Continuamos nuestro recorrido por este excelente año; ahora le toca el turno a nuestra admirada Bauhaus, con su influencia en el arte de todo el siglo XX e incluso hasta el presente, nada de extrañar si vemos la categoría de sus miembros a los cuales los hados afortunadamente hicieron pudiesen coincidir allí.
En el Thyssen, donde tuvieron la buena idea de dedicar una pequeña muestra a analizar su presencia en la colección con motivo de su centenario, rindiéndole de este modo, un merecido homenaje. Y no hemos encontrado mejor modo de sumarnos a él que abriendo nuestra humilde crónica con ese dibujo de Kandinsky.
La Bauhaus (casa de la construcción, no podía llamarse de otro modo siendo su fundador Walter Gropius, arquitecto), nos parece fue la reacción alemana ante el triunfo de la industrialización anónima del XIX, intentando vincular en el convulso periodo de entreguerras a los artistas con la industria y con el diseño de los objetos cotidianos (en contraste con la reacción
inglesa ante el mismo fenómeno limitándose a querer rescatar a los tradicionales artesanos.
Paul Klee. Bodegón con dado.
El neoyorquino Lyonel Feininger (la March le dedicó también este año una retrospectiva genial), responsable merced a su agudeza e inteligencia entre otras muchas cosas de la consolidación de los incipientes comics en los gigantes de la prensa americana de la época, y que tuvo que sufrir ser mirado toda su vida como sospechosamente alemán en su país y como “americano” en Europa. Su hermano, por cierto, firmó alguno de los edificios más conocidos de la gran manzana.
Nuestras disculpas a Albers, Moholy-Nagy…., pero es que ya hoy no nos cabe tanto genio. Volvemos al 86 salón de otoño para rescatar el premio Tritoma, de Catalina Orart.
Y Fincias, My artist hands.
El Premio BMW a la innovación, Julio Sarramián. Dimensión fractal. Pintura sintética y oleo sobre lino.
Y nos gustó también esta pintura, dentro del Premio BMW, magnífica la recreación del absorto paseo por una sala de no importa cual museo, The Campbell sister, oleo sobre lino.Y este otro cuadro, de Pablo Jesús Castañeda, en el que los cardos que llaman al hermano Sanchez Cotán cobran vida reflejados entre esos arlequinados manteles metálicos. Pasillo, laminas de pintura acrílica, tela y bastidor.
Y ahora, tres dibujos de Sorolla, en la que fue su casa palacio y ahora es su Fundación.
Salud y República.