Pedro Castillo: el punto de quiebre
El punto de quiebre tendría que llevar a una transformación social convertida en Constitución, pero el choque de todos los actores podría dejar las cosas tal cual como están.
Pedro Castillo, en pleno punto de quiebre, atraviesa el peor momento. Su gobierno no ha tenido un momento de sosiego. Sin embargo, después del fracaso de la segunda moción de vacancia en su contra, se despertaron las más feroces pasiones.
Inclusive, parte de la izquierda moderada que le acompañó en la carrera presidencial manifiesta, en esta coyuntura, su deseo de ver fuera del gobierno a Pedro Castillo.
“Gobierne o renuncie”, expresa la Coordinadora Nacional de DDHH, como si de ello se tratara la estabilidad política de un país que no se maneja dentro de los mínimos de la democracia, desde hace casi una década.
La voluntad popular queda a un lado en este punto de quiebre.
Pedro Castillo no tiene un año de haber sido electo. Para el mandatario no hubo periodo de gracia o voto de confianza real (no sólo parlamentario), ni siquiera en los primeros 100 días de gobierno.
El punto de quiebre
El 28 de marzo de 2022, el Congreso de la República del Perú negó por segunda vez la moción de vacancia encabezada por los partidos de ultraderecha Renovación Popular y Fuerza Popular.
Con 55 votos a favor,54 en contra y 19 abstenciones; el segundo intento de sacar a Castillo por incapacidad moral fracasó.
Pero inmediatamente, un paro de transporte, convocado en protesta por el alza de los precios de combustible, escaló hacia un conflicto social, sobre todo en zonas como Huancayo, Lima y Callao.
El saldo hasta el momento es de 4 personas fallecidas, y varios heridos. Pedro Castillo advirtió el trasfondo sedicioso de las protestas y decretó toque de queda, una decisión que ha significado un alto costo político.
La percepción
En este punto de quiebre, existen dos lecturas, la que predice o anuncia la salida de Pedro Castillo por baja popularidad, y la que discierne las verdaderas motivaciones de este episodio reciente de manifestaciones.
A nivel internacional, Pedro Castillo luce más frágil que nunca, sin embargo, algunos mandatarios latinoamericanos declaran públicamente a favor del respeto a la democracia y la voluntad ciudadana que puso a Castillo en la Presidencia.
Los presidentes Alberto Fernández de Argentina, y Luis Arce de Bolivia, expresaron su rechazo a lo que consideran un nuevo intento de ruptura de la democracia.
“Se quiere arrancar en las calles lo que no se logró en las urnas por parte de la derecha peruana”, declaró Luis Arce en su reciente visita a Argentina.
Por otra parte, la prensa peruana habla de un descenso en la aprobación social, y que la popularidad del gobierno de Castillo “sigue en caída”.
La actuación de la izquierda
La cohesión de la izquierda en aras de defender su primer gobierno ha sido prácticamente imposible.
El choque entre la izquierda moderada representada por Verónika Mendoza y Nuevo Perú, y Perú Libre, encabezado por Vladimir Cerrón, le ha servido en muchas ocasiones a la derecha para argumentar la debilidad del gobierno de Pedro Castillo.
Sin embargo, en el escenario del Congreso la izquierda ha evitado, junto a factores democráticos, que Pedro Castillo corra la misma suerte de Martin Vizcarra o Pedro Pablo Kuczynski.
No obstante, la polémica decisión del toque de queda, que fue corregida por el propio Castillo, vuelve a poner en la palestra las contradicciones de los sectores progresistas del Perú.
“La caviarada CNDDHH pidiendo renuncia de Pedro Castillo y trabajando a favor de la derecha, poniendo en evidencia su verdadero rol en la sociedad”, afirmó Vladimir Cerrón.
Por su parte, Verónika Mendoza, junto a Nuevo Perú, acompañaron las manifestaciones exclamando “ni golpismo, ni renuncia, y sí una nueva Constitución”.
Superar la crisis constitucional
Tanto Perú Libre, como Nuevo Perú, y diversos factores democráticos, apuntan a que la crisis no se resolverá hasta tanto no se acuerde un nuevo pacto social.
La Constitución legada por el Fujimorismo, encierra las fórmulas que permiten la profundización de las desigualdades. Ha sido contra el cambio constitucional que los factores de la ultraderecha han reaccionado desde todos los ámbitos.
Por ello, la desestabilización permanente. El punto de quiebre tendría que llevar a una transformación social vertida en la Constitución, pero el choque de todos los actores podría dejar las cosas tal cual y como están.
La salida
La presidenta del congreso, Maria del Alva, y otros congresistas de derecha, solicitaron al pleno del Congreso la aprobación de una moción que le pide a Castillo su renuncia a la presidencia del Perú.
La moción propuesta por Avanza País, fue aprobada con 61 votos a favor, 43 en contra y una abstención, amenazando con convertirse en un golpe parlamentario.