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El cine de Hong Kong: una perla escondida

Hong Kong tiene una de las industrias cinematográficas más grandes. Además posee una serie de características que pueden resultar tremendamente interesantes para los aficionados al cine.

00Alejándonos un poco de Hollywood para ubicarnos en Oriente, en este artículo nos enfocaremos en desentrañar el cine de Hong Kong, que se ha vuelto bastante particular desde la Era del Oro para dicha industria.

Como tradición asiática, se encuentra envuelto en un halo de misterio y posee joyas ocultas que difícilmente pueden ser popularizadas en la actualidad. Claro está, a menos de que sean difundidas entre amantes del cine de culto.

Cabe destacar que aportó tramas muy interesantes rodeadas de melancolía, nostalgia, romance y quizás un poco de tragedia, mientras que también caracterizó los mejores filmes de comedia y Kung Fu (sí, al estilo de Jackie Chan).

Una industria exuberante

Al pertenecer a una de las tres principales vertientes del cine chino, junto al de la China continental y el de Taiwán, Hong Kong fue durante décadas la tercera industria cinematográfica más grande del mundo.

Solo rebasada por la enriquecedora industria de la India, y en primer lugar, la del gran gigante estadounidense. Sin embargo, logró posicionarse como el segundo mayor exportador de películas a todas partes del mundo.

Consiguió todas estas victorias a pesar de la crisis que se extendió a mediados de los 90. En aquel momento fue víctima de los veloces cambios que venían con la modernidad, aunque también influyó la transferencia de Hong Kong a la soberanía china, en julio de 1997.

A pesar de todo, el cine de Hong Kong ha conservado gran parte de su identidad distintiva y sigue desempeñando un papel destacado en el escenario mundial.

Además, la industria del cine, junto al valor agregado del sector cultural y creativo, se acomodó en un 5% de su economía, lo cual es bastante impresionante en comparación con sus características.

A diferencia de las películas estadounidenses, los filmes de Hong Kong suelen ser de bajo presupuesto.  De hecho, cualquier lanzamiento que se haga estará finamente planificado: una gran estrella que lo protagonice, un buen guion, escenografía, vestuario y soundtrack acorde.

Según las estimaciones de 1997, que si bien es un dato ahora algo inexacto debido a las condiciones económicas del mundo actual, esta producción podría costar alrededor de 5 millones de dólares.

El cine en silencio

Durante décadas, las películas se rodaron en silencio. Con los diálogos y todos los demás sonidos doblados posteriormente, debido al manejo de diferentes idiomas en la región.

Este método fue mucho más rápido y rentable para las productoras, que lo consideraban como una mejor opción en lugar de grabar sonidos en vivo. Así se les facilitaba la labor a los artistas que provenían de regiones distintas en cuanto a dialecto.

Un dato curioso con respecto al doblaje (porque solía usarse el cantonés estándar) es que muchas estrellas no solían grabar sus propios diálogos, sino que eran expresados por intérpretes menos conocidos. Obviamente, esto resultaba mucho más económico, aunque no por ello de menor de calidad.

Sin embargo, se dio paso a un enfoque mucho más improvisado y espontáneo que dio forma a las grandes piezas que conocemos en la actualidad. Esto es debido a que los actores y actrices entraban a grabar sin guiones terminados, diálogos inventados, y se les daba mucha libertad.

Ahora tenemos que desechar esa perspectiva miope sobre que el cine de Hong Kong simplemente es comercial, concentrado en un esquema de clichés, secuelas y remakes de antiguas producciones.

Filmes que podemos destacar

Una de las obras más notorias de Stanley Kwan ha sido Rouge, película de culto, aunque solo sea por ver reunidos en la pantalla a los desaparecidos Leslie Cheung y Anita Mui. La cinta muestra a dos personajes que desbordan apatía y se centran únicamente en sus emociones.

En ella, dos jóvenes enamorados no pueden amarse en vida y juran unirse ante la muerte. La clave está en que uno de ellos (Leslie Cheung) traiciona a su amada y no se suicida tal y como lo habían prometido.

De ahí que, se refleja una especie de metáfora alrededor de dicha sociedad. En ella, el amante que ha faltado a su juramento puede representar al Hong Kong capitalista, que se ha olvidado de su propia historia, de su pasado, mientras que la mujer, representante de esa historia y ese pasado, busca con obstinación a su amante (a Hong Kong) para que consiga alcanzar su identidad.

Por otro lado, del mismo autor, está Red Rose White Rose (1994). Sin embargo, esta película no tuvo muy buena acogida entre el público. Ahora bien, resulta muy interesante para entender la trayectoria de este productor.

En él se refiere al tratamiento de amor como un instrumento obsesivo de tortura. Un amor con el que se oprime a la persona amada, al mismo tiempo que se experimenta el dolor y el vacío.

Este filme trae al espectador una serie de emociones que tienen forma de huracán, como la soledad, el miedo a sus sentimientos, la pérdida de la identidad, y la aniquilación del yo por parte de los convencionalismos sociales.

Algunos filmes de la Edad de Oro
  • Érase una vez en China (1991)

Es una película histórica dirigida por Tsui Hark. Se volvió muy popular, ya que se le atribuye la revitalización del género cinematográfico de artes marciales de Hong Kong.

Está ambientada en la década de 1870 en Foshan, China. Está protagonizada por Jet Li, como el líder de una pequeña milicia local que se ve involucrada en una lucha contra el gobierno local y los invasores extranjeros.

  • Days Of Being Wild (1991)

Es una de las películas más aclamadas en el cine de Hong Kong. Está ambientada en la década de los 60, donde nuevamente vemos a la estrella Leslie Cheung como un violento playboy que va a Filipinas en busca de su madre biológica.