Ahora que se avecinan más elecciones la gran pregunta es: ¿Será capaz el PSOE de llevar el voto útil a las elecciones municipales, autonómicas y europeas?
En estas pasadas elecciones hemos visto como el miedo al auge de la ultraderecha ha provocado que la gente saliera a votar en masa al PSOE. El conocido como “voto útil”, aquel que permite que gobierne un “mal menor” ha dado resultados gracias a la campaña de miedo que se ha llevado a cabo.
Unidas Podemos, la coalición liderada por Pablo Iglesias, ha visto como muchos de sus votantes optaban esta vez por el partido de Pedro Sánchez.
>>El voto útil del PSOE hace mella a Unidas Podemos<<
VOX ha sacado un resultado mucho menor del que se esperaba, así que el temor que se había infundido a la gente ha ido desapareciendo poco a poco. Si a esto le le suma el descalabro del PP, su máximo competidor, la ilusión de algunos por un tripartito de derechas se ha desvanecido con rapidez.
Hay un factor muy importante que es la participación. Si hacemos una comparativa entre las elecciones del 28 de abril de este año con las municipales de 2015 y las europeas de 2014 se ve una diferencia enorme. Frente a la participación masiva de las últimas generales (75,75%), en las municipales la participación fue del 64,93% y en las europeas del 45,84%.
>>Ciudadanos y el control de la derecha<<
En estas últimas se observa que ni siquiera la mitad del censo acudió a votar. Hay un alto grado de abstención en unas elecciones de las que la mayoría de la población no tiene casi información. También se comprueba que han sido las únicas europeas en las que se ha presentado UP ya que su creación fue en ese mismo año, solamente cuatro meses antes. El partido de Iglesias (entonces Podemos) sacó cinco escaños -algo nada desdeñable dadas las circunstancias-.
En esos mismos comicios el PSOE logró obtener 14 escaños, el PP 16 y, los restantes hasta llegar al total de 54, se repartieron entre partidos pequeños. Vemos por un lado que las elecciones europeas no son percibidas como importantes por la ciudadanía, y por otro que el voto queda mucho más repartido que en las generales. En las municipales sin embargo, hay menos abstención pero sigue sin llegar a la participación de unas generales.
Otro factor a tener muy en cuenta es que el 26 de mayo no solo se vota en las municipales y en las europeas, sino que hay comunidades autónomas que cuentan con su propia cita electoral. Menos los ciudadanos de Cataluña, Andalucía, Galicia y Euskadi el resto están llamados a las urnas. Esto quiere decir que se juntan 3 elecciones en el mismo día, lo cual para muchas personas puede suponer un cansancio extremo después de unas generales que han sido movidas.
Podemos entonces suponer que el voto quedará más repartido que en las generales y muy posiblemente Unidas Podemos mejorará resultados. La fiebre de la extrema derecha ha bajado y eso se apreciará en los votos al PSOE que de forma previsible no llegaran a los niveles de las del 28A.
Con todo podemos concluir que el PSOE no podrá llevar el voto útil a las citas del día 26 bien por un motivo u otro, ya que es prácticamente imposible que se repitan unos resultados motivados por un “fantasma” que ya no asusta.