por medio de la cual la Revolución Bolivariana se mantiene. No se trata de “aguantar” los ataques del imperialismo, los errores propios o las traiciones apátridas, es más bien el ejercicio de la dignidad de una forma épica.

El imperialismo norteamericano acedia y usa todos los recursos posibles por acabar con Venezuela como símbolo de esperanza socialista de los pueblos del mundo, pero el pueblo venezolano hasta cuando la comida escaseó, resistió.

Hoy nos sentimos orgulloso, como se sienten los hijos de Leningrado, que por 872 días resistieron a costa de sus propias vidas el bloqueo fascista que Hitler inició en septiembre de 1941. Fue gracias a ese sacrificio heroico que la URSS pudo derrotar a los nazis. Nosotros hoy también lo hacemos.

El presidente Nicolás Maduro nos convoca en este sentido a reconocer el profundo espíritu de lucha de nuestro pueblo y avanzar en función de lo ideológico, lo moral, lo político y lo cultural, pues, no es posible la resistencia sin una profunda convicción.

Lo moral, sustentado en nuestra historia libertaria y en la rebeldía emancipadora de nuestros mártires socialistas, se cruza con lo ideológico y se constituye en una fuerza renovadora que junta las ideas con las pasiones, en virtud de defender los objetivos históricos que nos hemos trazado como revolución con el mismo fervor con el que defendemos la patria, según Gramsci “no se hace política-historia sin esta pasión, sin esta vinculación sentimental entre intelectuales y pueblo”.

Es por esto que nuestra resistencia debe tener una nueva dimensión política, debe estar organizada en torno a la realidad concreta de nuestras calles y no solo afinada en argumentos, he ahí la importancia de las estructuras del partido y del poder popular, una para conducir en lo ideológico y la otra para hacer en torno al ejercicio del poder una nueva cultura, que reivindique nuestra identidad al tiempo que constituye una nueva forma de relacionarnos con la economía y la sociedad, haciendo que la resistencia se transforme a sí misma en resiliencia, surgiendo de ella el socialismo como resultado de la creación heroica, ya que lo que estamos construyendo es “un socialismo basado en la verdad, en la utopía y en la teoría”.

Renacer, es la segunda categoría que hace parte de las 3R.NETS, y es sin duda el reconocimiento frente al pueblo de la necesidad histórica de volver a las raíces de la Revolución Bolivariana, es decir, de reivindicar en la práctica, con más fuerza que nunca, el carácter democrático, cultural, indoamericano, cristiano, bolivariano y chavista de nuestro modelo socialista.

Decía el presidente Maduro en la celebración del 37 aniversario de la Revolución Sandinista que “Los revolucionarios somos los únicos que hemos hecho posible el renacer de la historia profunda de nuestro pueblo y son nuestras revoluciones las que han hecho posible el renacimiento de la unión y del amor de la América Latina”.

No es casualidad que la palabra renacimiento se diga en el contexto de la Revolución Sandinista, y es por ello que debemos aprender de nuestra historia, no podemos permitir bajo ninguna circunstancia perder el poder político bajo el manto de nuestros desaciertos, entonces el encuentro permanente con nuestros valores primigenios, con la utopía que nos motiva a la lucha y con el proyecto socialista que nos orienta en lo estratégico debe ser el fuego del cual insurgir como el fénix, renovados.

El PSUV debe ser el primero en elevar las banderas del renacimiento, la experiencia vivida en Barinas así nos lo demanda. Por cuanto, cada militante del partido debe renacer en el molde y el legado de Chávez. Tal y como los cubanos enseñan a sus pioneros a ser como el Che, debemos, los militantes socialistas, con humildad y compromiso, considerarnos piñoneros y repetir como el ABC, seremos como Chávez.

No porque Chávez sea un mesías, sino porque es la mejor síntesis del cuadro político que requiere la Revolución Bolivariana, porque es un símbolo de esperanza y consciencia que sigue movilizando a los pueblos. Así, renacer es hacer que encarne en nosotros la revolución y recuperar todo lo que nos han arrebatado.

Revolucionar, es la última de las erres que sirven como concepto orientador en esta nueva etapa de transición al socialismo. En el marco de este concepto, ordenó el Presidente Nicolás Maduro: hacerlo todo de nuevo si es necesario, y hacerlo mejor. Como diría Alfredo Maneiro, hacerlo con eficiencia política y calidad revolucionaria.

Revolucionar en este sentido no es más que hacer verbo la definición de revolución del Comandante Fidel Castro Ruz

Es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree a costa de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo.

Entonces, podemos decir que, luego de una lucha sin cuartel por la defensa de la soberanía nacional y de la estabilidad política y económica del país, con estas orientaciones del Presidente Nicolás Maduro se retoman las sendas de la revolución socialista con la firme convicción de garantizar en los últimos 8 años del ciclo bicentenario la irreversibilidad de la Revolución Bolivariana.

El 17 de diciembre del año 2030 – Bicentenario de la partida física del Libertador Simón Bolívar será la fecha en la que podremos hacer evaluación cierta del cumplimiento de estas directrices y en el panteón nacional dar parte al Padre de la Patria.

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