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Desarticulando la información: la caída real de Reino Unido

El breve mandato de la conservadora Liz Truss, dejó al descubierto que la receta del neoliberalismo no funcionó. Pero ojo, no fueron solo los impuestos.

La noticia ha sido que Liz Truss renunció porque rebajó los impuestos a los ricos y nada más. Sin embargo, sí hay más a analizar.

De ahí en adelante, el relato se centra en la fragilidad de un mandato que comenzó por la caída de otro conservador y por haber sido prácticamente puesta a dedo en el cargo de primera ministra del Reino Unido.

Además, sus cambios súbitos en cuestiones como el Brexit y la propia política económica que pretendía imponer, son signos que colocan la atención fuera de lo que realmente es el trasfondo de su corto periodo. Esta no es otra que la crisis estructural del sistema capitalista neoliberal en el interior del Reino Unido.

Un asunto del sistema

El periodista peruano Eduardo Cornejo, advierte que la crisis en Reino Unido obedece a un problema más profundo que la inconformidad con el recorte fiscal.

Es un asunto del sistema político, social y económico. El sistema está colapsado y la conflictividad está presente desde antes del Covid”, señala Cornejo.

En agosto de 2019, miles de personas salieron a protestar en ciudades como Londres, Manchester, Glasgow, Oxford, Swansea, Bristol, Brighton y Liverpool. Lo hicieron para exigir la reapertura del Parlamento, cerrado por el entonces primer ministro Boris Johnson.

Johnson y sus partidarios querían acelerar la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Esta ya había sido decidida en 2016, pero las negociaciones para concretarse culminaron a finales de 2019.

El Banco Central no intervino

El doctor en economía, Eduardo Garzón, advierte que la izquierda podría estar cometiendo un error al insinuar que son los mercados lo que disciplinan a los estados.

Lo que está ocurriendo es que los bancos centrales han dejado de comprar porque han considerado (erróneamente) que debe elevar los tipos de interés para combatir la inflación. Al dejar de comprar deuda, han dejado vía libre a los mercados para chantajear y presionar al Estado”, expone Garzón.

Finalmente, lo que ha ocurrido es que el Banco Central compró deuda pública para estabilizar la situación.

Si quieren, los Bancos Centrales pueden evitar el chantaje de los mercados. Comprar el relato de que los mercados disciplinan a los Estados, es un grave error”, afirma Eduardo Garzón.

Es el neoliberalismo

Recortes de impuestos, descontrol de precios y políticas antilaborales, son las medidas de ajuste para asegurar, según el paradigma neoliberal, la generación de riqueza, y en definitiva, el crecimiento económico.

Los anuncios que hizo Liz Truss solo acentuaron las protestas que ya existían en Gran Bretaña. Las medidas que ella tomó están insertadas dentro de la receta del neoliberalismo. El shock fue tan terrible que de alguna forma asustó a las corporaciones que manejan el aparato financiero del Reino Unido”, apunta el economista venezolano Roberto Perozo Meleán.

El 2022 ha estado marcado por las protestas laborales. El sector ferroviario tuvo una huelga donde más de 40 mil trabajadores pidieron mejoras salariales y exigieron el fin de los recortes en empleos y cambios.

La guerra ha hecho lo suyo

La guerra es otra circunstancia que desnuda al neoliberalismo. La crisis energética obliga a los Estados a administrar lo que existe, y los primeros afectados son los ciudadanos comunes.

Cuando Truss asumió el cargo, la nación enfrentaba un panorama económico desastroso. Especialmente porque se esperaba que los costos de la energía se elevaran un 80% en octubre y que volvieran a subir en enero. Esta situación amenazaba con condenar a millones de británicos, que ya sufrían los efectos de la inflación y otros problemas, a condiciones de pobreza extrema”, relata el NY Times.

El contexto mundial signado por la guerra deja al descubierto la ineficacia del neoliberalismo. Sin embargo, abre la puerta para tendencias mucho más conservadoras, pues gobernar se trata de un asunto de sobrevivencias.

En Europa cayeron en una trampa y tomaron medidas contra Rusia, pero los únicos que tienen combustible para sobrevivir son Noruega y Reino Unido”, destaca Eduardo Cornejo.