Más Madrid se ha convertido en Más país! (Mp), una marca con la que Íñigo Errejón se presentará a las elecciones como candidato presidencial. Es decir, liderando la lista que esa organización presente en Madrid al Congreso de los Diputados, los cuales elegirán con su voto al líder del poder ejecutivo.
La circunstancia de que este escenario se diera ya fue analizada como posible en las páginas digitales de ElEstado.Net, dentro de los contenidos en los que tratamos el contexto político español tras los resultados electorales del anterior ciclo electoral. Tuvimos en cuenta la evidencia que señalaba que la irrupción de Íñigo Errejón iba a servir para cimentar el bipartidismo, o al menos su pata izquierda, a la vez que para debilitar el espacio de la izquierda alternativa.
>>El uso que Pedro Sánchez hará del Más país! de Íñigo Errejón<<
Consideramos que el político populista presentaría un proyecto de significantes vacíos, lo que le iba a permitir aceptar propuestas neoliberales como la Operación Chamartín en Madrid. Una posición que lo predispone a pactar con el PSOE sin ningún tipo de exigencia política a cambio, cuestión que pone en aprietos a Unidas Podemos, que tendrá difícil explicar porqué no se une a un acuerdo en el que ya está el resto de la izquierda.
Este escenario se dará porque los medios de comunicación del Régimen del 78 van a cuidar mediáticamente a la formación de Íñigo Errejón, fomentando su imagen de izquierdas y ocultando la ausencia de propuestas políticas progresistas más allá de un discurso abstracto con retórica de izquierdas.
Estrategia mediática
Incluso los telediarios de la televisión pública abren con la noticia de la irrupción electoral de Íñigo Errejón, otorgándole más minutos a una fuerza política sin representación parlamentaria y sin visos de que la consiga más allá de Madrid, que a otras organizaciones social y electoralmente arraigadas.
La construcción del relato por el que Íñigo Errejón es “de izquierdas” ha comenzado. No existen propuestas concretas, puesto que el dirigente se basa en el populismo de izquierda de Ernesto Laclau, quién teorizaba sobre vaciar de contenido las propuestas clásicas de la izquierda para rellenarlas con interpelaciones sentimentales a las masas, sobre todo de carácter nacionalista, lo que explica el nombre de la marca electoral Más país! y el uso constante de “España“, “ciudadanía española” y “pueblo español“.
Al no contar con propuestas políticas concretas, Íñigo Errejón puede aparecer como un político de izquierdas con un discurso impostado para competir contra Unidas Podemos, a la vez que pacta con el PSOE un acuerdo económicamente de derechas para revestirlo con una imagen progresista.
Al hacerlo, por un lado desgasta electoralmente a sus antiguos compañeros y desmoviliza el voto de la izquierda alternativa, decepcionada por la falta de unidad, mientras que por el otro mueve al voto útil en favor del PSOE por el miedo a que la dispersión del voto acabe por favorecer la llegada del Partido Popular, Ciudadanos y VOX a La Moncloa.
El discurso
El discurso del candidato populista evidencia la construcción del escenario detallado en párrafos anteriores.
Voy a las elecciones generales con un objetivo muy claro: quiero que en mi país haya un gobierno progresista. Pero no voy a dar un cheque en blanco. Si el PSOE decide escorarse hacia PP y Ciudadanos y dar la espalda a conseguir un Gobierno progresista, ahí no vamos a estar. Íñigo Errejón.
El problema no parece ser las medidas neoliberales que el PSOE ha estado presentando a Unidas Podemos durante el verano ni que Pedro Sánchez haya mantenido las acciones de gobierno de Mariano Rajoy, sino que Errejón construye una alternativa que no puede darse en el escenario actual para justificar que, tras elecciones, Mp pueda pactar con el PSOE solo con que se cumpla la condición de que los de Pedro Sánchez no pacten con PP y Cs.
En un momento como el actual en el que el Régimen del 78 busca su recomposición original, que se lleve a cabo un acuerdo entre sus tres fuerzas principales que deben jugar el papel de enemigos políticos, no tiene sentido, por lo que no ha sucedido durante las negociaciones de los últimos meses.
Las palabras de Errejón sirven para volver a revestir al PSOE como un partido de izquierdas, a la vez que culpa a UP por no haber llegado a acuerdos.
“Cuando tenemos que elegir entre un gobierno progresista en España o que nos vaya mejor a nuestro partido, elegimos lo primero”. Íñigo Errejón.
No es solo que Más país! nunca se haya visto en esa tesitura, sino que al haber creado el partido, han nacido intereses políticos que antes no existían y que ahora, como mínimo son comparados con los de un posible gobierno progresista por él mismo.
>>El Régimen del 78 aprovecha la estrategia de Íñigo Errejón<<
Existen fuerzas políticas que ya estaban unidas trabajando por un gobierno progresista, por lo que no era necesaria la creación de una nueva que, según las encuestas que la toman en cuenta, señalan que a quién más afecta es precisamente a la principal fuerza de izquierdas que más ha trabajado por alcanzar el acuerdo, sacrificando a su candidato en el camino.
“¿Hay un barullo mayor que obligar a llevar a elecciones a todos los españoles?”. Íñigo Errejón.
Al no culpar a la fuerza política que ha rechazado todas las ofertas, y que había prometido que habría gobierno si se cumplían ciertas condiciones que al materializarse han evidenciado que mentían, el líder de Mp está igualando al PSOE con UP, lo que favorece a los de Pedro Sánchez, porque la realidad los señala como culpables.
Es decir, Errejón perdona al PSOE por impedir la llegada de Pablo Iglesias al gabinete ministerial sin justificación, por asegurar a la CEOE que no habría gobierno con UP tras prometer lo contrario en campaña, y por no presentar el acuerdo de julio que habría supuesto la conformación del gobierno. Mientras que castiga a UP por aceptar la retirada de Iglesias, por no abandonar las negociaciones cuando Pedro Sánchez pedía a PP y Cs que se abstuvieran para no tener que gobernar con la izquierda, y por eliminar muchas de sus líneas rojas para asumir las propuestas cada vez más neoliberales del PSOE.
“Los programas son literatura si uno no tiene la actitud y la generosidad para llegar a acuerdos y hacer políticas públicas. Queremos avanzar, y solo podemos avanzar acordando”. Íñigo Errejón.
Íñigo Errejón justifica la inexistencia de un programa, puesto que su estrategia política no los necesita al interpelar sentimentalmente a las masas. Tampoco concreta qué políticas públicas son las que hay que llevar a cabo ni el contenido de los acuerdos. Una muestra de que esta posición lo encuadra en la derecha económica es que aceptó el proyecto de Ana Botella y Esperanza Aguirre en Madrid, la llamada Operación Chamartín.