Quiénes hacemos comunicación plural y crítica con la imposición de una agenda informativa que proviene de los medios masivos de comunicación, nos hacemos muchas preguntas, entre ellas suele aparecer una: ¿por qué el poder puede moldear las conciencia de los sujetos de una sociedad?
Hay quienes entendemos que el imperio norteamericano ha logrado una revolución comunicacional, que guía la política comunicacional de sus aliados, empresas, gobiernos, grupos políticos, fundaciones, desde la cual se condiciona, moldea y conforma un “sentido común” para quienes reciben esa información como verdadera. Logra abarcar, con un enorme complejo mediático a su disposición, a un mundo de receptores de la verdad que emite desde ese inmenso poder comunicacional.
Si entendemos que la verdad no existe y lo que existe es la interpretación de la verdad, ahí podemos ubicar y visibilizar que quienes poseen los medios masivos de comunicación nos imponen “la verdad” que el poder puede repetir miles y miles de veces hasta que nos creemos esa verdad.
La interpretación de los hechos
En la nota del diario El País sobre Julio Borges no se menciona que el exdiputado y expresidente de la Asamblea Nacional, es un político de la derecha venezolana y activo desestabilizador contra el legítimo gobierno bolivariano desde el fallido golpe de Estado en 2002 contra Hugo Chávez. Sus antecedentes quedan invisibilizados, ya que el exparlamentario es vinculado con la organización de las guarimbas en 2014 y 2017, y el antecedente más reciente lo enlaza a ser el máximo responsable intelectual, según lo determinó el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, del intento de magnicidio contra el Presidente Nicolás Maduro.
La decisión judicial, seguida de un pedido de captura afirma que a Borges se lo acusa de “instigación pública continuada; traición a la patria; y homicidio intencional calificado en grado de frustración” en contra del mandatario. La nota hace referencia a que casi todos los gobiernos de la región han censurado la deriva del chavismo, y menciona la neutralidad de México que sin embrago sentó clara su posición en palabras del propio Presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, que citó en declaraciones a la prensa: “vamos a respetar los principios constitucionales de no intervención y de autodeterminación de los pueblos en materia de política exterior”.
Cabe destacar que China, Rusia, Irán, Turquía, Corea del Norte, Irlanda, Sudáfrica, Bolivia, Uruguay, Cuba y El Salvador son algunos de los muchos países que en el mundo reconocen la legitimidad del gobierno electo en Venezuela, a los que podemos incluir la mayoría de los países de África y Asia.
El texto menciona en palabras de Borges las características de la crisis que tiene Venezuela, sin embargo allí no dice nada de las sanciones económicas impuestas al país por parte de Estados Unidos y la Unión Europea, que le prohíben hacer negocios, además del desabastecimiento y la fuga de divisas que las oligarquías locales generan en el propio país en lo que podemos definir como una guerra económica despiadada.
Julio Borges normaliza la injerencia extranjera en los asuntos del país porque está sometido a la política exterior de los Estados Unidos. Así lo pudimos cotejar en varios documentos de la Embajada de Estados Unidos en Caracas. Deconstruir las noticias de los medios de comunicación es una gran tarea a poner en práctica, donde el poder nos quiere convencer que no hay más diálogo, que hay que cortar las relaciones diplomáticas, que hay que intervenir militarmente, es donde más hay que establecer el diálogo, dónde más es preciso sostener la paz.