Desarticulando la información: el marketing político de los extremos
La “sorpresa” de Rodolfo Hernández en las elecciones de Colombia nos obliga a retomar el análisis sobre el fenómeno de los candidatos extremos que se esconden de las encuestas pero se imponen en la votación.
Hace rato hemos visto triunfar esta especie de marketing de los extremos, que arrastra a la mayoría social al borde, casi siempre, del extremismo de ultraderecha.
Lo vimos en Brasil con Jair Bolsonaro, en Francia con Marine Le Pen, y un tiempo antes, con el ascenso al poder de un personaje tan caricaturesco como Donald Trump.
La moderación, las medias tintas, no acompañan la voluntad de quien se siente porque efectivamente lo está, en medio de una crisis sin solución cercana. Si un candidato ofrece soluciones radicales de hoy para mañana, podría barrer con su adversario si éste no es lo suficientemente contundente.
El mensaje central está basado en el miedo: “Si me votas, te salvo”, y no hay nada más poderoso que el instinto de supervivencia.
No hay método realmente nuevo
La Psicología de masas de Le Bon lo destapó hace 124 años; eventualmente un pueblo entero “puede actuar bajo la acción de alguna influencia”.
Sin embargo, esa influencia solía consistir en un acto de reunión como el típico mitin, cuando no, el cine y luego la televisión. El asunto luce ahora extremo individual, pero básicamente consiste en lo mismo, un pulso directo a la emoción que se busca activar.
El flechazo va directo a la amígdala cerebral, donde se alojan el miedo y el instinto de supervivencia. Llega bajo la forma de memes, mensajes privados en audio o video.
El marketing político del extremo
Intentamos atar cabos. Se trata de esta tendencia que reúne varios elementos: discursos elitistas, ultra conservadores, neoliberales, con la actitud desafiante al poder que atrae a la juventud y las técnicas de segmentación publicitarias disponibles en la big data y las redes sociales.
Puede que nos quedemos cortos pero existen, entre otros, 3 casos emblemáticos de este marketing político del extremo derecho del espectro.
Fascismo 2.0 o neoliberalismo millennial. Dentro de esta tendencia Jair Bolsonaro, Marine Le Pen, Donald Trump y podría decirse que Nayib Bukele; pero a este último la izquierda lo saca del montón por su postura aparentemente antiimperialista.
Ahora llega otro ejemplo, el de Rodolfo Hernández, quien desplazó al tecnócrata Federico (Fico) Gutiérrez, y competirá en la segunda vuelta de las presidenciales de Colombia contra Gustavo Petro, amenazando seriamente las posibilidades de la izquierda de acceder al poder.
Con toda la fuerza
“Armas para todos”, “cerrar las fronteras”, “acabar con la ideología”, son algunos de los lugares comunes de los discursos de los abanderados de la extrema derecha.
Todos transmiten en principio seguridad, y la exterminación de cualquier forma de discusión de debate ya no parece una oferta dictatorial. Por el contrario, se impone el paradigma de la libertad neoliberal que le permite al Estado cualquier clase de violencia con tal de imponer el orden.
El lenguaje es agresivo, y no importa porque la mesura no tiene ningún valor.
Jair Bolsonaro “La seguridad de las personas de bien”
Bolsonaro llegó a la presidencia del Brasil prometiendo libre acceso a las armas, y seguridad sobre sus bienes. Sonaba retrógrado, pero caló y la mayoría voto por él.
“Es urgente acabar con la ideología que defiende a los bandidos y criminaliza policías”, declaró Bolsonaro llegando a la presidencia del Brasil.
Marine Le Pen “expulsión de extranjeros delincuentes”
“Propongo un referéndum sobre la inmigración que contiene la expulsión de criminales y delincuentes extranjeros, la supresión del derecho del ius soli y la implementación de la prioridad nacional para la vivienda social y el empleo”, declaró Le Pen en su campaña electoral.
Para Le Pen, todos los problemas de Francia están asociados a los inmigrantes; y todos son, según ella, básicamente una amenaza.
A esa amenaza respondieron los franceses, y aunque no llegó a la presidencia, esa ira contra los migrantes permanece.
Donald Trump, la antipolítica
“Todo es charla, no hay acción con estos políticos” sentenció Trump a Biden en un debate presidencial.
Donald Trump inauguró la tendencia. Situarse fuera de la arena política como si se tratara de un ciudadano común, y la gente logra olvidarse de que se trata de un multimillonario.
Rodolfo Hernández “Salvar a Colombia… Del comunismo”
“El ingeniero” ex alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, llegó a segunda vuelta dejando atrás a Federico Gutiérrez y situándose a 12 puntos de Gustavo Petro.
También conocido como “el viejito sabroso del TikTok”, su campaña estuvo marcada por la consigna “Salvar a Colombia”. Señala la corrupción y así ha captado a los electores de las clases más bajas que de alguna forma se sienten desvinculados de la derecha y de la izquierda.
Pero “el viejito del TikTok”, se identifica con lo más ultra del espectro neoliberal, casi idéntico a Jair Bolsonaro. Insulta a sus contrincantes y su estilo burlón le llevó de un 13% en las preferencias, a un 28%, en menos de un mes.
Adiós democracia
Para ninguno de ellos la democracia es un tema que aparezca siquiera en su radar. Son el polo opuesto, y lo hacen además, una realidad digerible, aceptable y hasta celebrable.
El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica califica al discurso del marketing de los extremos como híper neoliberal, y es quizá el término más cercano a lo que transmite esta clase de campaña política, hasta el momento eficaz en términos electorales.
Como toda pasión es pasajera, estos personajes se desinflan rápidamente en la medida en que la ira y el pánico se van disipando. Sin embargo, esto sucede luego de que las urnas se han cerrado, y solo queda recoger los globos de la fiesta electoral.