Seis polémicas de la Reina Isabel II
Presentamos algunas de las polémicas más sonadas, protagonizadas por la Reina Isabel II y parte de la familia real británica.
La Reina Isabel II parte de la vida terrenal. Grandes recuerdos deja para los pueblos del mundo y muchos de ellos confrontan la creencia de pureza que debe vestir a los reyes como representación de Dios en la Tierra.
Por aquí, vamos a rememorar seis grandes polémicas que protagonizó durante su larga vida.
Plantón
El plantón de Juan Carlos y Sofía, los reyes de España, el cual tuvo lugar en la boda de su hijo Carlos con Diana de Gales. ¿El motivo? Comenzar la luna de miel desde Gibraltar. La Casa Real española fue la única europea en ausentarse.
Para el ministro Fabián Picardo, “ha reinado con sabiduría y con una dedicación incomparable”.
En el seno de VOX se han generado choques, reivindicando la españolidad de Gibraltar después de la muerte de Isabel II. Incluso uno de los diputados se refirió a Ayuso como “cateta” por declarar tres días de luto oficial en Madrid.
El diamante
Hace 15 años se consiguió en África el diamante más grande del mundo. La piedra, haciendo clara alusión a la procedencia de las riquezas de la monarquía, adorna el cetro y la corona real.
En 1995, durante una visita oficial a Sudáfrica, recibió un reclamo por parte del jefe de la tribu de Tanzania, quien exigió la devolución del diamante “Gran Estrella de África”, a lo que Isabel II hizo caso omiso.
Las Malvinas
Los excombatientes de Las Malvinas, a través del Centro de Excombatientes de las Islas Malvinas (Cecim) de La Plata, Provincia de Buenos Aires; se manifestaron acerca de lo que denominaron un “tratamiento edulcorado” de la figura de la Reina Isabel II, recordando que el imperio británico no ha salido de las tierras argentinas.
“Ante la muerte de Isabel Alejandra María Windsor, Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la cara de la monarquía a nivel mundial, que detentó el trono durante 70 años, anteponemos que encarnó el sufrimiento de los pueblos sojuzgados bajo el dominio colonial y económico durante todo su reinado, un sistema arcaico como lo es la monarquía británica”, expresaron.
Los Paradise Papers y el dinero guardado en las Islas Caimán
La Reina acaparó la portada del diario The Guardian en 2017, por asuntos menos sublimes a los que nos tienen acostumbrados los “Royals”.
Los Paradise Papers, una investigación liderada por el diario alemán Süddeutsche Zeitung, junto al Consorcio Internacional de Periodistas, difundió importantes hallazgos en las finanzas de Isabel II.
La Reina de Inglaterra tenía alrededor de 13 millones de dólares (10 millones de libras esterlinas) en dos fondos en las Islas Caimán y en Bermudas, dos de los más famosos paraísos fiscales del mundo.
Estas cuentas offshore, fueron abiertas por Isabel II a través del Ducado de Lancaster, desde el cual se financiaban sus gastos personales.
Appleby, una firma de abogados dedicada a administrar patrimonios offshore, fue la fuente de la información sobre el dinero colocado por Isabel II. La BBC de Londres intentó espantar el halo de corrupción que cubrió a la Reina de Inglaterra, pero no fue mucho lo que pudo hacer.
“Ese niño es demasiado moreno”
Lo que podría suponerse, en un ambiente tan conservador como la realeza, efectivamente sucedía. Al menos eso declaró Meghan Markle, esposa del príncipe Harry.
Entre otras taras anacrónicas, el racismo forma parte de lo que abunda dentro de “la firma”, como se le conoce también a la Corona Británica.
Isabel II tuvo que lidiar con la indiscreción de otra mujer maltratada por su organización. Meghan Markle recordó a Diana de Gales, cuando ofreció aquella polémica entrevista a la BBC.
Archie, el primogénito de Harry y Meghan, fue recibido al nacer con duras observaciones del entorno de la Reina, por el color de su piel.
“Temían que Archie fuera demasiado moreno”. Ninguno de sus padres reveló qué miembro de la familia real británica refirió a esa “preocupación”.
Impunidad para el príncipe Andrés
Las “indiscreciones” de la familia real británica consumieron más titulares de farándula, y lo que podría ser una especie de barrera de contención, la opinión pública, no ha sido suficiente para lograr que los miembros de la familia real paguen condena por lo que se consideran delitos graves.
El caso Jeffrey Epstein involucró una gigantesca red de tráfico sexual liderada por ese empresario, que también tuvo como protagonista al tercer hijo de Isabel II.
La red de tráfico sexual donde participó el príncipe Andrés, implicaba el abuso de menores y la pederastia.
Para librarlo de la cárcel, la corona británica reunió a un selecto grupo de abogados que alegó nada menos que la inmunidad diplomática, para eludir la responsabilidad en el caso donde Virginia Giuffre, le acusó de haberla utilizado con fines sexuales, luego de ser entregada por la red de Jeffrey Epstein.
Todo finalizó con un acuerdo extrajudicial estimado en 14 millones de euros, que habría costeado Isabel II de su propio patrimonio.