En un mundo de interconexiones e interacciones constantes entre diversos países, se ha hecho muy común el intercambio de información y a su vez mantener, a través de los medios de comunicación, valores fundamentales en esta sociedad patriarcal. Habría que explicar primero cómo Japón se ha hecho con un mercado grande, sobre todo a partir de 1980, con el consumo de los animes.
A partir de ahí, ya en el 2018, la industria anime había crecido un 171% en lo que se refiere al mercado internacional, estableciéndose como uno de los géneros de entretenimiento más importantes para el público a nivel mundial, por tanto se han creado campos de oportunidades laborales en diversos países.
Teniendo en cuenta esta cifra, sería bueno también establecer las características de la sociedad japonesa sobre la mujer. La mujer nipona posee un rol determinado en dicha sociedad, delegando funciones en base al rol de género, donde se ve en primer lugar que la estructura de tal comunidad se rige por la jerarquía de géneros. Lo que influye en la percepción de cada ciudadano.
En los últimos años la tasa de natalidad ha disminuido provocando el envejecimiento de la población, lo que genera una disminución de los trabajadores, por lo que se ha visto en los últimos años la inserción de la mujer en la economía. Muchos aplaudirán el gran avance, condicionado, claro está, por una situación en particular, pero detrás de ello se esconden denuncias y voces que han sido calladas. Se han producido abusos y ataques por parte de compañeros y jefes. Agregado a esto se subestima el trabajo de la mujer.
- La subestimación y cosificacion de la mujer se puede constatar en dos resumidos ejemplos: en el metro de Tokio se ha asignado un vagón especial para mujeres, porque muchas han denunciado tocamientos en los vagones.
- En el 2014 la diputada Ayala Shiomura fue abucheada e insultada por otros diputados durante su intervención, en una Asamblea del Gobierno metropolitano de Tokio, con frases como “date Prisa y cásate” o “¿no puedes tener hijos verdad?“. Estos actos dejan muy en claro el rol de las mujeres en la sociedad.
Ahora, es importante, y llama la atención, que el anime tenga gran influencia en el mundo, pues estos reproducen la visión patriarcal hacia la mujer. El anime es considerado un medio de comunicación porque transmite valores y normaliza comportamientos. El machismo como construcción sociocultural necesita medios para poder transportar tales valores, como el sexismo, la misoginia y la hipersexualización.
Por tanto esto crece en el imaginario social, impregnándonos de valores y actitudes machistas. Los medios de comunicación, sin justificación alguna, reproducen los estereotipos de género, lo que influye en conductas a través de la mercadotecnia, cine, publicidad.
La violencia es naturalizada a través del lenguaje. Se reproduce el conservadurismo, asentándola como realidad incontrarrestable. El lenguaje es relevante porque construye la forma en la que se entiende el mundo, en este caso sería en detrimento de las mujeres en relación a los hombres.
Son estos tres componentes,- el mercado que abarca el anime, este mismo como medio de compunción y por tanto transmisor de valores machistas, también impregnados en la sociedad japonesa- los que basan la crítica al anime. El anime es un producto cultural japonés, altamente complejo, con multitud de géneros y subgéneros, temas y contenidos que pueden ser interpretados de diversas maneras.
La violencia simbólica -definida como la relación social en la que el dominador ejerce un modo de violencia no física hacia el dominado, caracterizado por una asimetría de poder, a través de roles sociales, géneros, posición social; la cual esconde la matriz basada en la fuerza, y naturaliza la relación de dominio-, implícita en los personajes femeninos del anime se refleja en el Fan Service, que posee un componente simbólico, y una serie de significados a través de la imagen y la narrativa.
Esta aparición aleatoria y gratuita de gestos y acciones que suelen ser previsibles con contenido sexual y explícito, no tienen ninguna función en las series. Este contenido se expresa simplemente para que la mujer sea relegada a un plano de subordinación.