Las multitudinarias manifestaciones de los últimos años han puesto el feminismo en el centro de la agenda política. La cuarta ola ha generado un viento favorable hacia la igualdad real y la sociedad cada vez está más concienciada sobre la vital importancia del feminismo para evolucionar hacia la justicia social.
De la misma forma, la irrupción en el panorama político de VOX, partido ultraderechista que pone en cuestión antiguos consensos sobre igualdad y violencia de género, ha hecho que el feminismo emerja como eje trascendental de la arena política.
>>El feminismo como arma de la izquierda<<
En este escenario, el feminismo va a tener un papel fundamental en las elecciones generales del próximo 28 de abril. Mientras la derecha va a instrumentalizar la idea de la unidad de España y la independencia de Cataluña para atraer el voto de los suyos, la izquierda va a utilizar el feminismo como uno de los parámetros más importantes de su campaña.
Unidas Podemos y PSOE confían en que el empuje feminista movilice al electorado progresista, convencidos de que los movimientos surgidos desde la base suelen ser un factor favorable al voto de izquierdas. Pero… ¿qué partido puede atraer mejor el voto feminista?
>>Aciertos y errores de la IV ola del feminismo<<
El PSOE, con más trayectoria histórica que UP, puede presumir de haber llevado el feminismo a la política institucional desde la época de Jose Luis Rodríguez Zapatero. Algunos méritos de los gobiernos socialistas en temas de igualdad son: las dos leyes de interrupción voluntaria del embarazo, la primera ley contra la violencia de género, un consejo de ministros formado por mayoría de mujeres, la paridad en las listas electorales, el último decreto ley sobre igualdad laboral…
Unidas Podemos hace de su propio nombre una declaración de intenciones. Un partido que utiliza el sufijo femenino para englobar a toda la organización ya nos está dando algunas pistas sobre el lugar que ocupa el feminismo en su acción política. Además, UP es la única formación que apoyó desde el principio las huelgas feministas, uniéndose a las manifestaciones y a los paros de 24 horas sin paliativos. Con el fin de desbancar al PSOE en este eje, han lanzado propuestas novedosas como una ley integral contra las violencias machistas (más allá del ámbito de las parejas) o una asignatura obligatoria sobre feminismo en las escuelas.
¿Cómo se perciben estas políticas o propuestas desde fuera de las formaciones políticas? Como en su día lo fue el 15-M, el feminismo es un movimiento autónomo, surgido de la calle, que no debería ser patrimonializado por ningún partido político. El feminismo es, además, un movimiento vivo que convive diariamente con debates internos difíciles de resolver. ¿Mantienen UP y PSOE un discurso claro y coherente sobre los complicados debates que se desarrollan dentro del movimiento feminista? ¿Puede decantar su voto la posición que cada partido adopte en cada una de estas controversias internas?
>>Unidas Podemos, ruptura y democracia interna para confrontar el voto útil del PSOE<<
Tanto PSOE como UP se han posicionado claramente en contra de los vientres de alquiler. Los socialistas lo hicieron de forma contundente y su firme oposición les ha servido como posicionamiento ideológico frente a partidos como Ciudadanos, que quieren regularizar esta práctica. UP acabó tomando la misma posición contraria que el PSOE en este tema, pero los debates internos para adoptar esta postura duraron algunos meses, sembrando la duda entre el movimiento feminista.
En relación a otro de los eternos debates del feminismo, la prostitución, encontramos una diferencia entre ambos partidos. Mientras el PSOE se declara abolicionista, considerando la erradicación de la prostitución el mejor método de lucha contra la trata de personas, UP mantiene la indefinición en este tema. La abolición de la prostitución es una histórica reivindicación de Izquierda Unida, pero, por ejemplo, Catalunya en Comú Podem llevaba en su programa electoral para las últimas autonómicas el reconocimiento de derechos para “trabajadoras del sexo”, lo que implicaría su legalización.
¿Será, por tanto, el eje feminista un factor importante a la hora de decidir el voto entre estos dos partidos? ¿Debería Unidas Podemos desviar el foco hacia otro eje con mayor diferenciación respecto al PSOE, como podría ser el eje Monarquía versus República? En estas coordenadas, UP no tendría rival y aglutinaría el voto republicano, ya que el PSOE está plenamente enmarcado en la orilla monárquica y su discurso no difiere de lo que dicen PP o Ciudadanos en cuanto a reyes se refiere.
>>La apuesta de Unidas Podemos por la república como eje central del próximo ciclo electoral<<
Más allá de la posible división del voto feminista entre Unidas Podemos y PSOE, es innegable que el feminismo se ha convertido en un concepto muy jugoso para los partidos, que tratan de subirse al carro de una gran movilización social para conseguir votos. Incluso partidos de derechas, como Ciudadanos, están intentando conseguir su parte del pastel con conceptos como “feminismo liberal”.
De ser ignorado, el feminismo ha pasado a ser un punto de interés para los partidos por puro marketing. Y aquí está el peligro: el movimiento feminista no debe convertirse en una moda transversal a la que todo el mundo se suma. Bienvenido sea que una gran parte de la sociedad esté asumiendo los avances en igualdad como principios fundamentales de las democracias.
Pero la lucha feminista sigue siendo una lucha de clases. El principal enemigo del movimiento feminista es el sistema capitalista y el patriarcado que de él se deriva; la clase dominante, formada por mujeres y hombres, es el verdadero foco de lucha del feminismo.
El feminismo no debe servir para que unas cuantas privilegiadas pisoteen los derechos de las demás para romper techos de cristal vetados a la mujer trabajadora. La feminización de la pobreza, los derechos de las mujeres migrantes, la precarización laboral, la brecha salarial…
>>No son mujeres, son mercancía<<
El auge del movimiento no debe hacer olvidar que el feminismo pretende derrocar una sociedad capitalista y patriarcal, base de la opresión de la clase obrera en general y de las mujeres proletarias en particular. Y su instrumentalización y uso por parte de la clase explotadora puede despojar al feminismo de su verdadero valor como mecanismo para desestabilizar las estructuras de poder del sistema capitalista.