Honduras vive un verdadero caos social por una escalada de protestas en diversas ciudades de ese país centroamericano, tras observar una imparable propagación del COVID-19. La población no deja de enterrar a las víctimas del Coronavirus en los cementerios locales. A esto hay que sumar la intensa campaña de noticias falsas que azotan a la ciudadanía catracha, que llegan a despreciar la visita de galenos a sus hogares que realizan una labor informativa sobre la pandemia.
En medio de una falta de apoyo a la salud pública, educativa y comunitaria, -modelo del que carece este país bajo la dictadura fraudulenta de Juan Orlando Hernández (JOH)-, Honduras es el país en el que el COVID-19 más afecta en el Triángulo del Norte.
Para el doctor Carlos Aguilar, ex viceministro de Salud de Honduras, el coronavirus no es contagioso en personas fallecidas, por lo que no deben temer que, al enterrar a los deudos, sean infectados con el COVID-19. Se ha demostrado que al aplicar los protocolos sanitarios pertinentes, fumigar los cadáveres con cloro antes de cremarlos o embalarlos, no hay posibilidad de contagios, pero hasta el momento eso no ocurre en la Tierra de Lempira.
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Por su parte Carlos Umaña, Presidente de los Médicos del Instituto Hondureño de la Seguridad Social (IHSS), lamentó no se esté respetando el dolor de las familias que pierden a uno de sus miembros a causa del COVID-19, pero sobre todo por la falta de una educación sanitaria de parte del gobierno, que no ha impedido de ninguna manera que se produzca esta situación.
El profesional de la salud instó a que el régimen habilite cementerios para los que perezcan por estas causas, ya que la cremación no es una opción económica para la mayoría social de Honduras.
Médicos hondureños estipulan que este país entró en la fase de “no retorno”, algo que según la OMS/OPS tiene lugar cuando los casos de esta pandemia ascienden a más de 1 mil contagiados y la enfermedad circula libremente por el territorio, debido a la ausencia de medidas efectivas por parte del poder ejecutivo de la pequeña nación centroamericana.
Además indican que Honduras no podrá disminuir en los próximos días la incidencia en los casos positivos de COVID-19, porque no cuentan con estrategias de prevención y contención de esta epidemia. Las cifras siguen elevándose con el pasar de los días, logrando ascender en horas. Se estima que sobrepasen los 2 mil contagios y se comienza a hablar de 20 000 nuevos infectados en próximos días.
Asimismo, estos epidemiólogos apelan a que el Ministerio de Salud de este país integre 5 laboratorios privados para fortalecer las pruebas rápidas del COVID-19, adviertiendo que los casos mayormente incidentes son los que presentan la población de 30 a 60 años, mientras que los niños después de haberse mantenido en bajas cifras han ido en aumento en los últimos días
Por su parte el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER) dio a conocer que son ochenta y ocho, las personas que han fallecido, en su mayoría originarias del departamento de Cortés.
La administración de Honduras se ha caracterizado por ser el producto de un proceso electoral viciado y fraudulento en los comicios celebrados en este país desde 2010, donde se instauró un régimen autoritario, vinculado al narcotráfico y al crimen organizado.
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Ahora se ve envuelta en un escándalo por valor de 90 mil millones de lempiras, supuestamente destinadas para el combate contra el coronavirus. Sin embargo lo que se ha logrado por ahora es incrementar las cifras de mendicidad por un confinamiento mal planificado y sin apoyo institucional.
Se estima que en un tiempo no lejano será motivo de violencia y hambruna, porque el desempleo es masivo a causa de las medidas de toque de queda en muchos departamentos y ciudades.