En el Thyssen madrileño. Genial, ¿verdad?
Esta óleo de la portada, de lo más destacado de esta mediocre exposición, pertenece al pintor Pere Borrell del Caso y lleva por curioso titulo Huyendo de la crítica (Una cosa que no puede ser o muchacho saliendo del cuadro).
He de confesar que junto con esos curiosos cuadros de gabinete, en los que se recogen un montón de pinturas dentro de la pintura (de Teniers, p.e.), y de algunos bodegones, este tipo de pintura (el trampantojo), es uno de los que más me agrada y que al mismo tiempo, no deja de sorprenderme.
Pero no es oro todo lo que reluce. Esta vez (y de nuevo), la exposición del Thyssen se queda un poco cortita.
De entrada, el título, si por trampantojo entendemos que cualquier tipo de cuadro ya lo es, por el mero hecho de representar en dos dimensiones lo que tiene tres, pues vale, aquí cabe todo. Puedes reunir, como hacen en esta exposición, trampantojos auténticos, bodegones, y hasta retratos. Pero que encima hablen de hiperrealismo...
Miren Vds., hiperrealismo es por ejemplo esto (y encima lo tienen a cincuenta metros, en el mismo museo, en la colección de la señora baronesa):
Richard Estes
Self portraid near the Oculus, World Trade Center
Óleo sobre lienzo
O esto del mismo artista:
Richard Estes
Nedick´s
Óleo sobre lienzo
Aclarado el tema, vamos ya al gatillazo de la exposición, donde (por qué negarlo), indudablemente como vais a poder ver, afortunadamente hay también cosas pero que de muchísimo valor…
Las dos primeras este díptico de la Anunciación de Van Eyk, que os aconsejaría ampliar lo más posible; os doy mi palabra que se trata de un óleo sobre tabla. Tal parecen dos tallas de mármol, y yo diría que casi esperas se vaya desplazando la sombra de las figuras conforme te mueves hacia los lados, o bien se modifique el reflejo sobre el supuesto cristal oscuro o piedra dura pulida que imaginas tras la figura de la Virgen.
Sublime.
Esto que sigue es precioso, pero es un bodegón, no es un trampantojo.
Pero me viene que ni como anillo al dedo para contar ya por fin la obligada y clásica anécdota narrada por Plinio sobre el desafío entre los pintores Zeuxis y Parrasio en la antigua Atenas, y que por otra parte va incluida en el precio de la entrada que habéis pagado al abrir este artículo, así que no os podéis librar de ella; allá va:
Zeuxis pinta unas uvas con tal realismo que incluso los pájaros se estrellan contra el muro en que estaban pintadas al tratar de picotearlas. Parrasio pinta por su parte una cortina que Zeuxis le pide retire para poder ver que es lo que ha pintado debajo, es el momento siguiente cuando es consciente de su error y reconoce entonces inmediatamente la habilidad de su oponente.
Francesco del Cossa
Retrato de un hombre con una sortija
Óleo sobre tabla
Christoffel Pierson
Aparejos de cetrería en un nicho
Óleo sobre lienzo
Anónimo alemán
Alacena con objetos
Óleo sobre lienzo
Jacobus Bultius (?)
Armero
Óleo sobre lienzo
Cornelis Brisé
Documentos de la tesorería del Ayuntamiento de Ámsterdam
Óleo sobre lienzo
Es curioso que en este tipo de trampantojos, los sujetos con una cinta, no suelen faltar ni el peine, ni la navaja, ni el acerico.
Samuel Van Hoogstraten
Bodegón en trampantojo
Óleo sobre lienzo
Curiosa….
Pierre Gilou
La Gioconda Impúdica
Óleo sobre lienzo
No sé si esto pega mucho……
Henri Cadiou
Trascendencia espacial
Óleo sobre lienzo
Ton de Laat
Paquete postal
Acuarela sobre papel
John Haberle
El cajón de un soltero
Óleo sobre lienzo
Tampoco es en sí un trampantojo, pero la minuciosidad y la perfección de este trabajo nos hace creer que merece compartir su imagen con vosotros.
Gerardo Pita
Redes. Puerto pesquero de Marbella
Óleo sobre lienzo
Pierre Gilou
La ventana tapiada
Óleo sobre lienzo
Salvador Dalí
Sin titulo. La mano. Obra estereoscópica.
Óleo sobre lienzo
Un Arcimboldo siempre es curioso de ver, aunque no sea en sí un trampantojo.
Giuseppe Arcimboldo
La Tierra
Óleo sobre tabla
Gaspard Gresly
Trampantojo con retrato grabado de Nicolás Boileau
Óleo sobre lienzo
El cajero automático estaba revestido de demasiado “realismo”, con tanto grafiti y no confundía a nadie, pero como veis, la puerta sí que invitaba a ser franqueada.
La muestra termina con una obra del escultor Isidro Blasco, encargada ex profeso para cerrar el recorrido. Y puede verse por delante y por detrás, para poder apreciar el armazón de la misma y su andamiaje.
Desde luego tiene su mérito.
Isidro Blasco/Cesar Galicia
NYC ATM. Tren elevado en Brooklyn
Técnica mixta sobre gesso, madera y panel de aluminio.
Y no os perdono, para finalizar uno de los más logrados trampantojos, esta puerta enorme situada frente al acceso principal a la colección permanente, que aunque forma parte de la exposición no está convenientemente señalizada, con lo que muy pocos visitantes se percatan de su presencia y pueden apreciarla.
Está situada junto a los enormes retratos del barón y la baronesa, y tiene el grandioso tamaño y una asombrosa similitud con las puertas de verdad realmente existentes del palacio que alberga la colección.
El zócalo metálico real de la pared os puede servir de referencia para apreciar en todo su valor el merito de la obra y lo conseguido (esta vez sí) del trampantojo.
Luis Mortalá
Ante la ley hay un guardián
Óleo sobre lino.
Y al salir, subimos por Alcalá, y nos encontramos este hermoso e imprevisto trampantojo en las obras de la Iglesia de las Calatravas, siguiendo la buena costumbre que observamos desde hace unos años en esta capital, de cubrir las obras en las fachadas interesantes con una réplica de la misma. Preferible en cualquier caso que verte asaltado por un anuncio.
Salud y trabajo.