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Rafael Correa: “No hay nada más difícil que vivir sin ti”

Es impresionante la obsesión que tienen con Rafael Correa. Dijeron que ya era un cadáver político, que ya no era nadie, que el pueblo ya no lo quería, que su fin había llegado. Pero resulta que no ha sido cierto (y quizá no lo será por muchos años), no ha muerto en la política ecuatoriana. Al contrario, está más vivo que nunca y sus adversarios lo saben, se acuerdan y les duele. Están muy pendientes de él y no lo superan.

Miran sus entrevistas, leen sus tuits, lo citan, lo nombran, lo descalifican, forma parte de ellos. Como si la política empezara y terminara en Correa. “No hay nada más difícil que vivir sin ti” cantaba Correa la canción de Marco Antonio Solís en algunas sabatinas cuando era presidente, para mofarse de sus opositores/odiadores, cuya razón de ser giraba en torno a su figura. “¿De qué hablarán cuando yo no esté?” se preguntaba con una carcajada. No se equivocó, luego de casi 4 años de haber dejado el poder, sigue siendo la figura política más importante en Ecuador, y no precisamente porque él lo quiera así.

La prensa habla de su gobierno y de sus errores en sus noticieros estelares. Desde el primer minuto de gobierno hasta hoy a casi pocos meses de finalizarlo, Lenín Moreno no deja de hablar de Rafael Correa, de echarle la culpa del caos consecuencia de su vil traición y entrega a los poderes fácticos que lo han sostenido y solapado en todo este tiempo

La Fiscalía existe por y para meter preso a Correa a toda costa. La Procuraduría solicita el embargo de la casa que adquirió antes de ser presidente y la casa heredada y compartida con sus hermanos en Guayaquil. Colocan una placa en las paredes exteriores de Carondelet para humillarlo.

Las “propuestas” de campaña de los candidatos siguen siendo el mismo trillado anticorreísmo. El 60% de las preguntas y comentarios en las entrevistas que les realizan a Andrés Arauz y Carlos Rabascall son sobre Rafael Correa. “El prófugo” repiten una y otra vez pseudoperiodistas, politiqueros y lacayos para sentirse superiores.

Ahora resulta que “el prófugo” no ha estado muerto políticamente. El CNE le prohíbe a la lista 1 usar su imagen en spots de campaña. Desde luego, con la venia de los políticos que manejan el CNE. Y esto se debe que le tienen miedo, saben en su interior que Rafael Correa no ha muerto en Ecuador, y eso les enfurece, los descontrola, no lo entienden, no lo van a entender. Creen que haciendo eso bastará para que Andrés Arauz no gane las elecciones.

¡Qué equivocados que están! Con esto lo han puesto otra vez en el centro de la política nacional. Sí, en el lugar donde siempre ha estado aunque les duela. Lleva 14 años en esa posición, y para derrotarlo, en vez de hacer las cosas desde otro discurso, intentan hacerlo desde el anticorreísmo, por eso generan lo opuesto a lo que tanto quieren: borrarlo del mapa político.

Podrán evitar que él salga en los spots de campaña, podrán sentenciarlo, denostarlo, humillarlo. Pero no podrán borrar 10 años de obras en todo el país, de políticas públicas a favor de las mayorías, de dignidad y justicia social, de disminución de la pobreza, de avances en la educación y en la salud, de gobernar para el pueblo y no para los banqueros que hoy quieren ser presidentes luego de cogobernar con Moreno 4 años. Y sobre todo, no podrán borrarlo del corazón de muchos ecuatorianos. Ahí está, y a ese lugar no entra cualquiera.