Policía Nacional de Nicaragua captura a dos cabecillas terroristas
El gobierno de Nicaragua no ceja en su empeño de recuperar la paz social que se perdió en abril de 2018 tras el inicio de la intentona golpista promovida por la administración de Donald Trump, actual presidente de los Estados Unidos (EEUU). Tras el despliegue policial ordenado en agosto por el presidente Daniel Ortega la violencia ha desaparecido de las calles.
Sin embargo muchos fascistas que participaron en el caos con objetivo golpista, lograron huir de la Policía Nacional, una situación que deja abierta la posibilidad de que se produzca una segunda oleada de tranques, a juzgar por las palabras del obispo nicaragüense Silvio Báez.
Debido a eso, decenas de miles de nicaragüenses se mantienen en las calles para apoyar al gobierno sandinista en sus esfuerzos por la paz, que consisten en mantener a la Policía Nacional persiguiendo a los terroristas, para que el poder judicial pueda llevar a cabo un proceso con garantías constitucionales, que juzgue sus hechos en base al código penal de Nicaragua.
La Policía Nacional de Nicaragua ha logrado en las últimas horas capturar a dos cabecillas de grupos terroristas que operaban en Jinotepe y Diriamba. Reynaldo Ulises Fernández González lideraba un tranque en Jinotepe, desde el que secuestraba, daba palizas y llevaba a cabo otras actividades terroristas, como entrar armado en el Hospital Regional Santiago de Jinotepe, donde además de saquearlo, secuestró a Lester Iván Martínez Fletes, guardia de seguridad, a quién ató junto con el resto de miembros de su grupo fascista a un poste de la luz, lo torturaron y le robaron sus pertenencias.
Ramón Antonio Palacios Sánchez, alias “El Zancudo” ha sido el otro líder fascista capturado por la Policía Nacional de Nicaragua. Además de dirigir el tranque en la comarca San Gregorio, municipio de Diriamba, se dedicaba a secuestrar y a torturar a ciudadanos que simpatizan con el gubernamental Frente Sandinista para la Liberación Nacional.
Las fuerzas de seguridad pública de Nicaragua los han puesto a disposición judicial. Ahora comenzará un proceso en el que probablemente, como ha pasado con otros líderes golpistas, surgirán nuevos testigos y evidencias que demostrarán el verdadero alcance de la violencia del fascismo en el país centroamericano.