El 1 de marzo desembarcó el neoliberalismo, en la política económica de Uruguay, de la mano de una coalición de partidos de la derecha. Estará al frente el poder ejecutivo nacional con una mayoría parlamentaria y con la dirección técnica de las corporaciones que pretenden reinstalar, como en la década de los 90, un modelo concentrador, liberal con mano de obra barata en dólares.
Desde finales de los 80, Uruguay se alineó con el desarrollo que se imponía en el sur de América, un país de servicios, en el marco de un modelo liberal y concentrador que multiplicó la pobreza y la exclusión. El año 2000 se encontró con la consolidación del modelo de liberalización comercial, la desregulación laboral y el desguace del Estado, aunque en el caso uruguayo fue limitado por el voto popular donde en un plebiscito se evitó la privatización de las empresas públicas.
Desde el 2005 los gobiernos frenteamplistas, en sintonía con los cambios políticos de la región, pusieron en marcha un proceso para revertir el modelo neoliberal, con el desarrollo de un modelo regulador y distributivo, caracterizado por una fuerte presencia del Estado, defendiendo los intereses de las grandes mayorías.
En los últimos 15 años hubo importantes cambios distributivos del Producto Bruto Interno que genera el país, con un Estado presente que revitalizó las empresas públicas como ANTEL (telecomunicaciones), UTE (Energía) y ANCAP (hidrocarburos y cemento.)
La victoria electoral, en el balotaje de noviembre, de la coalición multicolor conservadora pone en la gatera un proceso de deconstrucción de las políticas de los últimos 15 años, y el regreso al Estado ausente para las grandes mayorías, con concentración económica y exclusión social, para ello, la denominada ley de urgente consideración es una pieza clave a ese retorno.
Preguntas
Ante el desembarco neoliberal en Uruguay, caben las preguntas quién gobierna el mundo, quién gobierna cada país, de quiénes son las decisiones, de dónde surge la autoridad hoy en el mundo, qué factor juega la antipolítica.
A finales del 2012 al HSBC se le impuso pagar la mayor sanción aplicada a un grupo financiero por su permisividad con criminales y delincuentes de todo el mundo, que empleaban sus servicios bancarios para lavar dinero del narcotráfico y operaciones terroristas. Sin embrago no se presentaron cargos criminales, para evitar que una investigación a fondo derive en la desestabilización del sistema financiero mundial.
Blindaje mediático, verborragia en los medios masivos de comunicación, noticias falsas, lawfare, sistemas internacionales de espionaje y de protección a los grandes delincuentes de nuestro tiempo, los que se cobran vidas a gran escala, los que catapultan empresarios a la arena política o apoyan políticos débiles sin gran arraigo popular, como testaferros de los intereses corporativos cuyo objetivo es no tocar los intereses del gran capital.
Fuego amigo
Maya Cikurel, pareja del actual ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira fue detenida por orden de la Interpol la semana pasada en Colonia. El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie, compareció en Washington como experto en el juicio de la minera Aratirí contra el Estado Uruguayo por 3.536 millones de dólares.
La moral y las buenas costumbres provocan que la Convención Partido Nacional, (oficialismo desde 1 de marzo) del Departamento de Colonia, proclamase a Carlos Moreira, como candidato a intendente, en el marco de una investigación por los audios en los que ofrecía una pasantía a cambio de sexo.
Democracia o corporaciones
La Ley de Urgente Consideración, con más de 400 artículos, que planea enviar al parlamento uruguayo el nuevo gobierno, conlleva pedidos y exigencias de la Cámara de Industrias, de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, la confederación Empresarial del Uruguay, Andebu (medios de comunicación), Asociación Rural Uruguay, las empresas administradoras de fondos de pensión privadas, la Bolsa de Valores y las multinacionales de la telecomunicaciones.
Democracia o corporaciones es la línea que marca la verdadera grieta abierta no sólo en Uruguay, que tal vez la propia sociedad uruguaya no advierta esa disyuntiva. Las corporaciones globales disputan el gobierno del mundo con los electorados, y es obvio que su apuesta de máxima es neutralizar cualquier cosa que devenga del poder popular.
Las corporaciones en Uruguay y en los países del Cono Sur utilizaron hace más de 40 años una alianza táctica con las fuerzas represivas del Estado para reprimir y desaparecer, militantes, delegados y dirigentes sindicales y políticos, el plan sistemático de eliminar cualquier atisbo de poder popular, de incorporar valores distintos, de construir en conjunto, en comunidad.
En la actualidad se eliminan puestos de trabajo, programas sociales, se entorpece legalmente la actividad gremial, so pena de cárcel. Será para Uruguay tiempos que como dice la murga “Metele que son pasteles”, en su espectáculo 2020, “si le tocan un derecho a la gente / vamos a salir a la calle calientes.”