Brasil: Expresidente Lula seguirá en la cárcel
El expresidente de Brasil Lula da Silva continuará en la cárcel por ahora. La dictadura de Michel Temer que se instaló en el poder tras dar un golpe de estado a la progresista Dilma Rousseff, se niega a entregar al poder a la izquierda brasileña, y pretende alargar la farsa judicial hasta después de las elecciones, buscando que el Partido del Trabajo se rompa en dos; por un lado los que quieran presentarse a las elecciones con un candidato diferente a Lula por la imposibilidad de éste al estar encarcelado, y por el otro los que se mantengan fieles al expresidente.
Las encuestas señalan que Lula es el candidato con mayor posibilidad de victoria. De hecho supera por más del doble al resto de candidatos en todos los estudios demoscópicos. Antes de entrar en prisión, Lula expresó que si ganaba las elecciones iba a eliminar todas las políticas desarrolladas por Michel Temer, de orientación neoliberal, para girar a la izquierda con un programa similar al que presentó en la campaña electoral de 2.002.
Ayer el Supremo Tribunal Federal (STF) impidió que se celebrase la vista para determinar la libertad provisional de Lula. El recurso fue presentado hace varias semanas por la defensa de Lula, que sostiene que se han vulnerado los derechos del líder progresista al no haberse respetado su presunción de inocencia. El recurso llegó ayer al STF, que solo tardó dos horas en rechazarlo.
Fue el magistado Edson Fachin quién decidió maniobrar de esa manera. Una decisión que ha pasado factura a la justicia controlada por la dictadura de Michel Temer, ya que varios jueces de la misma sala censuraron a Fachin. Una posición que ha sido secundada por cientos de juristas de reconocido prestigio en el país suramericano como Celso Antonio Bandeira de Melo, quienes han acusado a Fachin de haber vulnerado la constitución.
Lula está en prisión porque el juez Sergio Moro dio por válidas las declaraciones de un empresario encarcelado que señalaban al expresidente por haber aceptado un soborno en forma de vivienda, pese a que ninguno de los vecinos del edificio vieron jamás a Lula allí, ni aparece su nombre en el catastro ni de nadie de su familia, e incluso en documentos internos de la empresa que habría sido beneficiada por ese soborno no aparece el nombre del político ni de nadie de su círculo social.