El Gusto Francés
Esta exposición repasa los dos siglos en que, a partir de la implantación de los Borbones, con Felipe V, el gusto por lo francés, que a la sazón estaba conquistando culturalmente Europa, se implanta poco a poco.
En la Fundación MAPFRE del Paseo de Recoletos madrileño.
Esta exposición repasa los dos siglos en que, a partir de la implantación de los Borbones, con Felipe V, el gusto por lo francés, que a la sazón estaba conquistando culturalmente Europa, se implanta poco a poco desde el círculo de la corte que rodea a los monarcas hasta alcanzar las capas más bajas de la sociedad.
De este modo queda impregnada de ese gusto, no sólo por ese clasicismo en las artes, sino también, y esto es lo trascendente, por esa imitación y desarrollo de ese buen gusto, de la distinción, de los adornos y en definitiva, de las buenas maneras. Y quiero pensar que ese savoir faire y savoir vivre, todavía persiste como un tenue perfume entre nosotros.
Con extremada suavidad, dulcemente, deslicémonos por estas bien acondicionadas salas y disfrutemos, sin prisas, de la visita.
Jean-Honoré Fragonard
El sacrificio de Calírroe
Jean Ranc
Felipe V
Simón Vouet
El rapto de Europa
Claudio de Lorena
Paseo
Jean-Marc Nattier
Madame Bouret como Diana
Pierre Subleyras
La muerte de Lucrecia
Jacques-Françoise-Joseph Swebach-Desfontaines
Una feria bajo el reinado de Luis XVI
Jean-Démosthène Dugourc
Escena costumbrista (españoles bailando fandangos)
El 10 de octubre de 1846 se celebraron en Madrid las dobles bodas de la reina Isabel II con su primo Francisco de Asís, y de la hermana de Isabel, Luisa Fernanda, con el hijo menor del rey Luis Felipe de Francia, el duque de Montpensier, don Antonio de Orleans.
El matrimonio Montpensier, vivió primero en Francia, y tras la revolución de 1848, que destronó a Luis Felipe, se establecieron finalmente en Sevilla. En dicha ciudad, Antonio de Orleans asentó una pequeña corte andaluza de tintes franceses y ejerció un notable mecenazgo artístico (“la corte chica”).
Sus sofisticados hábitos y la decoración de sus residencias palaciegas pusieron de moda el goût Montpensier y fomentaron la aparición de un nuevo refinamiento, que se materializó en la aparición de residencias “a la francesa” (que aún se pueden apreciar), y comercios de lujo en la ciudad.
En paralelo, la presencia constante del matrimonio en los diversos escenarios de la vida sevillana, como corridas de toros, romerías o fiestas paganas y devotas, contribuyó a la consolidación de la identidad colectiva y al nacimiento del turismo (España se puso de moda con el Romanticismo).
Alfred Dehodenco
El duque de Montpensier con su familia en los jardines del palacio de San Telmo
Luis-Eugéne Ginain
Corrida de toros en La Maestranza, presidida por los duques de Montpensier
Diversos y muy bellos objetos enriquecen la exposición
Willian-Adolphe Bouguerau
La pequeña Ofelia
Jean-Baptiste Simeón Chardin
Bodegón con almirez, cántaro y caldero de cobre
Jean-Baptiste Achille Zo
Vendedor de fruta en Sevilla
Salud y trabajo.