Colonia Dignidad: Horror y nazismo en Chile
El relato de la Colonia Dignidad ha sido una herida en la memoria del pueblo chileno. A pesar del tiempo transcurrido sigue siendo ejemplo del horror.
“Colonia Dignidad” es un lugar que estuvo marcado por una historia de tragedia humanitaria, de horrores y dolores, de humillaciones y vergüenza, como una herida sangrante que dejó grandes efectos colaterales en el pueblo chileno.
Hasta el punto en que aquellas personas que pudieron liberarse de ese cuento de horror, han mostrado sus rostros para relatar lo que vivían dentro del complejo, lo que significó para ellos y exigieron justicia; una justicia que llegó más tarde que pronto.
Si bien es una historia con demasiados matices, como lo es la ideología nazista que pretendía ser difundida en Sudamérica, casos de violaciones y pederastía, torturas y homicidios a nombre de la dictadura de Pinochet, hay mucho de donde estudiar esta llaga en el pasado de Chile.
Aunque el documental de Netflix, titulado “Colonia Dignidad: Una secta alemana en Chile” narra lo ocurrido en la colonia aislada establecida en Chile dirigida por el fugitivo alemán Paul Schäfer durante la dictadura militar de Augusto Pinochet en la década de 1970 hasta los 90, no es suficiente para reflejar todo lo que sucedió.
La producción televisiva solo consta de 6 episodios, cada uno con una duración de entre 45 y 60 minutos. Mientras que, hay una versión de 2015, una película protagonizada por Emma Watson y Daniel Brühl, que tuvo un enfoque más político, ya que conectaba lo ocurrido tras la muerte de Allende, la instauración de la dictadura de Pinochet, es decir, ese período convulso en los 60 y 70.
El caso “Colonia” se destapó muy tarde
Para muchos historiadores, este hecho salió a la luz pública de manera muy tardía, hasta el punto en que la mayoría de los documentales y series que están denunciando e informando sobre lo ocurrido hace 50 años son bastante recientes.
Por tanto, el documental de Netflix, no es el primero de este tipo que aborda el caso de esta especie de secta que trasladó el nazismo a América Latina, pero su perspectiva es más reducida, dejando entrever las conexiones de la Colonia con el gobierno, tomando como foco principal el tema ideológico y el trato deshumanizador que se daba en ese lugar.
Siendo claros, poco se ha hablado o escrito de esa parte de la historia, porque el poder de la Colonia y de sus aliados, en Chile y Alemania, siempre estaba funcionando para que esa verdad se cubriera o se borrara, porque no les convenía que fuera conocida y difundida.
Y hasta no hace mucho, Chile todavía heredaba ciertas cuestiones del régimen dictatorial que marcó a la población hasta el extremo de que aún se sigue hablando sobre los horrores de Augusto Pinochet.
Durante más de tres décadas, en un predio a 350 kilómetros al sur de Santiago de Chile hubo violaciones de menores, esclavitud, torturas y asesinatos de opositores, secuestros, tráfico de armas, retenciones forzosas, adiestramiento de paramilitares, todo oculto bajo una cortina de religiosidad.
Cuando a mediados de los noventa se destapó todo, la sociedad chilena pudo ver a unos extraños alemanes, muy pobres, que se hacían llamar colonos, que no hablaban español, que no sabían que había una dictadura.
Pero tales hechos se cuestionan, ya que el lema de Colonia Dignidad era “Silencio es fortaleza”, aún más macabro y terrible. Y a pesar de que se cuestionó por qué no escapaban, pues habían vallas electrificadas de dos metros, minas en los alrededores, torres de vigilancia, hombres armados y perros adiestrados que lo impedían.
Una extremidad de la dictadura
El régimen de Pinochet usó el lugar como centro de torturas y exterminio, ya que al menos 38 opositores murieron allí, aspecto que deja entrever el filme del 2015.
Todo esto era encabezado por Paul Schäfer, un alemán que llegó en 1961 a Chile, donde fundó Colonia Dignidad, una comunidad con estructuras de secta.
Este enclave alemán fue utilizado por la dictadura de Pinochet como centro de detención y tortura, incluso habían construido un entramado de túneles que recorrían la hacienda.
Por lo que se sabe de las investigaciones, Schäfer fue un médico en la II Guerra Mundial, huyó de Alemania acusado de pederastia y llegó a Chile a principios de los 60 con algunas de sus víctimas.
Estaba “convencido de que Dios le había encomendado una misión por la pureza y contra el comunismo”. Algunos testigos cuentan que durante su declaración solo se justificó, no pidió perdón, no explicó nada.
El infierno “llegó a su fin” cuando tras el término de la dictadura, Schäfer fue acusado de diversos delitos, incluyendo homicidio y pedofilia. Pero, huyó a Argentina, donde fue capturado y extraditado a Chile. Allí fue sentenciado a cadena perpetua y murió en prisión.