ElEstado.Net publicaba ayer un análisis sobre la salida de John Bolton de la administración del presidente Donald Trump, aseverando que su marcha no cambiará, más que algunos detalles en las formas, la política intervencionista de Estados Unidos en Venezuela, porque responde a dinámicas asentadas de manera férrea en el interior de las principales instituciones del Estado norteamericano.
Hoy, sin John Bolton, ni nadie que dirija el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos (EEUU), el escenario de invasión militar anhelado por el exconsejero, sigue adelante. La facción más radical de la derecha venezolana, dirigida por Leopoldo López mediante Juan Guaidó, está empeñada en que los militares estadounidenses entren en su país como lo han hecho en Libia y en Siria.
>>John Bolton se va, las sanciones permanecen<<
Pero están obligados a aportar una justificación que revista el ataque con credibilidad institucional y apariencia democrática. Lo están porque la prensa en manos de la oligarquía, tanto norteamericana como colombiana, venezolana y española entre la de otros países, se ha encargado de limpiar su imagen, para que no aparezcan sus bombardeos sobre población civil, las guarimbas, sus especulaciones con los precios de los productos de primera necesidad, sus vínculos con el narcotráfico, sus ataques a la infraestructura, ni su contrabando, entre otras muchas cuestiones, como las sanciones aplicadas por Estados Unidos y la Unión Europea, que ya han provocado 40.000 muertes entre los sectores sociales que sufren más la pobreza.
Es aquí donde entra el TIAR. Tras sus siglas se esconde una antigua herramienta que Estados Unidos creó para impedir la expansión de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en América Latina durante la Guerra Fría. El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), habilita a EEUU a entrar militarmente en uno de los países miembros si éste es atacado por otra nación. De esta manera, los norteamericanos hacían de facto a América Latina como su territorio, ya que no necesitan de ningún permiso del país receptor de sus tropas para que estas entrasen a hacer lo que tuvieran que hacer.
Venezuela, al igual que otros países como México, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, se retiraron del TIAR, por lo que no es aplicable en la nación gobernada por Nicolás Maduro. Entonces, ¿por qué el interés de EEUU en dedicar y gastar recursos en esta opción? Por que la poderosa nación del Norte opera según su propia lógica ajena a la realidad.
>>Cónsul Capella: el bloqueo de EEUU ha provocado 40.000 muertes desde 2.017<<
Para Estados Unidos, Juan Guaidó es el presidente, pese a que no ha recibido votos porque no se presentó a las elecciones presidenciales de 2.018. Es más, los artículos constitucionales en los que se basó, no lo habilitaban para asumir el poder legalmente, porque no se había producido la condición constitucional necesaria: la falta certificada de Nicolás Maduro. Y aunque sí se lo hubieran permitido, el plazo para convocar elecciones ya ha sido vencido desde hace varios meses, por lo que Juan Guaidó no es presidente ni en la lógica de sus propios argumentos.
A la Administración de Donald Trump no le ha importado actuar rompiendo la legalidad tanto internacional como la nacional venezolana, por lo que ha dado el visto bueno a que la Asamblea Nacional (AN), -sin competencias reales al estar en desacato a causa de que mantiene en sus escaños a diputados que llegaron haciendo fraude-, un ente que no es reconocido ni por la ONU ni por el FMI, que apoyan la decisión de la justicia venezolana de poner en desacato a la AN hasta que sus miembros que llegaron mediante fraude electoral sean expulsados, haya aprobado la entrada de Venezuela al TIAR.
De esta manera, EEUU espera consolidar un relato por el que la Comunidad Internacional considere permitir, o al menos no evitar, una acción militar en Venezuela que termine con el presidente constitucional Nicolás Maduro, ya que expresará que ha sido el poder legislativo venezolano el que ha habilitado esa opción, ocultando en su poderoso aparato mediático, que ese poder está suspendido por el fraude electoral cometido por la oposición, por lo que sus acciones no tienen validez.
El actual escenario no es favorable a Estados Unidos si quiere emplear el TIAR para atacar militarmente a Venezuela. Es posible que sí pueda endurecer el bloqueo que sostiene contra los ciudadanos venezolano, porque el TIAR pone más sencillo a los aliados de Donald Trump romper relaciones diplomáticas, implementar bloqueos navales y aéreos además del empleo de la fuerza armada, pero le será complicado aplicar esta última opción porque la oposición a ella va creciendo, incluso entre los principales aliados de EEUU, como Chile y Perú, que han expresado que no apoyarán una operación militar aunque sea en base al TIAR.