¿Podemos se debilita tras la consulta sobre el chalet?
Los datos de la consulta son conocidos, el 68% de Podemos ha avalado que Pablo Iglesias siga como líder. Sin batir el récord de participación sí han logrado cifras muy altas y esos 128.000 votos de apoyo a Pablo Iglesias son más que los logrados en Vistalegre II, donde se quedó en 155.000 apoyos. Por 33.000 votos se salvaron, pues Iglesias había manifestado que un resultado inferior al de Vistalegre II le haría presentar su dimisión.
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¿Podemos se debilita tras la consulta?
Empecemos por lo positivo. La formación morada se ha salvado del abismo al no quedarse en este momento político tan sensible sin un liderazgo claro. Además Iglesias hizo saber hace meses a su entorno que temía varios ataques desde la prensa de derechas lanzando trapos sucios a medida que se acercaran las elecciones. Superar un plebiscito interno le librará probablemente de tener que convocar otro en el futuro.
No solo se ha blindado de cara al futuro, ha logrado ser el único caso de un líder de un partido importante en Europa que muestra su voluntad de someterse a un revocatorio interno y lo gana. Hemos normalizado lo impensable en la política tradicional.
En el ataque más brutal que se recuerda, Podemos se reinventa con la dirección de @Pablo_Iglesias_ y la portavocía de @Irene_Montero_. 70% de los apoyos y una participación histórica de 190.000 personas. Rajoy: te quedan dos telediarios.
— Juan Carlos Monedero (@MonederoJC) May 27, 2018
En la parte negativa está que uno de cada tres votantes no le ha dado su apoyo. Que los resultados no pueden llegar nunca al 100% es obvio, ni siquiera está claro que todos los que votaron fueran afiliados reales y no gente que simplemente entró para distorsionar la realidad del partido como manifestaban algunos en redes sociales. Pero no llegar al 70% indica algo más. Aunque la izquierda militante es crítica por naturaleza con sus propios líderes, parece probable que la cifra de descontentos entre los votantes sea mucho mayor y condicione su voto.
El porcentaje parece darle el apoyo para seguir, al tiempo que muestra igualmente a unas bases descontentas con la decisión de sus principales líderes. El partido ha dado munición a sus rivales que ahora pueden poner datos del descontento interno en el partido. Además de la parte evidente de haber desplazado la atención mediática hacia lo interno en el peor momento del partido de gobierno, el chalet sigue ahí y por lo tanto sus consecuencias también.
Las consultas que se hacen para ganar son algo absurdas, ahora Podemos ha abierto otra para decidir si censuran al gobierno de Mariano Rajoy. No parece que se usan para resolver debates internos sino para reforzar a los dirigentes una y otra vez, y eso corre el riesgo de contribuir a la desmovilización.
El punto más grave lo desvelaba Lorena Ruiz-Huerta en su columna de opinión: “la organización política se hará corresponsable de esta decisión de la que solo deberían responder ellos dos. La ciudadanía que juzgue negativamente la decisión de Pablo e Irene, encontrará ahora motivos para rechazar el proyecto político de un Podemos convertido en valedor de su decisión privada”.
Curiosamente el escenario está tan movido, que si la moción del PSOE fracasa y podría hacerlo, detrás podría venir otra de Pablo Iglesias con más visos de prosperar y pocas excusas podrá poner el PSOE para no apoyarle.
Pablo Iglesias ha vinculado el partido a su persona, ahora hay que ver como acaba él y como se mueve los próximos meses. Su acierto es más necesario que nunca, si fracasa la número dos no podrá reemplazarle porque está en las mismas, ahora mismo pocos confían en que sepa lo que hace, pero el río de la política está revuelto y él aún tiene una caña para pescar.