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Aurora Picornell: feminista, sindicalista y líder comunista

La historia de Aurora Picornell es tan sorprendente como triste. Sin embargo, a pesar de su deceso, deja un legado imborrable.

Aurora Picornell fue una mujer que trazó un legado tan importante que difícilmente será borrado de la memoria española. Pasará a la historia como una feminista, sindicalista y comunista que luchó hasta su muerte.

Se consagró como un ejemplo de política que difundió sus ideas. Se cultivó porque le interesaba el cambiar la realidad en la que vivía y rompió el estereotipo de la época, a pesar de las adversidades que había.

Para la derecha, Aurora representa una “doble transgresión”, de clase y de género, de una mujer obrera y reivindicativa que es recordada por sus logros en el proceso que lideró.

Una “simple costurera”

Picornell se dedicaba a la confección de vestimenta. A pesar de ser una humilde modista, desde temprana edad sintió un profundo interés por la política. De hecho, aprovechó lo involucrada que estaba su familia para unirse a ella.

Tenía muchos derechos por los que pelear. Por ello, no resulta sorprendente el hecho de que desde su juventud, empezara a mezclarse en la dinámica del sindicalismo y a interesarse por lo que profesaba la izquierda.

Todo esto, antes de integrarse formalmente en el Partido Comunista de España (PCE), formación en la que crecería y se convertiría en una de las líderes más influyentes en Mallorca.

De enormes cualidades

A pesar de haber nacido en una familia del barrio obrero de El Molinar, en Palma, perteneció a una generación de mujeres jóvenes que se politizaron durante la Segunda República. Con ello adquirió cualidades que muchas otras muchachas no tenían.

Le gustaba leer, estudiar, escribir y hablar, por lo que rápidamente tomaría partido en el movimiento obrero que anunciaba nuevas oportunidades para ella. Quería marcar una diferencia y mejorar a todas las mujeres que representaba.

Junto a Catalina Flaquer, Antònia Pascual Flaquer, María Pascual Flaquer y Belarmina González Rodríguez, fueron las conocidas como Roges del Molinar, algo así como las Trece Rosas.

A todas estas mujeres, presididas por Picornell, no les importó su condición de mujer que era visualizada como “inferior”. Redoblaron sus esfuerzos y participaron activamente en la política.

Esa oportunidad las sumergió en una militancia muy temprana pero provechosa, aunque Aurora destacaba por ser la “niña prodigio” de la izquierda mallorquina y una fuente de inspiración.

Por consiguiente, estuvo brevemente en las Juventudes Republicanas Federales. Eso fue antes de ingresar, como su padre y su hermano, en las filas comunistas, donde se sentía más identificada.

Feminista y con gran personalidad

Sin embargo, antes que el comunismo llegarían el feminismo y el libre pensamiento. Por lo que ella escandalizó y revolucionó a la comunidad cuando, a sus 16 años, escribió el prólogo del libro La mujer, ¿es superior al hombre?, de la escritora Margarita Leclerc.

Además de eso, resaltaba por ser autodidacta y una intelectual orgánica de la clase obrera. En palabras de Manuel Vázquez Montalbán, tuvieron que hacer “una larga marcha hacia la cultura convencional, pasando por la escolarización, la alfabetización y el descifrar los códigos de la cultura establecida, para comprobar hasta qué punto traicionaban sus propias necesidades”.

Su familia, la Picornell Femenías, fue muy conocida por su activismo político en defensa de los derechos de los trabajadores y de las clases más desfavorecidas de la época.

Aunque fue especialmente popular en el barrio palmesano de El Molinar, su acción transcendería mucho más allá de la zona y de la ciudad de Palma.

Por otro lado, se convirtieron en una de las familias más perseguidas y castigadas por el régimen franquista.

Contra todo obstáculo

Aurora es un claro ejemplo de superación y victoria. A pesar de su clase social y la Mallorca rural de los años 30, se convirtió en un icono feminista, político, sindicalista y cultural que llevaría a cabo actividades que ninguna otra se había atrevido antes.

Su vida está contada por el historiador David Ginard en el libro Aurora Picornell. Feminismo, comunismo y memoria republicana en el siglo XX. En él reconstruye la vida y el mito de un personaje que pasó de la popularidad al silencio y el olvido, y de ahí a una creciente reivindicación y presencia en el imaginario progresista de la Mallorca democrática.

Ahora bien, debe quedar claro que hablar o escribir de Picornell, es relatar la organización de mujeres del Partido Comunista en Balears. También como feminista e impulsora del Día de la Mujer Trabajadora en Mallorca.

Sin duda, su capacidad de oratoria, unida a la empatía que transmitía y su movilización constante, la llevaron a dar el salto a la esfera pública, participando en una causa que sabía beneficiaría a todos.

Tristemente, sería detenida en los primeros días tras el golpe de Estado militar. Luego sería encerrada, primero en la prisión Provincial de Palma, y después en la prisión de mujeres de la calle Sales.

Esa desordenada línea de eventos, llevaría a su desaparición junto con otras compañeras la noche del 5 de enero de 1937. Recientemente encontraron sus restos y ahora descansa junto a su familia.

Sus últimas palabras fueron impresionantes, quedando grabadas a fuego: «Podéis matar a hombres, a mujeres, a niños como el mío que todavía no han nacido. ¿Pero, y las ideas? ¿Con qué balas mataréis las ideas?».