El Motín del Pendón Verde
La bandera de Andalucía está compuesta por dos bandas verde rodeando a una blanca, del mismo grosor las 3. Blas Infante la escogió para representar a esta tierra. Su origen está claramente ligado a los dos colores de Al-Ándalus, verde Omeya y blanco Almohade.
Sin embargo, de las muchas fuentes de las que se pudo haber inspirado el padre del andalucismo moderno, existe una historia, conocida como el Motín del Pendón Verde, que sucedió hace ya casi 500 años, un 8 de mayo, que algunos profesionales de la historiología relacionan con la actual bandera andaluza. Aunque parece ser algo más romántico que sólido, esta historia, la del Motín del Pendón Verde, merece ser contada y recordada.
Antecedentes
En 1519, hace ya 5 siglos, aconteció una grave sequía en Sevilla que causó la pérdida de cosechas. En consecuencia, el precio del trigo se disparó. Dos años después, en 1521, la fanega de este cereal alcanzaba un precio de 700 maravedís, unas 100 veces su precio habitual. Evidentemente, esto hizo que el pan y otros alimentos se convirtieran en algo inaccesible para las clases menos pudientes, que observaban con rencor cómo las personas más ricas disfrutaban de una buena mesa.
Las clases más reprimidas en Sevilla eran por eran por entonces a menudo descendientes de moriscos y andalusíes. Éste era el caso del Barrio de la Feria, donde sucedieron los hechos.
>>Manifiesto de los Centros del Pueblo<<
La Revuelta
Antón Sánchez, un carpintero, fue el cabecilla del motín. Aunque inicialmente se centró en el Barrio de Feria y alrededores, el resto de los barrios populares de Sevilla, también hambrientos, se unieron a la rebelión. Antón se dirigió con quienes le seguían a la cercana iglesia del Omnium Sanctorum. En su interior se encontraban los pendones capturados a las tropas andaluzas por Alfonso X, apodado “El Sabio”, rey de Castilla. Antón escogió un símbolo para su alzamiento: la banderola verde con tres lunas en cuarto creciente de color blanco.
Con él al frente se dirigieron al Corral de los Olmos (actual Plaza de la Virgen de los Reyes), donde se hallaba el cabildo en aquella época. Al grito de “pan”, empiezan a arrojar piedras y objetos contra el edificio, reclamando una solución por parte del Asistente.
El Marqués de La Algaba, cuyo palacio se encontraba muy próximo a la iglesia, repartió alimentos y vino, y les prometió solventar el problema. Sin embargo, debido a que había incumplido promesas similares en el pasado, esto no paralizó la protesta, y de hecho continuó extendiéndose.
El Asistente ordena prender a quienes encabezan la protesta, anunciando que serían ajusticiados, presuntamente para amedrentar a la masa y parar el motín. No obstante, el resultado fue justamente el contrario, y al día siguiente toman el palacio de los Duques de Medina Sidonia, haciéndose con armas blancas, algunos arcabuces y cuatro piezas de artillería. Con estos pertrechos en su poder, se dirigen a la Cárcel Real, en la calle Sierpes, que es asaltada con éxito y se libera a quienes ya se había detenido por orden del Asistente.
Los barrios de San Martín y San Gil se unen a la sublevación. Hasta el día 9 prosiguen los encarnizados enfrentamientos en las calles, en los que mueren cientos de habitantes de la urbe sevillana. El Asistente lo cataloga en este punto de rebelión y lo equipara al levantamiento de Comuneros de Castilla que está sucediendo en esos momentos más al norte.
El día 10 de mayo el Asistente ordena finalmente acabar con la rebelión, dando orden a las tropas de que usen la fuerza necesaria, sin contención. La soldadesca porta al frente el pendón real, haciendo contraste con el verde del pueblo. La revuelta se reprime con rapidez y violencia, y ese mismo día se decapita a cuatro personas públicamente, bajo acusación de instigar y liderar la revuelta. La fachada del Palacio de la Algaba se adorna con sus cabezas.
>>Fernando de los Ríos, claroscuro del Ministro de Cultura andaluz de la II República<<
El pendón a día de hoy
El pendón se conserva en la capilla bautismal. Cada día de la procesión de la Virgen de Todos los Santos en el torreón de la iglesia de Omnium Sanctorum se expone una réplica. A su lado ondean el de la sede vaticana y el pendón real, conmemorando la victoria sobre la rebelión.
Los barrios sublevados, entre los que se cuenta el de Feria, Macarena, San Julián, San Marcos, San Martín y San Gil entre otros, aún se conocen hasta el siglo XX como “Triana la roja” o “el Moscú Sevillano”.