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5 hechos neoliberales de Pedro Castillo

La crisis que amenaza al gobierno de Pedro Castillo esta signada por el ataque mediático, la debilidad ideológica y las divisiones políticas.

Pedro Castillo cambió a su gabinete. El que sigue será el tercer equipo de ministros que le acompañaría en apenas 6 meses, luego de ganar la Presidencia del Perú.

Como siempre he anunciado en mis intervenciones, el gabinete está en constante evaluación. Por tal motivo he decidido renovarlo y conformar un nuevo equipo”, informó el mandatario peruano a través de su cuenta Twitter.

A dicho anuncio, le precedió una fuerte polémica generada por la renuncia de Avelino Guillen, ministro del interior y la destitución del comandante general de la policía nacional, Javier Gallardo Mendoza.

Otra de las circunstancias de la crisis, son la renuncia de la premier Mirtha Vásquez y las fuertes declaraciones de la vicepresidenta Dina Boluarte, quien asegura que el secretario general del despacho de Pedro Castillo, se reúne en secreto con directivos de Repsol, empresa española que ocasionó el más reciente desastre ecológico en el Perú.

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Todo esto sucede bajo la lupa de los medios que no han cesado en promover la matriz del gobernante incapaz, dirigida a sostener la tesis de la vacancia presidencial.

Operación mediática

Más del 80% de la información sobre Pedro Castillo es negativa. Lo estudiamos hace tres meses, y es una realidad que no ha cambiado ni siquiera con los esfuerzos explicativos del presidente del Perú, mientras más se expone, mayores son las críticas.

La entrevista que le hiciera Fernando del Rincón en CNN, desató varias sub operaciones mediáticas contra Castillo, unas relacionadas con la posible concesión de mar para Bolivia, y otras con su postura sobre Cuba y Venezuela, a quienes se rehusó a calificar de gobiernos dictatoriales.

El periodista de CNN acosó con preguntas y repreguntas a Pedro Castillo, quien en algunos momentos se mostró con dudas. Fue en el titubeo donde la prensa hizo mayor énfasis.

Previamente, una entrevista con el periodista peruano César Hildebrant dejó la misma sensación, aunque en este caso, fue mucho más publicitada y difundida la valoración que el propio periodista hizo del encuentro, que lo dicho por Castillo.

Cuando no es silenciado, Pedro Castillo es sometido a procedimientos quirúrgicos de descontextualización de cada cosa que dice. Esto recuerda mucho a la cobertura mediática que recibió Hugo Chávez, meses antes del golpe de 2002, donde los medios de comunicación reconocieron públicamente haber hecho todo, para derrocarlo.

Debilidad ideológica

La diferencia de Pedro Castillo con otros de sus pares de la izquierda es que sigue sin posicionarse. El presidente del Perú toma partido por la mayoría social, aboga por la descentralización, reclama mejoras en la educación, pero vacila al colocarse al lado de los no alineados.

De hecho, Pedro Castillo prefirió ir a la Cumbre de la Alianza del Pacífico que ir a la toma de posesión de Xiomara Castro en Honduras. Esto es solo un ejemplo.

Si bien mantuvo la decisión de normalizar las relaciones con Venezuela, nada garantiza que esa decisión no puede revocarse, en virtud de la prioridad a la alianza con países como Colombia, y Ecuador.

Su distanciamiento de Perú Libre, la postergación de la Constituyente y de la nacionalización del gas de Camisea envían un mensaje confuso a la población que eligió a Pedro Castillo por tratarse de un hombre de izquierda.

Adicionalmente, al anterior gabinete, bastante moderado con inclinación socialdemócrata, le podría seguir uno todavía más hacia la derecha. Esta indefinición podría colocar a Pedro Castillo y a su gobierno, en una situación de mayor fragilidad e inestabilidad.

Acorralamiento Judicial

Desde el caso de “los dinámicos del centro”, hasta las investigaciones abiertas a varios de sus ministros por terrorismo, el gobierno de Pedro Castillo y Perú Libre ha sido sometido a un lawfare o guerra judicial sin precedentes, otro de los fenómenos que conforma la crisis de su mandato.

Como consecuencia de este lawfare, han sido investigados y procesados figuras como Vladimir Cerrón, Guido Bellido y dirigentes de Perú Libre del interior del Perú como Vladimir Huaranca.

Este acorralamiento judicial le llevó a disolver el primer gabinete y a alejarse de su partido Perú Libre. Sin embargo la sombra de las actividades ilícitas le persigue.

Los escándalos relacionados con dos de sus secretarios de despacho, Bruno Pacheco y Carlos Jaico, colocan sobre Pedro Castillo la sombra de la corrupción. A Bruno Pacheco, le fue encontrada la suma de 20 mil dólares escondida en un baño de su oficina.

Las divisiones

Traiciones de diversa índole signan la crisis del gobierno de Pedro Castillo. La principal ha sido a las promesas electorales, ninguna de ellas parecen cumplirse ni siquiera en el mediano plazo.

La división de grupos privó alrededor de Castillo desde el principio. El ala de Vladimir Cerrón armó su agenda, un grupo más cercano al presidente tuvo otra, los adheridos a Juntos por el Perú, formaban otro equipo, y la derecha aprista también tiene su cuota silente de poder.

Todo ese contexto abrió el espacio para las traiciones, quienes antes estuvieron con Pedro Castillo ahora le critican, y quienes siguen con él, como es el caso de Juntos por el Perú, comienza a evaluar su apoyo al presidente.

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Apoyo Popular

En los momentos más difíciles, Pedro Castillo ha contado con alguna movilización popular que le apoye, pero esto no es constante, ni es masivo.

Cientos de personas lo apoyaron en una marcha en Lima, a propósito de la moción de vacancia, sin embargo, su cada vez más marcado distanciamiento del partido que le llevó al poder, y la postergación de promesas electorales lo van dejando solo.

Los simpatizantes de la izquierda se lanzaron a las calles a firmar por una Constituyente, y también a protestar contra Repsol, pero actualmente nada garantiza alguna movilización en apoyo a Castillo, si su derrocamiento fuera inminente.