La guerra que movió el plátano clonado
La variación del plátano sin semilla, aguarda dentro de sí una historia de guerra y clones, que jamás pensaríamos que sería tan interesante.
El plátano, tal y como lo conocemos, es básicamente un clon. Si, uno de los frutos más populares en el mundo, es actualmente, en su versión y genéticamente modificada, un verdadero producto de las guerras del capital. Además, aguarda dentro de sí una historia que no habríamos pensado que sería tan interesante.
Originaria de Asia, aunque ampliamente diseminada por el mundo, fue traída desde África hasta América por los españoles, y se convirtió en parte de la base de la dieta latinoamericana. Sobre todo en zonas del Caribe, donde se reproduce con facilidad por las estupendas condiciones climáticas de esa zona.
Pero vamos directo al extremo turbio de la historia del plátano.
Todos consumimos clones
La versión alargada, amarilla y sin semillas del plátano o banana, es básicamente el producto de la reproducción por estaca (tallo) del plátano, que se caracterizaba por tener grandes semillas cuando poblaba Guinea, en el África Central.
Estas semillas servían para la reproducción del plátano, pero eran desagradables. Para finales del siglo XVI, la especie del plátano más dulce y con menos semillas, comenzó a ser reproducida de manera artificial, volviéndose más abundante la versión menos fea del plátano.
Esta reproducción artificial, provocó que la versión con menos o casi imperceptibles semillas, acabara por imponerse.
En un documental de Kiskeya Life, lograron recoger con la mayor sencillez posible, de qué se trató esta transformación del fruto que dio origen a una gran población de plátanos clones.
“La costumbre de tomar los retoños y cormos de las plantas que habían dado bananas buenas y replantarlas. Así, cada planta subsecuente era efectivamente una copia de la previa”, señala el documental.
El capital descubrió bananas como oro
Para finales del siglo XIX, la banana (nombre otorgado por los árabes) fue descubierta como un fruto de alto potencial para ser comercializado. Sería llevado a cabo por Lorenzo Dow Baker.
Dow Baker consiguió en la banana un fruto dulce, cuya cascara le permitía conservarse mejor. El norteamericano llegó a la costa este de los EEUU con un cargamento de bananas que se vendió rápidamente.
76 millones de norteamericanos comenzaron a consumir la banana, pues su costo era bastante asequible.
Fue comercializada en grandes cantidades por Dow Baker a través la compañía Boston Fruit Company. Es a partir de este hito cuando se produce el preludio de lo que fue una guerra brutal por el comercio del plátano o banana.
La guerra del plátano
La demanda de la banana creció exponencialmente. La Boston Fruit Company tuvo que expandir el cultivo de banana hasta varios países de Centroamérica y el Caribe, entre ellos, Costa Rica, Honduras, Nicaragua y Guatemala.
Buscando crear el más lucrativo monopolio, Lorenzo Dow Baker consiguió hacer todas las fusiones que necesitaba para crear la United Fruit Company, en 1899.
Con sangre y fuego, la United Fruit Company controló los territorios donde sembró la banana, es decir, esos países de Centroamérica y el Caribe en los que asentó su producción.
Las “repúblicas bananeras”
¿Recuerdan el logo de la famosa marca? “Banana Republic” fue un término popularizado por O. Henry, un humorista norteamericano a principios del siglo XX.
Pero la realidad era un drama, no una comedia. La United Fruit Company, con Edward Bernays a la cabeza de sus relaciones públicas, logró promover con éxito un golpe de estado en Centroamérica contra Jacobo Arbenz, presidente democráticamente electo en Guatemala.
La plataforma puesta por la United Fruit, no solo sirvió para preservar los intereses de la empresa, sino también para comenzar la cruzada anticomunista que se extendió por centro y Sudamérica.
La United Fruit fue una de las principales financistas del desembarco en Bahía de Cochinos, que quiso poner fin al gobierno de Fidel Castro, y a la Revolución Cubana.
“La Chiquita” continuó con la tarea anticomunista
Décadas después, lo que anteriormente se llamaba United Fruit, adquirió el nombre de Chiquita Brands. Sin embargo, los métodos se mantuvieron.
“La Chiquita” admitió, en el año 2007, haber financiado a las Autodefensas Unidas de Colombia. Se trata de un grupo paramilitar de derecha, al cual se le señala de haber perpetrado masacres con el uso de motosierras, extorsiones, secuestros, y otros actos violatorios de los DDHH.
La reproducción artificial de los plátanos clones, acabó por convertirse en el motor de una maquinaria sangrienta que le ha dejado bastante poco a Sudamérica.