Las monarquías árabes conectan a España con el terrorismo
La relación entre ambos sistemas ha estado rodeado por escándalos de corrupción, violación de DDHH y democracias ficticias.
Las revueltas populares que están sacudiendo los países de Oriente Medio y el Magreb tienen, además del efecto contagio y de los problemas económicos de la población, una causa fundamental: la falta de libertad y de democracia existente en todos los Estados.
Desde monarquías absolutistas, Repúblicas dictatoriales. Cada uno perteneciente a regímenes similares, por ende, los países de la región llevan décadas sumidos en corruptas autocracias.
Durante años, la mayoría de los países europeos, especialmente España, antepusieron sus intereses económicos, estratégicos y geopolíticos. De ahí que, la exigencia de valores democráticos y de respeto a los Derechos Humanos (DDHH) pasó a un segundo plano, perdiendo importancia dentro de la agenda pública.
A cambio, se acentuaron tres cuestiones prioritarias para contrarrestar la amenaza que aparece sobre la seguridad y la paz internacional. Entre ellas, el freno al islamismo radical, el control de la inmigración y el mantenimiento del suministro de gas y petróleo que todavía es considerado como uno de los recursos más esenciales.
Por lo tanto, los distintos gobiernos del bloque europeo entrarán en una enemistad con cualquier sujeto perteneciente al área de Medio Oriente.
Según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, las inversiones en España de los países de la Liga Árabe alcanzaron los 445,59 millones de euros entre 1993 y marzo de 2008.
Los que más invirtieron fueron Libia (189,36 millones de euros), Arabia Saudí (71,68), Marruecos (38,71), Omán (38,05), Kuwait (31,34), Jordania (24,46), Emiratos Árabes Unidos (20,22) y Argelia (14,09).
Intereses comunes forman alianzas
A raíz de estos acercamientos, el Estado español procuró y se dispuso a formular tratados de amistad y de cooperación, grandes contratos comerciales, visitas oficiales, restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Asimismo, los aparatos gubernamentales de Occidente se han defendido argumentando los mencionados intereses nacionales prioritarios y destacando los beneficios que las relaciones comerciales pueden traer a la población.
Sin olvidar los efectos contraproducentes de medidas radicales como embargos y sanciones que pueden surgir a partir de la ruptura de relaciones entre Estados.
No obstante, otros denuncian que los principales beneficiados de estas políticas no son los ciudadanos, sino las empresas internacionales y las oligarquías locales, y critican la “doble moral“.
Es el caso de Estados Unidos con la manutención del embargo sobre Cuba, pero sigue siendo uno de los principales receptores de la actividad económica de China.
Dentro de la historia de España, el Régimen franquista defendió la tradicional amistad hispano-árabe para poder salir del aislamiento que le había impuesto la comunidad internacional.
A pesar de ello, no han estado exentas de problemas, sobre todo en el caso de Marruecos y sus reivindicaciones sobre el territorio del Sáhara Occidental.
Los hechos se repiten
De todos los mencionados, Túnez es el único que venció una involución que ha obstaculizado los ya escasos espacios de libertad previo a 2011 e impuesto una atribulada nostalgia del futuro.
Mientras que, dentro del territorio de Afganistán se desata el caos a manos del régimen talibán que tomó el poder de manera abrupta.
El grupo de las siete economías más avanzadas del mundo exigió a los talibanes permitir la evacuación de extranjeros y refugiados más allá del 31 de agosto, la fecha límite fijada por Estados Unidos para completar su retirada.
El G7 dejó en manos de Estados Unidos si se extiende el plazo, posibilidad que los talibanes rechazan y aunque se anticipó un posible ataque terrorista, un atentado de ISIS azotó el aeropuerto de la capital.
La tensión en el panorama político, donde los líderes que encabezan la lista de los Estados más importantes han accionado en función al llamado “policía del mundo“.
Con un motivo mucho más sombrío ahora, la creciente crisis de refugiados en Afganistán, el colapso del Gobierno y el temor a un resurgimiento del terrorismo, han forzado la convocatoria de una reunión que se espera, de las respuestas pertinentes.
Derechos Humanos
El mínimo respeto a los Derechos Humanos es la tónica de estas genuinas tiranías que, bajo un perfil político-religioso de un Islam radical, degradante e inhumano, perjudica a quien no se someta a sus directrices.
No es sino ahora, el mejor momento para que los diferentes gobiernos prioricen el enfoque moderno del derecho internacional público, que es más humanista.