España Semanal #7
Israel
70 aniversario de la Nakba (catástrofe en árabe). La fecha en que más de 700.000 palestinos fueron expulsados de sus tierras como consecuencia de la aparición del naciente estado de Israel y de la consiguiente guerra que tuvo lugar durante los quince meses siguientes (y que aún permitieron a Israel el anexionarse un 26% adicional a su territorio).
Más de 70 muertos y más de 1.400 heridos de bala por disparos del ejército israelí. Rápida reacción de los organismos internacionales, de los europeos, y de los de nuestro propio país pidiendo “mesura”. Es en estos momentos cuando uno se avergüenza de formar parte de gran familia humana. La sensación de impotencia es tal que no nos permite ningún atisbo de esperanza.
¿Dónde está la ONU? ¿Dónde está la Unión Europea? ¿Dónde está la OTAN?. ¿Dónde está la Iglesia? ¿Nadie puede poner coto al lobby más poderoso del mundo?
Torra
No sé bien si es que cada día son mas tontos, o se lo hacen. Esto ya aburre a los pastores.
Valtonyc
Ingresará en prisión tras denegarle el Constitucional el recurso de amparo.
Al igual que pensábamos en relación con el encarcelamiento de los políticos catalanes, nos parece una barbaridad que en pleno siglo XXI alguien pueda ingresar en prisión por expresar sus opiniones, por más ineducadas, groseras, estúpidas, reprobables, e incluso deleznables que estas puedan resultarnos. Y es más sorprendente todavía si esto sucede en una democracia occidental.
Ello, aunque por otra parte, tanto la música y el ritmo también nos parezca , como la letra, una autentica mierda. Pero como bien dice el ilustre jurista Joan Barata: “En términos generales, la privación de libertad o incluso el uso del derecho penal para perseguir meras expresiones o ideas constituye de por sí una medida desproporcionada y por consiguiente expresamente condenada por parte de los organismos relevantes de Naciones Unidas, el Consejo de Europa y el propio Tribunal Europeo de Derechos Humanos”.
Y además, añade que el uso de tipos delictivos relacionados con el terrorismo, “solo es aceptable cuando la expresión correspondiente pueda ser efectivamente ligada a una voluntad y efecto de dar lugar o provocar acciones terroristas. Expresiones genéricas de deseos u otra forma de provocación en este terreno, por más ofensivas y reprobables que puedan ser consideradas por determinados sectores de la población no pueden ser perseguidas sin incurrir en el riesgo de crear un ambiente de intimidación en aquellos que quieren expresar opiniones extremas, provocadoras e incluso chocantes, las cuales deben ser plenamente protegidas en el seno de una sociedad plural y democrática”.
Pues eso.
Adolf Loos
Adolf Loos.
Espacios privados.
Caixa Forum Madrid, del 28 de marzo al 24 de junio.
Muy interesante, distinta de las exposiciones al uso. Es la primera exposición en España dedicada a Adolf Loos (Moravia, 1870 – Austria, 1933), figura clave de la arquitectura moderna vienesa, y mediante la exposición de infinidad de muebles, diseños y fotografías, repasa su singular concepción de la arquitectura y el interiorismo, indagando en el pensamiento estético del arquitecto y pensador, pionero en el debate entre espacios de vida pública y de vida privada, y en el que, la noción de espacio doméstico ocupa un lugar preponderante.
Tuvo un interesante enfrentamiento con personas como Klimt, que querían incorporar a la arquitectura su estilo y el art decó, e incluso con los que abogaban por remitirse incluso a elementos de la más pura abstracción, e incorporó en gran medida los nuevos aires del mundo sajón en la decadente monarquía de los Habsburgo, no pudiendo ocultar su cariño y su respeto por el mueble inglés.
Propugnaba que, de algún modo, la fachada de la casa era el aspecto “masculino” de la misma, respondiendo si cabe a la moral pública, mientras que el interior debía comportar una cierta preponderancia femenina, protegiendo la intimidad y siendo el escenario de las propias vivencias, supeditado todo ello a la funcionalidad y a la utilidad, con un gran sentido práctico de la casi totalidad de los elementos decorativos de la vivienda.
Mucho mejor de lo que pobremente yo les pueda intentar explicar, sirvan como resumen de su genio y como botón de muestra una muy rotunda frase suya: “La casa tiene que gustar a todos, contrariamente a la obra de arte, que no tiene que complacer a nadie. La obra de arte es un asunto privado del artista. La casa no lo es”.
Rubens
Pintor de bocetos
Museo del Prado. Hasta el 5 de agosto.
Pedro Pablo Rubens (1577-1640) es el pintor de bocetos más importante de la historia del arte; pintó alrededor de quinientos. Eran pruebas para futuros compradores, o respondían a encargos, o servían como modelo para los pintores que tenía empleados en su taller; hay que saber que Rubens fue uno de los primeros en montar una verdadera industria en torno a su actividad, y ninguno como él ha sido capaz de desarrollar en conjunto algo similar.
Baste decir que algunos autores cifran en más de cuarenta sus ayudantes, aprendices o colaboradores (y entre ellos cabe citar a pintores de la talla de Van Dyck, Jordaens o Bruhegel). Pero no engañó jamás a nadie, tenía distinto precio su obra si era totalmente suya, si había colaborado con otro (dependiendo con quién), o si simplemente había confeccionado el oportuno boceto (y aquí vamos), y era una obra de taller.
Y es que los bocetos, hasta entonces utilizados por la mayoría de los pintores como simples dibujos en soportes débiles como el papel, pasaron a ser en Rubens obras imperecederas, más o menos resueltas, en soportes ya mas sólidos como lienzo, madera o tabla, y sobre todo, con el aporte del color, si bien no tan complejo como para evitar que en muchas de las ocasiones veamos la imprimación, pero si lo suficiente como para reflejar perfectamente la carnalidad y los distintos tonos del motivo.
Actividad la suya que por otra parte dignificó, no sólo por el hecho del elevado estatus económico del que disfrutaba, sino merced a su enorme cultura, dominio de los idiomas, y a la importantísima labor que ejerció como embajador, siempre al servicio de la paz, gracias a su reconocido prestigio en las cortes de las principales potencias de la época, a saber, las de España, Francia e Inglaterra.
Como pintor, es sorprendente constatar que nadie como Rubens ha sabido reflejar el movimiento. Resulta increíble que en una época en que ni podía soñarse con la aparición de la fotografía, muchas de sus composiciones nos parezcan “instantáneas”. El espectador actual, acostumbrado a ver imágenes, tanto de movimientos detenidos como a cámara lenta, no parece delante de sus obras sorprendido por los en ocasiones, violentos escorzos que apreciamos en muchos de sus personajes. Tan naturales hoy parecen. Pero estoy casi seguro de que en su época, pese a que por su posición no parece que Rubens fuese un personaje fácilmente criticable, alguno de sus enemigos le tildase, aunque fuese “sotto voce” de exagerado al respecto, y no precisamente por envidia, sino realmente convencido.
Y fuerza es reconocer que el ojo humano (al menos el mío), no es capaz sin ayuda de la imagen detenida o repetida, de apreciar muchos de esos movimientos, al menos de retenerlos en su cerebro tal y como suceden y como por otra parte, algunos de ellos por Rubens fueron pintados. El movimiento y también el “equilibrio” entre la acción-reacción de las figuras, la interdependencia de esta fuerza entre ellas. Realmente asombroso.
Volviendo a los bocetos, especial relevancia merece la serie de la Eucaristía. Recientemente restaurada por el magnífico y mundialmente reconocido Departamento de Restauración del Museo del Prado, que no cesa de acrecentar su prestigio desde los tiempos de D. Vicente Poleró (perdónenme ustedes la inmodestia, mi tatarabuelo).
Destinados al convento de las Descalzas Reales de Madrid, donde aún pueden ser visitados (aunque no enseñan más de dos o tres cada temporada), Rubens pintó una serie de cartones (20) para tapices con el tema del Triunfo de la Iglesia y la Eucaristía sobre sus diferentes enemigos: el paganismo, la herejía (en este de aquí abajo son perfectamente reconocibles Lutero, Calvino…), la ciencia y la filosofía (¡olé, olé, para la Iglesia de la época también lógicos enemigos!), encargados por la gobernadora de los Países Bajos, la archiduquesa Isabel Clara Eugenia (una de las hijas de Felipe II).
Estamos en pleno Barroco, y sufriendo todavía las belicosas consecuencias de la Contrarreforma, lo que explica tanto los excesos que puedan apreciarse en las distintas composiciones como el aire triunfal que impregna con gran dinamismo todo el encargo.
Para aquellos que tengan buen ojo (y nuestros lectores lo tienen) después de contemplar solo parte de los bocetos de la serie, estos llaman, creo yo, a una de las obras paradigmáticas de la pintura universal (el algunos otros bocetos aparece también el caballo. Y en otro la madre).
Picasso, aparte de haber sido nombrado por la República Director del Museo del Prado (aunque no estuvo aquí durante la guerra), conocía de sobra este trabajo de Rubens. Comparen Vds. solo estos dos bocetos que aquí tienen.
¿Les recuerda algo, verdad?
Dejamos el debate para otro día (y no se pierdan la serie que está protagonizando su también genial paisano Antonio Banderas. Fantástica).
Boccherini
Quintetos para guitarra Nums.3 y 9 “La Ritirata di Madrid”.
Boccherini, un niño precoz violonchelista “fichado” en uno de sus conciertos en París por el embajador español y enviado a la corte, gozó en Madrid de la protección entre otros del hermano “calavera” del Rey Carlos III, el Infante D.Luis “desterrado” en Boadilla (¡Ay estos borbones!).
Para ser un músico en el que no se encuentra influencias con otros contemporáneos suyos de finales del XVIII, supo tener ideas originales, y gozar de gran popularidad, lo que no le impidió desgraciadamente pasar los últimos años de su vida en la pobreza.
El Quinteto número 3 en Si bemol, parece un arreglo adaptado para el guitarrista Marqués de Benavente (una práctica habitual en la época), de otro anterior para piano publicado como op.57 num.2, y en cuyos movimientos extremos Boccherini indica que la cuerda ha de tocar flautato. Al utilizar el arco cerca del diapasón y perder los armónicos pares se produce ese tipo de sonido aflautado.
Chênedollé dijo de él años después que encontraba el arte Rococó de Boccherini “como un sueño, como un poema, como una fragancia”. Nada menos.
El Quinteto para guitarra número 9, muy querido para este comentarista por su intrínseca condición de madrileño militante, refleja, además de la morbideza característica del Rococó final, en su último movimiento una evocación sonora de aquel Madrid, primero el bullicio de la ciudad, y al caer la tarde con el cerrar de los ojos, acompañamos la ronda de la guardia nocturna, rítmica, in crescendo sobre un sencillo tema en compás binario, hasta que esta llega junto a nosotros, y después poco a poco, se desvanece. Y todo muy alegre.
Muy, muy agradable, sobre todo en buena compañía, lo que fervientemente les deseo tengan o hallen.
Delenda est Moscardó.