La derecha española busca polemizar el contexto afgano
Para incrementar su base electoral, la derecha española plantea polemizar sobre la situación de violencia en Afganistán mediante tergiversaciones.
Ha sido una constate que la derecha española se circunscriba en un posicionamiento político-ideológico conservador, fundamentado en una praxis basada en la generación de discursos hostiles que denotan un intento de hacer rutinario el odio.
Dicho ejercicio político se materializa en la cotidianidad por medio de la tergiversación de las matrices noticiosas, sobre todo aquellas que son de amplia difusión. En este contexto, el conservadurismo readapta la objetividad informativa a sus parámetros ideológicos buscando obtener un beneficio político.
Con el fin de ampliar su base electoral, la derecha española plantea polemizar cada aspecto de la vida social, trayendo la conflictividad como contexto natural para el sustento de sus discursos basados en xenofobia, homofobia, nacionalismo, fanatismo religioso y la promoción de fórmulas neoliberales.
Muestra de ello, son los más recientes hechos que han sensibilizado a la comunidad internacional, se trata de la situación en Afganistán, donde en el marco de la retirada de las tropas de intervención estadounidenses, los Talibanes han retomado territorios controlados por la nación norteamericana durante 20 años.
En este sentido, Vox acusa al Gobierno de no “garantizar la seguridad” del personal diplomático español en Afganistán, a pesar de la reciente movilización de tropas a dicho país para facilitar el desalojo de los ciudadanos españoles.
Por su parte, y reiterando la ofensiva discursiva contra el gobierno de coalición, el vicepresidente político del partido, Jorge Buxadé, acusaba al Gobierno de Pedro Sánchez de “no estar a la altura” y ni siquiera garantizar la seguridad del personal ha ayudado al país en Afganistán, lo que considera una “vergüenza“, según escribía en su cuenta oficial de Twitter.
De esta forma, el matonismo y la agenda de crispación son formas de hacer política desfasada y sin ninguna correspondencia con la sociedad española del siglo XXI. Sin embargo, la ultraderecha mediante la tergiversación política pretende transformar la verdad.
A partir del tema afgano, se derivan una serie de preocupaciones de cara al futuro, sobre todo con respecto a la muy probable llegada de migrantes provenientes del masivo éxodo que actualmente acontece en Afganistán.
Esto último es una realidad para Europa y en especial en España, cuya derecha está acostumbrada a hacer uso de nativismo discursivos, para defender una postura ideológica que asume que los Estados deberían de estar habitados exclusivamente por los miembros del grupo nativo. Aquí el concepto de “nación” cobra fuerza para el conservadurismo.
La derecha no ahorrará esfuerzos en capitalizar el tema migratorio a su favor, bajo este enfoque, de que aquellos elementos no-nativos serán considerandos una amenaza fundamentalmente al Estado-nación homogéneo. Esto no solamente aplica a individuos, también a ideas que se consideran incompatibles con los cánones sociales cohesionadores de la sociedad española.
Hay una serie de elementos que pueden identificarse en la derecha que pueden dar muestra de una marcada lejanía con los preceptos democráticos históricamente aceptados. En España se evidencia la existencia de formaciones de carácter xenófobo y autoritario que buscan incidir en la vida pública.
En este sentido la derecha por medio del PP también a encaminado acciones de crispación política al solicitar la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para informar sobre las gestiones que se están llevando a cabo en Afganistán para evacuar a los ciudadanos españoles.
Dando a entender sobre un manejo solapado del manejo de la situación en el medio oriente piden “transparencia“, argumentando que se trata de una política internacional la cual es cuestión de Estado.
Por su parte, miembros de la coalición del gobierno español, en un gesto de entendimiento humanitario respecto a la situación, consideran que Sánchez debe facilitar la acogida de migrantes que quieran salir de Afganistán. Los socios de Gobierno aluden a la “responsabilidad directa” de Occidente sobre el sufrimiento de las personas que viven el conflicto, para justificar su petición.
Por su parte la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Vestrynge, ha hecho mención a la intervención militar estadunidense en Afganistán, asegurando que “es la demostración del fracaso de implantar una democracia a golpe de cañonazos”.
De igual forma, además de la responsabilidad de los EEUU, desde la tolda morada consideran que la reconquista de territorios del talibán es una demostración de las políticas fallidas de la OTAN y de una Unión Europea “sin política internacional propia“.
A nivel europeo, Izquierda Unida presentó el lunes 16 de agosto un cuestionamiento formulado a la Comisión Europea, donde esperaba saber qué medidas iba a tomar la UE para dar respuesta a la situación de los refugiados procedentes de Afganistán.
Según Sara Rigo, eurodiputada de la formación, ha publicado en su perfil de Twitter, que la izquierda europea pide saber si Europa va a habilitar un corredor humanitario “que permita a demandantes de asilo afganas, ser trasladadas a la UE para recibir protección internacional“.
Por parte del Ejecutivo español, ha declarado ante los medios que España enviará dos aviones A400 con destino a Dubái para cubrir la primera fase de repatriación del personal de la embajada en Afganistán, de los españoles que quedan en ese país, “así como de todos aquellos afganos y sus familias que durante años han colaborado con nuestro país“. Todo ello, durante las próximas horas.