Gobierno en Ecuador: la transición del traidor al vago
En Ecuador aumentan las críticas a Guillermo Lasso quien incumple sus promesas de gobierno mientras vacaciona e incursiona en Tik-Tok.
Hubo a lo largo de la corta historia de Ecuador toda clase de huéspedes en la casa del barón de Carondelet. Militares los primeros, políticos, banqueros, dictadores, alcohólicos, autócratas, dictócratas.
Los mejores inquilinos fueron los “revolucionarios” Eloy Alfaro Delgado, Jaime Roldós, Rodrigo Borja y por supuesto Rafael Correa, luego llegó el traidor y hoy se ha instalado el vago.
Moreno, preparó el camino desinstitucionalizando el Estado, debilitando la empresa pública y acabando con los servicios y planes públicos de salud, educación, vivienda, justicia social y trabajo. Persiguió, encarceló, corrompió y se vendió al poder mediático, banquero-empresarial y a las fuerzas armadas.
Cambió el plan de Gobierno por la “descorreización” aumentó el desempleo, la precarización laboral, desmanteló los servicios de salud, no construyó ni una sola obra relevante, tal vez un par de canchas de futbolito. Todo para preparar y apoyar el fraude científico y económico que habría de llevar al vago a sucederlo como inquilino de la antigua casa de Carondelet.
Pero ¿qué está haciendo el vago? Pues nada, eso es lo que hacen los vagos; nada para el Estado, la nación o sus ciudadanos, ninguna de las promesas de campaña ha cumplido hasta ahora ni lo hará, pero ya está en ciernes la privatización de las empresas públicas de generación hidroeléctrica, de extracción, transporte, refinación, comercialización y exportación petrolera.
Hasta los servicios de salud y de fondos de pensiones se privatizarán, los combustibles suben cada mes y la canasta básica también mientras los salarios de los que aún tienen trabajo pierden su poder adquisitivo.
Con un plan de vacunación inexistente y que marcha solo por azar, sin dosis suficientes para todos, y sobre todo sin acceso a los más pobres, a la ruralidad; ya se habla de paros y huelgas, los campesinos, los arroceros y bananeros, los transportistas, los desempleados y los que no recibimos atención sanitaria ni medicinas.
Fotos y más fotos de sus momentos de ocio y viajes, inconsistentes reuniones sin sentido ni contenido, apoyado por la prensa que no informa sino todo lo contrario pero mantiene el statu quo, dedicado a publicar vídeos cortos en tik-tok lo que han empezado a replicar gente del equipo de gobierno con muy mal gusto, pero que dejan ver el esbirrismo de sus protagonistas.
Cada autoridad cuando emite declaraciones, deja ver que ni de lejos están preparados para la administración de la cosa pública, y van de tumbo en tumbo, experimentando errores que los alejan más y más de la ciudadanía y los mantienen cerca y al servicio de los intereses capitalistas y neoliberales.
Lo cierto es que mientras el gobierno del traidor es identificado como “El peor Gobierno de la Historia”, el gobierno del vago, ya se perfila como el “Segundo peor Gobierno de la Historia” es decir, es tan pero tan malo que ni siquiera puede superar al peor.
Este Gobierno es precisamente el que las élites apoyaron esperando resarcirse económicamente con las privatizaciones y que una parte del pueblo engañado por la mentira y el odio que promovió la prensa corrupta, también votó.
Después de la década ganada, en que el Ecuador fue un país de lujo, de recuperación económica, de avances sociales, políticos y económicos. Hoy como ayer, desde mayo de 2017, se ha venido desmantelando para beneficiar a las élites empresariales y mantener amenazado al pueblo con la represión policial y militar.
Tanto es así, que el primer y creo único logro del vago que funge de presidente, es el notable incremento en la exportación de Ecuatorianos, pues sí, hoy como en los 90 la migración de los ciudadanos se incrementa cada día.
Tal es el punto, que las reservas de plazas en los aviones para abandonar el país están a reventar, y las oficinas de emisión de pasaportes están abarrotadas por gente que ve como única esperanza el ir a otro país en busca de trabajo aún en precarias condiciones.
Así, este país y su noble gente, se derrumba entre la arrogancia de un traidor y la vanidad de un vago que ha visto en el ejercicio de la presidencia la oportunidad de vacacionar con gastos pagados, del arduo trabajo de enriquecerse con la usura y el anatocismo.
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