La nueva moda de vandalizar el arte
Tras el último ataque de los ecologistas a “Los Girasoles”, comienza a cuestionarse si esta nueva moda es un peligro para el arte.
Parece que vandalizar las obras de arte está de moda. Al menos esa es la recurrente práctica que están tomando algunos ecologistas a modo de protesta y activismo. En los últimos meses, han habido diversos ataques contra reconocidas piezas en los museos.
Estos actos son planeados y realizados por organizaciones afines al medioambiente, principalmente del Reino Unido. Lo hacen para llamar la atención de las autoridades sobre el cambio climático, entre otras muchas cuestiones.
El último de ellos se registró en la Galería Nacional. En ella, dos activistas climáticos arrojaron latas de sopa de tomate sobre la pintura Los Girasoles de Vincent Van Gogh, en la Sala 43. Esto no tardó en viralizarse en internet.
Se trataba, concretamente, de una de las siete obras de Los Girasoles que elaboró Van Gogh, entre 1888 y 1889. Cinco de las cuales se exhiben en galerías y museos de todo el mundo.
A su vez, la pintura tenía un valor estimado de 84,2 millones de euros y el suceso se ha saldado con dos personas detenidas. No obstante, la pintura está cubierta por vidrio, así que no sufrió daños.
Just Stop Oil y sus motivaciones
Los jóvenes, quienes forman parte de la agrupación Just Stop Oil, explicaron que su acto de vandalismo fue “a modo de reivindicación”. Protestaban por el elevado costo de la vida y para pedir al Gobierno británico que detenga sus iniciativas de petróleo y gas. Esto, porque muchas personas no podrán calentar la sopa durante este invierno.
También hicieron algo similar hace tres meses, cuando miembros del mismo grupo se pegaron al papel sobre el carro de heno de John Constable, en la misma galería.
Luego, en junio, dos activistas diferentes de Just Stop Oil se pegaron a otra pintura de Van Gogh, en la Courtauld Gallery de Londres. Argumentaron haberse centrado en Los Melocotoneros en Flor, para resaltar el impacto del cambio climático. Fue justo cuando en Provenza, región francesa que aparece en la pintura, ardía junto a gran parte del sur de Europa por la ola de calor y la sequía sin precedentes.
Por otra parte, en Italia, otros dos activistas pertenecientes al grupo ambientalista Ultima Generazione, le hicieron lo mismo al vidrio que protege la pintura Primavera de Sandro Botticelli. Esta vez, en la galería de los Uffizi en Florencia.
El patrimonio mundial en peligro
En la actualidad ha habido varios ataques a pinturas por motivos específicos, así que aquí haremos un recuento de algunas de ellas.
La Venus del espejo, de Diego Velázquez
En el año 1914, la misma galería que fue noticia por el ataque a Los Girasoles, vio como una joven que militaba por la lucha de las mujeres para acceder al voto, tajeó en siete oportunidades La Venus del Espejo, del pintor español Diego Velázquez.
Según la activista Emmeline Pankhurst, líder del movimiento sufragettes, “intenté destruir la imagen de la mujer más hermosa de la historia de la mitología, en protesta contra el gobierno por destruir a la señora Pankhurst, quien es el personaje más hermoso de la historia moderna“.
La Gioconda, de Leonardo Da Vinci
También conocida como la Mona Lisa, resultó ser atacada en mayo de este año en el Museo de Louvre de París. Su autor, un hombre que le arrojó una porción de torta a la pintura.
Él exclamó: “Piensen en la tierra, hay gente que está destruyendo la tierra. Todos los artistas piensen en la tierra. Por eso hice eso”.
La Piedad, de Miguel Ángel Buonarroti
También en 1972, y frente a la mirada de miles de fieles reunidos en la Basílica de San Pedro, el húngaro Lazlo Toth ingresó a la sala al grito de “soy Jesucristo”.
Cuando llegó a La Piedad de Miguel Ángel portando un martillo de geólogo, arruinó el brazo, un ojo y parte de la nariz de la Virgen María. Tras el acto, la escultura se restauró y protegió por un acrílico.
Vandalizar el arte no es el objetivo
Según los expertos en arte, hay muy pocas causas que justifiquen vandalizar un importante objeto histórico y artístico. Especialmente cuando se habla de pinturas como estas.
A pesar de que los atacantes justifiquen sus acciones, piezas como la Mona Lisa y Los Girasoles —o cualquier obra de Van Gogh— son objetivos equivocados.
En palabras de la académica polaca Nina Witoszek, “Leonardo da Vinci tenía un gran aprecio por el medio ambiente. Sus obras escritas y pintadas trajeron ese amor por la naturaleza a la corriente artística. Era un hombre que seguramente ha sido pasado por alto”.
Por su parte, Vincent Van Gogh era un hombre que estaba deprimido. Se cortó una oreja y deseaba expresar su depresión a través de las pinturas que realizaba, con la esperanza de ser reconocido algún día.
Vandalizar el arte no parece un acto aconsejable. Sí, con ello se llama la atención, pero se puede dañar un valor cultural de peso.