Con la iglesia nos hemos… Casado
Todos son víctimas o victimarios de una lucha por el control de la capital madrileña y la dirección del partido.
El binomio Ayuso-Casado tendrá que permanecer juntito al menos durante un tiempo, no cabe otra posibilidad. Aunque el espectáculo de estos últimos días respecto a los posibles casos de corrupción del hermano de Ayuso como la supuesta contratación de un detective privado por parte de la dirección del PP para espiar a Ayuso nos acerca a un nuevo episodio de Mortadelo y Filemón, y hace nuevamente evidente que la lucha por el poder en el PP se resuelve a hostias.
Bárcenas, Aguirre, Cifuentes, Ruiz Gallardón… todos son víctimas o victimarios de una lucha por el control de la capital madrileña y la dirección del partido. Esta retahíla de “cadáveres” evidencia que Madrid es España y España es Madrid.
Y más allá de una breve y repetida presentación de esta batalla al más puro estilo “Gladiator”, resulta a todas luces increíble en qué lío se ha metido el actual presidente del Partido Popular.
Sí, Casado será seguramente el culpable de todo este embrollo mafioso-corrupto que tramó con tanta destreza el amigo que nunca olvidará, García-Egea.
Y es que ciertamente en la Comunidad de Madrid huele a corrupción desde hace muchos años -Caso Gurtel, Cifuentes, caso Ambulancias, Bárcenas, Colmenar Viejo, etc.- Y los tratos de favor entre aquellos que gobiernan la comunidad es evidente, no lo digo yo sino que se hace evidente con “las paguitas” al hermano de Casado por sus servicios de facilitador -será por la de veces de que he llegado yo a facilitar cosas y no me han dado ni las gracias-.
Y para uno como yo, que mira el mundo desde el lado izquierdo y con una carga moral como principio, todo este show si lo pienso mucho se me ponen los pelos de punta ver con la impunidad que juegan todos los actores: unos, porque van contratando detectives a diestro y siniestro y airean los trapos sucios sin recorrer a la justicia, pues lo que interesa es tener atada y bien atada a Ayuso –como si Casado no cargara con mil y un casos de corrupción de muchos colegas y padres políticos suyos, sin olvidarnos de su patraña con el famoso máster universitario-.
Y los otros, los de Ayuso, que se las dan de víctimas en este asunto sin que les importe ni les pase factura la sombra oscura y corrupta de años y años de repartir comedoras a cambio de poder. Una tradición que viene de muuuuy lejos.
Y dicho esto, toca ser realistas; en el mundo conservador tanto PP como VOX tienen más que superado el lastre que dejan los casos de corrupción. Su electorado como también su militante de base no ve -lo dicen las mismas encuestas- como principal problema de su partido o de su candidato el robo o la manipulación de dinero público por parte “de los suyos”.
Antes está el horror y la persecución que están sufriendo los castellanohablantes en Catalunya o los horrores que está provocando el gobierno bolivariano-sandinista-pro-ruso de PSOE-UP.
Y por esta última razón, parece increíble la vanidad de Casado en esta pelea pública contra Ayuso que a fin de cuentas solo pretendía esconder de nuevo los nefastos resultados electorales que arrastran al presidente popular en Castilla y León.
Además, y mirando las cosas de la manera más fría posible, Ayuso se ha visto que tiene el viento a su favor contra todo tipo de tempestad. Es la política de moda en el partido, tiene los medios conservadores a su favor, es una muy buena comunicadora que viene acompañada de un auténtico psicópata, pero muy buen “spin doctor”, Miguel Ángel Rodríguez, y lo que es más relevante; ella sí ha conseguido barrer VOX y echarla a un lado con mejores o peores prácticas, pero los hechos están ahí y se ven.
En cambio, Casado cada vez que abre la boca provoca un nuevo trasvase de votos a VOX. Es un dirigente político con mil caras, marcado de rigor ideológico que no sabe disimular a diferencia de Ayuso, que no aporta nada no solo a la política de partido, sino que no sabe como remontar el mal momento que viene pasando su partido con la carrera ascendente de los de Abascal que ya les pisan los talones.
Y lo que es ya un insulto a la inteligencia es hacer de detective Torcuato y hacer públicas pruebas a medias, verdades a trocitos e inventos del TBO… que todo esto no sea el último aliento de Casado…
Y por cierto, las sombra de Feijoó sigue ahí dando vueltas como un murciélago que solamente sale de noche a cazar, pero, me da a mí la impresión que el arroz para el presidente gallego ha pasado. ¡Y qué caray! Sus fotos con su amiguito mafioso seguramente pesaron y pesan demasiado.
Repito, mirándolo todo fríamente, porque la izquierda tiende a juzgar todo desde la moralidad y la ética cómo si esa fuera la conducta del resto del mundo, lo producido en esta guerra abierta entre Casado y Ayuso será únicamente una catapulta para provocar movimientos de poder político de fondo en el PP.
Nada más. No habrá caso. No habrá perdón. No habrá expedientes. Y lo que se espera de la derecha, que es conseguir encontrar la fórmula para parar a VOX ni está ni se le espera, es más, VOX está ganando la batalla sin hacer poco más que nada…
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