Surrealismo en el Caixaforum de Madrid

Acompañadme por favor en estos tiempos de pandemia, para conseguir evadirnos un poquito de este horror que nos rodea a esta interesante exposición celebrada recientemente en CaixaForum sobre Surrealismo.

Y va a ser con estos surrealistas, que todo el mundo ya conoce. Vemos como la crisis del arte en lo tocante a la representación de lo real y las teorías de Einstein y Freud referidas a la percepción y la verosimilitud de nuestro mundo exterior e interior, junto con la incorporación a la vida cotidiana de la fotografía, abocaron al nuevo siglo a seguir esta y otras innovadoras y vanguardistas tendencias.

Parafraseando a Magritte, con el famoso cuadro sobre su pipa (y en este caso tienen los organizadores toda la razón); “esto no es una exposición”.

Esta visión más introspectiva de la realidad ante la poca fiabilidad de lo percibido por los sentidos tuvo repercusión no solo en los objetos puramente artísticos, como pueden ser las tradicionales pinturas y esculturas, sino que también se vio reflejada en la arquitectura y en todo tipo de objetos cotidianos; sirva de ejemplo esta silla de Gaudí para la casa Caivet.

 Lo difícil en este caso es no caerse de la cama, y aunque te encuentres desgraciadamente solo.

Una vista de una de las salas de las muchas que albergan esta exposición de surrealismo, en este caso con un De Chirico al fondo, y con los objetos más variopintos por en medio; un caballo, pies, manos, ojos (y un señor que no es de la performance).

Hablábamos antes de Magritte, ¿Qué mejor sitio para un cuadro sobre un trozo de queso que una quesera?. Pues eso. Ved su obra Este es un trozo de queso.

Eran todos unos cachondos, pero especialmente, este y Dalí. Oleo sobre masonita, marco de madera bañado en oro, caballete miniatura, urna campana de vidrio y base de mármol.

Las posibilidades industriales respecto a la fabricación en plástico posibilitaron la confección de muebles de cualquier tipo de forma. Ello dio pie para que el movimiento radical italiano Diseño Radical cuya figura más visible fue Roberto Matta, criticase este funcionalismo con la creación de objetos realmente absurdos. Ved aquí el homenaje a Magritte en este “carrito de bebidas“.

Amor, sexualidad y erotismo tuvieron un importante papel en el surrealismo. Las teorías derivados del psicoanalismo propuesto por Sigmun Froid llevó a los surrealistas a emplear en muchas de sus creaciones una fuerte carga erótica. Tal vez su mejor ejemplo sería el diseño basado en la artista Mae West con su famoso sofá-labios de Salvador Dalí.

El alma y el sentido oculto de los objetos. La asociación de ideas. Eros y Tanatos.

Wolfang Paalen, el genio humano

Fotograma de una ecena de la primera película surrealista La coquille et le cleygerman, de la cineasta francesa Germaine Dulac, con guion de Antonin Artaud, que provocó un gran escándalo y criticas hasta del propio Artaud, según el mismo contó, la película (que era una crítica a la burguesía, el clero y el ejército), “no contaba una historia, sino que reflejaba una serie de estados mentales que se deducían unos de otros, como el pensamiento se deduce del pensamiento”.

El grandísimo Picasso tampoco fue ajeno a esta tendencia de utilizar como medio para su arte cualquier avance industrial. A tal fin se proyecta un corto en el que podemos ver cómo, con aquella milagrosa facilidad que nuestro genio poseía, emanan de su mano efímeras y adorables grandes obras proyectando un haz de luz, que al instante desaparecen.

Salud.