Rafael Correa pone de manifiesto la desesperación del régimen de Lenín Moreno
El gobierno de Ecuador, dirigido por Lenín Moreno, se siente cómodo en la nueva ola del fascismo que recorre América Latina de la mano de Donald Trump (EEUU), Juan Orlando Hernández (Honduras) y Jair Bolsonaro (Brasil). El principal motivo del régimen fascista ecuatoriano es evitar que la izquierda recupere el poder que ganó en las urnas el pasado año 2.017.
Por ese motivo es Rafael Correa el principal perseguido, y después su ya a todas luces número dos, Jorge Glas. Tras hacer el ridículo institucional a nivel internacional con el Caso Balda, una farsa desmontada tanto por la justicia belga, como por expertos en derecho y la INTERPOL, el régimen de Lenín Moreno ha entrado en un estado frenético en el que avanza dando bandazos hacia el fracaso institucional.
A causa de la pulcritud y la ausencia de corrupción en la gestión de Rafael Correa, el actual gobierno de Ecuador se ve incapaz de conseguir no ya iniciar un proceso judicial en su contra con garantías de victoria aunque sea con autoridades encargadas, sino de lograr establecer una matriz de opinión que anule políticamente al expresidente, quién ya se puede considerar un exiliado político en Bélgica, ya que no puede regresar a Ecuador por la persecución política en su contra.
El último intento de desprestigiar a Rafael Correa ha sido por parte de la Contraloría de Ecuador, que ha denunciado 91 irregularidades graves en los aviones presidenciales durante los mandatos de Rafael Correa. Esta denuncia ha recibido en Twitter varias respuestas del expresidente.
Entre las irregularidades citadas están las visitas a paraísos fiscales, transportar a personas que no eran parte del gobierno, y también a ciudadanos extranjeros. Según el informe, que aún no es definitivo, los 91 vuelos costaron poco más de 13 millones de dólares.
Rafael Correa ha expresado que el gobierno invitaba a periodistas y empresarios, una situación de normalidad democrática en la inmensa mayoría de gobiernos del Mundo, además ha justificado las paradas en paraísos fiscales en que por el corto alcance del avión, había que hacer las escalas en esos lugares, como cualquier otro vuelo similar.
Además detalla otras situaciones, como una reunión de urgencia para mediar entre Colombia y Venezuela para lo que necesitaron traer a Tabaré Vázquez, e inlcuso traer de regreso a deportistas ecuatorianos lesionados.
Las explicaciones dadas por Rafael Correa, sin verse obligado a darlas ya que no representa a los ecuatorianos de manera oficial, contrasta con la ausencia de las mismas por parte del presidente Lenín Moreno, que avaló a Otto Sonneholzner como su nuevo vicepresidente cuando éste tiene fondos en paraísis fiscales gestionados por testaferros, lo que va contra la ley ecuatoriana, que mantiene en la cárcel a Jorge Glas sin que haya una sentencia en firme, que ha dejado en la impunidad los cobros ilegales de la banda mediante GEA, y no ha respondido por las acusaciones en su contra que señalan corrupción cuando se desempañaba para la ONU en Ginebra.