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“Salario o conflicto”: las contradicciones del pacto social

Se avecinan medidas de presión para mejorar salarios y convenios colectivos. El fin de descargar a los trabajadores de problemas como los generados por la crisis actual, sería una de las principales motivaciones .

El que trabaja tiene derecho a un salario justo. Esa, históricamente, ha sido una premisa fundamental. La piedra angular del ejercicio cotidiano de transformar y coadyuvar en el desarrollo de una sociedad entendida como moderna, y el despliegue del ejercicio de sindicatos y luchas obreras universales.

Sin embargo, las diferencias sustanciales entre el trabajador o trabajadora, la fluctuante realidad macroeconómica y la incorporación cada día más sólida de elementos tecnocráticos, ha distorsionado el peso específico del esfuerzo, manual o intelectual, contra el cobro de sus beneficios contractuales.

Bajo un lema

El movimiento sindical en España, de la mano de partidos como UGT, ha buscado a través de la campaña “salario o conflicto”, recentrar  el tema laboral en la temática actual española.

La manifestación en torno a esta solicitud, ha logrado acercar y programar una serie de actividades destinadas a mejorar las condiciones laborales en el suelo español.

Para Pepe Vázquez, representante de UGT, la movilización se realiza para “que la patronal sea consciente de que el lema salario o conflicto no es una broma”.

El uso del conflicto laboral como herramienta de presión, ha dado innumerables frutos.

En palabras de los representantes a favor de salarios justos, “el tiempo nos está dando la razón. Allí donde ha habido conflicto, hemos conseguido subidas salariales para garantizar el poder adquisitivo de los trabajadores. Y ha sido así en empresas con grandes beneficios y en otras con menos”.

Este reagrupamiento ha servido para dibujar una hoja de ruta destinada a conseguir aumentos entre el 2,5% y el 4% para el año 2023. Des esta manera, se podría delinear el año 2024 asumiendo horizontes inflacionarios.

Posibles negociaciones

El secretario general de CCOO, Unai Sordo, ha planteado que “hay que tensionar la negociación de los convenios colectivos”.

Esto con la vista puesta en las reivindicaciones laborales que deben acunar los líderes sindicales.

La fuerte presión ejercida por la crisis, ha permitido apuntar, según Alvarez, a que la lucha va “de cómo se reparten los costes de la inflación entre salarios, beneficios y sector público. Y vamos a pelear ante esta disputa”.

Para los delegados y sindicalistas, el tiempo de sentarse a discutir los contratos es ahora.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales es para esta lucha, el correlato y contraparte de la acción en desarrollo. Es el actor que debe sentarse y resolver de manera conjunta las exigencias de los trabajadores.

En fin, el asunto salarial está consustanciado con los niveles de gobernabilidad y crecimiento económico. De descuidarlo, este flanco podría ser el lado débil del espacio vital de gobierno y oposición.

Álvarez argumenta que “si no se sienta a negociar los convenios colectivos con mejoras salariales, las acciones de calle y hojas de ruta del conflicto se mantendrán en pie”. Esto, en franca alusión a los posibles conflictos venideros ante la crisis como forma de vida.