Una mirada a la identidad y el multiculturalismo
La identidad de cada persona es importante al hablar de la multiculturalidad, un concepto cada vez más presente en las sociedades.
El mundo está en constante cambio, así como lo han estado las diferentes sociedades que cada vez son más diversas e inclusivas y aceptan esa característica muy particular: que el multiculturalismo es inevitable, además de imprescindible para los seres humanos.
Para refrescar el concepto, podemos señalar que este hace referencia a la presencia en el mismo lugar de culturas diferentes que no tienen relación entre ellas o que pueden tener una relación o no de convivencia.
¿Les suena? Pues, difícilmente existen localidades donde hayan grupos sociales que no posean dicho elemento, ya que con el mestizaje y la globalización, es muy común percibir la diversidad en los diferentes niveles.
Sin embargo, esta idea surgió primeramente como un pensamiento social en oposición a la tendencia de las sociedades modernas de unificar y universalizar la cultura, centrándose sobre las frecuentes relaciones de desigualdad de las minorías respecto a las culturas mayoritarias.
Así que en el desarrollo de la misma, se han sumado importantes consideraciones desde las propuestas latinoamericanas en relación con la autonomía y autodeterminación de los pueblos indígenas, los cuales están en constante peligro debido a las condiciones que los limitan.
Tomando otro punto de vista
Aunque muchos teóricos hablen de la multiculturalidad que da forma a la identidad, en ella interactúa el género, la nacionalidad, los rasgos físicos, rasgos culturales, orientación sexual y la socialización.
Por otro lado, este no es un problema o ideal, se trata de una realidad, porque hay suficiente evidencia como para asegurar que hay una coexistencia dentro de un mismo territorio de culturas diferentes.
Y en ese marco, la esfera pública debe reconocer y proporcionar la igualdad para que todas las personas puedan convivir en armonía.
Así que mirando otra perspectiva, es importante precisar que la identidad cultural, entendiéndose como el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia, es sumamente importante de preservar.
Porque ese mismo sentido de pertenencia permite que se conserven cada uno de los elementos y sean transmitidos de generación en generación.
Esa tarea se hace cada vez más sencilla con un mundo globalizado, en el que gracias al internet se han ido derribando barreras y la forma de interactuar a través de las redes sociales da la ventaja de conocer nuevas culturas.
Pero, al estar en contacto con estos distintos internautas no se puede poner en riesgo la verdadera esencia de nuestro ser, es decir, nuestro origen, raíces, historia y los valores que se nos inculcaron.
A su vez, nos enfrentamos con un nuevo inconveniente: la pérdida de identidad de algunos grupos sociales o de individuos que incide directamente con la falta de arraigo y el abandono de sus costumbres.
De lo dicho hasta ahora podemos deducir que el concepto de multiculturalismo, arroja luces sobre las diferencias culturales de las personas y resalta la importancia de la afirmación de las creencias particulares y diferenciadas, a pesar de los choques que pueden existir.
Todos estos cambios han nacido de la necesidad de la humanidad debido a la mezcla e interacción de grupos muy distintos, en los que la religión, la política y la vida social es bastante diferente.
Además, por allí surge la redacción de la primera Declaración de los derechos de los hombres y del ciudadano, que se enfocó en el varón y omitió a la mujer como sujeto de derechos, hasta que posteriormente fue incluida, proclamó la la libertad y la igualdad en los derechos de todas las personas sin importar su procedencia.