La agencia Bloomberg saca una información en la que sostiene que la administración de Donald Trump estudia sanciones contra España, y el ABC, sin contrastar la información, remata con un titular en el que explica que esa variable sucedería “por la supuesta ayuda del presidente español Pedro Sánchez a su homólogo venezolano Nicolás Maduro“.
La información ya ha sido desmentida por el gobierno de Estados Unidos (EEUU). Pero el prestigioso medio de comunicación conservador no se ha dado prisa para desmentir la información, que ya es falsa, con otra noticia en la que se recoja las aseveraciones del poder ejecutivo norteamericano.
Lo que aquí ha acontecido es una muestra del funcionamiento de los medios de comunicación en poder de la oligarquía -de diferentes naciones-, que gracias a la inexistencia de un polo mediático alternativo, pueden faltar constantemente a la ética periodística, sin perder por ello la credibilidad social con la que cuentan. En un anterior editorial ya analicé las causas que son las causantes de esta situación.
El ABC tiene una marcada línea ultraderechista por la que normaliza a nazis violentos haciéndolos pasar por ciudadanos partidarios de la unidad de España, justifica invasiones imperialistas a países cuyos gobiernos no atienden a los intereses de las grandes potencias de Occidente, y perpetra manipulaciones como la que es objeto de análisis en el presente texto.
No es un secreto que ABC destina muchos recursos a tratar el tema de Venezuela, de una manera que distorsiona la realidad, tal y como se ha demostrado en varias ocasiones en la sección “Desarticulando la Información” de ElEstado.Net.
Al ver que una agencia internacional como Bloomberg sacaba un análisis que refrendaba una buena parte de su línea editorial, y que además le servía para cargar contra Pedro Sánchez, para revestirlo con una imagen de izquierdas que asiente la recuperación del Régimen del 78, (la izquierda moderada cierra filas en torno al PSOE, la radical lo ve como voto útil, y la derecha lo rechaza apoyando socialmente con ello su imagen de izquierdas), se ha lanzado a publicarlo sin esperar a que el gobierno dirigido por Donald Trump lo confirmase.
Con el alcance que tiene el ABC, actuar de esa manera es democráticamente peligroso, porque la sociedad recibe un mensaje que no representa la realidad, configura un relato alternativo en base al interés de los poderosos, que ya ha sido capaz de sustituir a la realidad material que acontece, conduciendo a la alienación de la mayoría social, que cree antes lo que ven los ojos de los de arriba que los suyos propios.
Pero el ABC no solo no esperó a que la ética periodística hiciera acto de presencia, sino que tras haber conocido el desmentido de EEUU, no ha redactado, y observando su trayectoria histórica, no lo va a hacer, un nuevo contenido actualizando la información que en estos momentos está más cerca de ser una fake new que una noticia.
Que una actuación como esta la lleve a cabo un medio como ElEstado.Net es esperable, a fin de cuentas es un medio de comunicación con una apariencia que dista de ser tan perfecta como la del ABC (en nuestro caso, tras el primer ataque del Gobierno de Lenín Moreno, nos hemos visto debordados y no tenemos fondos como para arreglarlo todo), por lo que se espera que no sea profesional, más aún sabiendo que todos los que participamos somos voluntarios, y la mayoría no han estudiado periodismo.
Pero el ABC tiene una tradición histórica, tiene recursos suficientes como para saber al segundo lo que diga el gobierno de Estados Unidos sobre la noticia que han publicado, tiene los medios como para rectificar en un tiempo récord de minutos una información que considere que no es totalmente cierta, cuenta con profesionales que han estudiado periodismo en las mejores universides.
Contando con todo ese operativo, que haya publicado la noticia, y que después no haya actualizado la información dejando que la manipulación permanezca, responde a una estrategia planificada para atacar a un objetivo seleccionado, en este caso el gobierno de Venezuela.
El ABC ya lo ha hecho en anteriores ocasiones, y junto a él, el resto de medios de comunicación en poder de grandes banqueros y empresarios, ya que la concepción neoliberal de la información es que sirva como un negocio para perpetuar la posición social favorable de la oligarquía, atrás quedó entender la información como un derecho fundamental para que el conjunto de la sociedad pueda informarse con el objetivo de formar su conciencia crítica, para conocer lo que sucede en el mundo.
Esta herramienta necesaria para garantizar la igualdad en la democracia, -es innegable que la manipulación contra los gobiernos de izquierda se usa para propagar el miedo a las opciones de izquierda que se presentan a las elecciones en países con gobiernos neoliberales-, está rota.