El Gobierno de coalición PSOE-UP tomó posesión el 13 de enero de 2020. Entre sus medidas no entraba retirar la competencia en sanidad a ninguna comunidad autónoma ni derogar las Leyes 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad; 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública ni la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública.
Desde antes de su formación, el Régimen del 78 tilda a su presidente de traidor por su pacto de coalición con los comunistas. Se pretendió derribar la construcción antes de edificarse. En esa tarea se ocupaba únicamente la oposición cuando a miles de kilómetros un virus muy contagioso y mortal se cebaba con los habitantes de una provincia china.
No cansaré al lector con una cronología diaria, tal vez hasta se la sepa de memoria. Solo aparecerá alguna cuando lo exija el hilo conductor para desenmascarar la culpabilidad única del Gobierno central en la propagación del coronavirus por toda la geografía española.
Como no puede ser de otra manera, el Gobierno español actúa en consonancia con dos organismos internacionales en materia de sanidad, la OMS y el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.
Las palabras del Gobierno las tomaré de las notas de prensa del Ministerio de Sanidad (MS) y las de la oposición de la web del Congreso de los Diputados, así acudo a las fuentes más fidedignas en un Estado de libertades formales.
Cuando la situación se salió de control, el día 11 de marzo, la derecha mediática vio un filón para desprestigiar al Gobierno recién formado, con especial saña en su vicepresidente segundo, al que solo les faltó decir de él que esparció el coronavirus con miles de drones teledirigidos desde su chalé.
No será el autor quien exima de responsabilidad de la tragedia que vivimos al Gobierno central, pero, como mínimo, se la achaco compartida al cincuenta por ciento con las comunidades autónomas. Veamos qué nos dicen las fuentes hasta el 14 de marzo, día del decreto de alarma.
La primera vez que el MS alude al coronavirus en sus notas de prensa fue el día 22 de enero. En ella se cita la coordinación con las comunidades autónomas (a través del veterano Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud), asegura que estamos preparados contra cualquier eventualidad y en contacto permanente con la OMS y los países europeos.
No es la primera nota la única en la que el MS dice que está en coordinación con las CCAA; así nos lo recuerdan machaconamente las notas de prensa de los días 23, 28, 30 y 31 de enero; 1, 3 , 4, 11, 12, 24, 25 y 27 de febrero, y 3, 6, 9, 10 y 12 de marzo. Por cierto, el día 11 de febrero se anunció la compra de material sanitario a través del Sistema Nacional de Salud para abaratar costes, aunque nada relacionado con el coronavirus.
El día 28 de enero el Partido Popular, tal vez alertado por la falsa sospecha de infección por coronavirus de una ciudadana china a su llegada a Barcelona, pide en el Congreso la comparecencia del ministro de Sanidad para que informe, entre otras, de la coordinación con las comunidades autónomas. Querrían oírlo de su propia voz, no leerlo en notas de prensa de su ministerio. O tal vez no hay conexión entre los prebostes del partido en su sede madrileña y sus consejeros de Sanidad en las CCAA que gobiernan en trifachito. (Volverá con otras iniciativas, hasta el día 14 de marzo, los días siguientes: otra más el 28 de enero, el 28 de febrero, el 5 de marzo, dos el 11 de marzo y cuatro el 12 de marzo)
El día 30 de enero, el Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional declaró el brote del nuevo coronavirus como una emergencia de salud pública de importancia internacional, conocida como ESPII. El objetivo del RSI es evitar la propagación de enfermedades entre países, pero evitando interferencias innecesarias con los viajes y el comercio internacionales. He aquí la clave de la cobardía en la toma de decisiones de todos los Gobiernos del planeta, nacionales o autonómicos.
Los españoles nos empezamos a hacer una idea de lo que puede acarrear lo que hasta entonces todo pensábamos que era una gripe cuando grandes multinacionales cancelan su participación en el Mobile de Barcelona, que finalmente llevan a la suspensión del encuentro el 13 de febrero.
Los hechos se suceden, una viajera china sospechosa, turistas extranjeros que llegan a España ya contagiados. Cuando todavía no se conocía de ningún español contagiado, el partido neoliberal y retrógrado VOX presenta en el Congreso una proposición no de ley relativa a la adopción de medidas para prevenir la propagación del nuevo coronavirus, con el fin de proteger la salud de los españoles y de los residentes legales en España.
Este partido fiel a su línea, los residentes no legales son tan nadies que ni siquiera contagiarían el virus. (Volverá con otras iniciativas, hasta el día 14 de marzo, los días siguientes: 24 y 25 de febrero y 2, 6 y 12 de marzo).
El Ministerio de Sanidad y las CCAA adoptan las medidas recomendadas por la OMS. Van de la mano. No sacan ninguna nota de prensa como la del 11 de febrero dando alabanzas a la compra en común para abaratar costes, al fin y al cabo no hay ningún contagiado autóctono.
Pero no tarda en llegar el primer caso de contagio local, es decir, con toda certeza el virus recorre el país sin control. El Ministerio de Sanidad y las CCAA recomiendan celebrar a puerta cerrada las competiciones deportivas masivas con equipos de zonas de riesgo.
Nada se impone, las medidas son recomendaciones para quien las quiera adoptar. Ninguna comunidad autónoma se pone nerviosa, pensarán como el Ministerio de Sanidad que la situación está controlada. Se recomienda. Se entiende que ninguna invoca ante el Consejo Interterritorial ninguna de las tres leyes que le permiten actuar para defender a sus conciudadanos y no las han hecho valer. No sale decreto ni ley de ningún Gobierno autonómico. ¿Les temblaba el pulso al recordar la frase del RSI “…pero evitando interferencias innecesarias con los viajes y el comercio internacionales”?
El 3, 4 y 5 de marzo se producen unos hechos deportivos que delatan la confianza del MS y las CCAA en el control de la ESPII. El 3 de marzo se sigue recomendando celebrar a puerta cerrada las competiciones deportivas masivas con equipos de zonas de riesgo (equipos de fútbol lombardos), mientras que los días 4 y 5 se juegan los partidos de semifinales de la Copa del Rey con las gradas abarrotadas de aficionados de zonas españolas con contagiados verificados.
Sin embargo, la Comunidad de Madrid, la más afectada, decreta el día 6 de marzo, en cumplimiento de las recomendaciones de la OMS y el MS medidas para suspender las prácticas de los alumnos sanitarios y medidas en los centros de mayores.
Las medidas para luchar contra la expansión del virus son dos, lo ideal simultáneamente, que son los tests masivos y el confinamiento, cuanto mayor sean los primeros menos severo será lo segundo. Las CCAA tienen la competencia de proveerse de material sanitario, pero la oferta es pequeña y la demanda es amplia. Solo queda el confinamiento, y como se prevé severo, afectará a la economía.
Se va acercando la hora de la verdad. Todos los partidos, excepto Vox por su antifeminismo, animan a participar en las manifestaciones feministas. Había ya bastantes contagiados, pero ni Gobierno central ni autonómicos suspendieron celebraciones multitudinarias de cualquier índole. Vox celebró su congreso.
El 9 de marzo el Consejo Interterritorial acordó un conjunto de medidas solo para la la Comunidad de Madrid, la ciudad de Vitoria y la localidad de Labastida, por ser las únicas zonas que se encontraban en fase de transmisión comunitaria significativa. Se seguía confiando, en el MS y las CCAA, en que las medidas adoptadas controlarían los contagios.
El día 11 la OMS califica la epidemia como pandemia internacional. Ahora sí, todos los Gobiernos de las CCAA caen en la cuenta de que tienen la Constitución española y las tres leyes nombradas al principio para cuidar de la salud de sus conciudadanos.
Los decretos caen en cascada, pero todos saben que el Gobierno central no puede quedarse de brazos cruzados, tiene que unificar los criterios de confinamiento, el problema es nacional. La derecha mediática abandona el filón del día 11 por la mina que se le presenta el día 14 de marzo.
Ese mismo día pone en funcionamiento la maquinaria de bulos para acometer el acoso y derribo del gobierno de coalición al considerar como división la prolongación del debate en el Consejo de Ministros sobre el decreto del estado de alarma. El Gobierno de coalición pasa a ser el único culpable de todo lo sucedido.
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