Solo faltan unas horas para que la jueza Daniella Camacho se pronuncie sobre el Caso Balda. La jurista debe decidir entre llamar a juicio al expresidente Rafael Correa, continuando el viaje hacia el fascismo del ejecutivo de Lenín Moreno, o por el contrario dar el primer paso para contener la represión contra la izquierda, liberando al líder de la Revolución Ciudadana de los cargos que se le imputan.
Las acusaciones contra Rafael Correa formuladas por la Fiscalía de Ecuador, en poder de Lenín Moreno tras la purga realizada al poder judicial, carecen de fundamento jurídico, y no están basadas en pruebas, según la defensa del expresidente. El gobierno de Ecuador sostiene que Rafael Correa incurrió en un delito de secuestro contra el ciudadano Fernando Balda.
Fernando Balda sostiene que Rafael Correa, durante su presidencia, ordenó su detención, que se convirtió en secuestro cuando los policías ecuatorianos ingresaron a Colombia para detenerlo. Lo mantuvieron dos horas en una comisaría del país vecino hasta que lo llevaron de regreso a Ecuador.
Realidad de la acusación
- Fernando Balda fue retenido ilegalmente en Colombia. Existen registros que lo demuestran.
- El caso, ya cerrado, se reactiva cuando Lenín Moreno comprueba que imposibilitar a Rafael Correa su posible regreso a la presidenciano es suficiente para frenar a la izquierda, y necesita ejecutar otros mecanismos para evitar el regreso del expresidente a Ecuador.
- Fernando Balda es un delincuente común con más de veintidós procesos judiciales abiertos por violencia, estafas, injurias e insolvencia entre otros delitos.
Ficción de la acusación
- En Bogotá se juzgaron los hechos que protagonizó Fernando Balda, durante el proceso el retenido no mencionó ni una sola vez a Rafael Correa, tampoco a Pablo Romero, exdirector de inteligencia de Ecuador -hoy defenestrada por Lenín Moreno-.
- La acusación no dispone de ninguna prueba que demuestra que existen vínculos de algún tipo entre Rafael Correa y Fernando Balda.
- La acusación no dispone de los móviles en los que se produjeron las supuestas llamadas entre el expresidente y el policía hipotéticamente encargado de perseguir a Fernando Balda.
- El abogado de la acusación reconoce que es falso que el policía Raúl Chicaiza se reuniera con Rafael Correa, uno de los principales argumentos en el proceso contra el expresidente.
- La acusación no ha podido demostrar que un sargento de la policía como Raúl Chicaiza, pudiera comunicarse directamente con el presidente de la República de Ecuador, saltándose a todos los mandos policiales y funcionarios del Ministerio del Interior, que los separaban en la jerarquía de poder del Estado.
- Tras comprobar los momentos exactos en los que Chicaiza dijo haberse comunicado con Rafael Correa y con Pablo Romero, se observó que tanto el expresidente como exdirector de inteligencia estaban en esos momentos, o fuera del país o reunidos con otras importantes autoridades públicas.
El otro pilar del Caso Balda contra Rafael Correa es Diana Falcón, una exagente de la inteligencia ecuatoriana. Diana Falcón se ha autoinculpado para poder acusar al líder de la Revolución Ciudadana y fungir como testigo en el proceso judicial.
Realidad de la acusación
- Diana Falcón se ofreció como cabeza de turco para mantener vivo el proceso judicial contra Rafael Correa, el Estado ecuatoriano permitió que se acogiera a la Cooperación Eficaz, una figura del ordenamiento jurídico del país que otorga beneficios penitenciarios si el investigado se declara culpable. Para que la fiscalía permita la Cooperación Eficaz, debe investigar la declaración del imputado para conocer si lo que dice es verdad.
- En dos ocasiones -la última en la Asamblea Nacional de Ecuador- Diana Falcón confesó públicamente que ella era inocente, y que llevaba siete meses en prisión sin merecerlo. Su inocencia demostraba automáticamente la de Rafael Correa, ya que no habría testigos que sustentasen la denuncia de Fernando Balda.
- Tras confesar su inocencia, su propio abogado defensor la acusó de ser culpable, lo que hizo que Diana Falcón, desesperada, pidiera ayuda al equipo legal del expresidente Rafael Correa. Una integrante de ese equipo, Sofía Espín, visitó a la exagente de inteligencia, lo que desató una reacción represiva por parte del Régimen de Lenín Moreno para evitar que Espín defendiera a Falcón, una posibilidad que desmontaría el Caso Balda.
Ficción de la acusación
- Diana Falcón no fue testigo del secuestro de Fernando Balda. No solo porque no existiera tal secuestro, sino porque ella misma lo ha confesado públicamente en dos ocasiones.
- La Cooperación Eficaz se otorgó sin que la fiscalía ecuatoriana comprobase la veracidad de la declaración de Diana Falcón.
La acusación no dispone de pruebas y la testigo ha aseverado en dos ocasiones que no vio nada. La jueza Daniella Camacho deberá decidir si quiere ser la nueva Sergio Moro para hacer con el expresidente Correa lo mismo que llevaron a cabo con Lula da Silva en Brasil, o por el contrario, actuar conforme a lo que marcan los hechos, y liberar de la persecución a Rafael Correa.