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Socialismo vs Neoliberalismo: Bolivia frente a EE.UU.

Bolivia frente a EE.UU.: La lupa de la manipulación mediática siempre asalta a los países que buscan construir un modelo político propio.

Las comparaciones entre modelos políticos y económicos siempre han permitido desarticular matrices de opinión pública creadas desde el poder, que buscan por lo general alzar a unos países y reducir a otros a simples comentarios infelices.

Tal es el que caso que traemos el día de hoy. En esta ocasión hablaremos sobre la dicotomía existente entre los modelos antagónicos de Bolivia y Estados Unidos de Norteamérica.

Lo primero que debemos decir es que a pesar de ser dos países pertenecientes al mismo continente, su carácter orgánico reposa sobre dos procesos contrapuestos desde su fundación.

La primera justificación

Uno colonizado por Inglaterra (EE.UU.) y el otro por la corona española (Bolivia). Este primer acercamiento separa ya la cosmovisión y cosmogonía de sus pueblos y de estos con el mundo.

La idea de la centro periferia nace de estás lógicas. Ser un país periférico y depauperado (construcción mediática), convierte automáticamente todo esfuerzo boliviano por darse para sí una forma de gobierno, en un hecho desestimado; y si además se afirma que es de carácter progresista, la visión es aún más desoladora.

Los medios

La mediática mundial ha logrado injertar en el imaginario la idea de un sueño americano que no tiene rival contra ningún país del tercer mundo con altos niveles de ingobernabilidad.

Sin embargo, haciendo un rápido ejercicio de revisión, podemos encontrarnos con algunas fisuras existentes en estas realidades creadas desde lo comunicacional.

Lo primero

La implantación temprana del liberalismo en EE.UU. permitió instaurar un sistema en maridaje con las contradicciones más enajenantes del capitalismo temprano, a saber: racismo, el objeto sobre el sujeto, la propiedad privada como eje vertebrador de lo social y lo económico, entre otros.

De otra mano, la instauración por parte de la corona de un sistema extractivista que hizo de Bolivia una mina para ser saqueada a placer por los mercaderes de los minerales, base de la sociedad mercantilista.

Estás dos visiones (una superaría históricamente a la otra), ubicaron rápidamente a las economías de ambos países en dos niveles distintos, desde lo productivo y lo humano; esto último expresado en los derechos.

Este tejido social y económico, construido al calor de 500 años de flujos y contraflujos, colocó a ambos países hoy en posiciones política e ideológicamente contrarias.

Al día de hoy podemos ver cómo las diferencias en elementos fundamentales del modelo capitalista y progresista, bien podemos tensionarlas a la sombra de estos dos países.

Lo primero que sobresale es el tema de la diversidad cultural. Bolivia, un país principalmente indígena (70% de su población) ha logrado desde lo jurídico, económico y social superar con creces las diferencias de color. La presencia de un presidente indígena, Evo Morales, logró con creces resolver esta contradicción en el seno de la sociedad boliviana.

Muy por el contrario, en los EE.UU. las diferencias de clase – color cada día incorporan más violencia a la vida cotidiana del norte.

Las brutales diferencias entre las formas de vida entre los colores de piel es abrumadora.

La sola idea de mantener una “democracia” en paz a partir del encarcelamiento de una parte de la población negra norteamericana, es perturbadora.

Otra diferencia importante de mostrar y desmentir es la sólida construcción que ha tenido el andamiaje social boliviano vs el desmontaje de los cuidados sociales en EE.UU. (caso Obama Care).

El neoliberalismo se basa en la disminución del Estado social, lo oprime y persigue. En el caso boliviano, este tema de lo social es una de las banderas fundamentales de la refundación boliviana.