Este autor que escribe desde Europa observa cómo en varios países de Latinoamérica, especialmente en Ecuador, la corrupción afecta a la justicia.
Hoy vamos a hablar de Ecuador, dónde se ha dado un golpe de Estado desde el mismo poder ejecutivo. Es de una evidencia supina que hay jueces, fiscales y funcionarios al servicio del poder y del dinero sucio, como lo demuestra el caso de la fiscal general.
Es desde luego el caso más mayúsculo, ya que ejerce su ministerio a base de tweets. O la jueza que sentenció el caso Odebrecht (Jorge Glas). De hecho casi todos los funcionarios que participan de la persecución política serán, en mi opinión, llevados ante la justicia una vez se recupere la democracia en su país.
Se hace difícil ver un pronóstico de inocencia para estos jueces, fiscales y resto de funcionarios corruptos. Quizás aspiren a una salida a un tercer país donde, al cabo de unos meses serán abandonados y repudiados una vez que ya no sean útiles.
Adjunto algún link de lo que sucede en países hermanos. Verdaderamente es poco inteligente siendo el que conoce la justicia ser el que la incumple.
Continuará…